La primera consideración que debemos incorporar en el análisis es que resulta más fácil amenazar con sanciones que cumplirlas y que los excesos que sus anuncios implican combinan la arrogancia y la prepotencia con el temor y la inseguridad.
En el caso de Europa, debido al curso que puede tomar la guerra en Ucrania, el problema de Trump apunta más a asegurar beneficios económicos que militares. En el caso de Panamá, que implica desconocer los Tratados Torrijos-Carter y desencadenar una nueva invasión, lo que demuestra es que reacciona de manera defensiva ante la creciente presencia de China en el comercio internacional marítimo.
En nuestro caso, las amenazas al gobierno de Claudia Sheinbaum debemos ubicarlas en un contexto regional latinoamericano/caribeño y la relevancia geopolítica que juega México en el equilibrio global. El tráfico de drogas de distinto tipo, no solo el fentanilo, es una plaga que afecta a todo el continente, a los países productores, a los que sirven para el tráfico y a los que se prestan como plataforma para el lavado del dinero que genera.
Pero el problema común reside en que el consumidor final es un elevado número de residentes en EEUU, que va de ex combatientes del ejército estadounidense, desempleados e indigentes hasta una masa juvenil sin perspectivas. En el hipotético caso de que México y América Latina detuvieran totalmente el tráfico de drogas, EEUU enfrentaría una crisis de grandes proporciones entre los millones de drogadictos desesperados por no poder consumir. El problema se comparte entre los proveedores de drogas y los consumidores de ellas; es decir entre la demanda que proviene de EEUU y la oferta que nuestros países pueden poner en el mercado.
Nuestro continente no sólo vive un clima de violencia, producto del narcotráfico. Enfrentamos también un problema de desigualdad social y de crisis de legitimidad de los modelos políticos y económicos establecidos, que están fracasando, y que también son causales de la inestabilidad en la región y las crecientes dificultades en las relaciones entre los gobiernos.
Los procesos electorales de los últimos años, y las transformaciones que traen, modifican el panorama político de la región. Implican desafíos ideológicos tanto para las derechas como para las izquierdas. La resolución que se adopte para los problemas económicos y sociales que aquejan a esta región, marcarán el futuro a mediano plazo.
Debemos esperas que el curso probable de la geopolítica regional esté marcado por:
- Un incremento de tensión social que podría evolucionar en protestas populares de mayor violencia
- Mayor agresividad de las acciones militares del narcotráfico, estimulados directa o indirectamente desde EEUU
- Incremento del fascismo y acciones de terrorismo
- Golpes de estado de diversa intensidad
- Intervenciones militares internacionales

En el ámbito específico de México destacamos:
- La presidencia de Claudia Sheinbaum será objeto de cuestionamientos por su desempeño y un incremento de la guerra mediática
- México necesitará reafirmar su relevancia como socio estratégico para Estados Unidos
- El año que entra exigirá generar una estrategia de cara a la revisión del TMEC en 2026, combinado esta vez con la migración y el narcotráfico.
- La derecha mexicana, debilitada por la carencia de un proyecto alternativo y por sus divisiones internas, reaccionará de manera antipatriótica en la esperanza de que sea la intervención de la próxima administración estadounidense la que resuelva sus problemas
- Las tensiones al interior de Morena, fruto de contradicciones no resueltas, pueden poner en riesgo el proyecto estratégico de la Cuarta Transformación, de no ser tratadas oportunamente
- Los Movimientos Sociales y algunas corrientes sindicales tenderán a actuar de manera autónoma, eventualmente enfrentando al gobierno
- El Partido del Trabajo de México, si se propone responder al desafío histórico, deberá demostrar en la práctica que es la izquierda de la 4°T y llamar a una profundización de las transformaciones, privilegiando las de carácter popular
Evolución geopolítica y combinación de los tipos de guerras
El recurso de la guerra seguirá evolucionando. De las operaciones militares en el terreno se ha pasado a acciones más centradas en la desestabilización política y la disrupción económica. Probablemente asistiremos a un incremento de tácticas como la desinformación, el ciberespionaje, la compra forzada de empresas, los sabotajes y la imposición unilateral de sanciones económicas.
Aunque las grandes potencias seguirán diseñando armas cada vez más sofisticadas y letales, presionadas por las exigencias de la industria armamentista, asistiremos al incremento de las guerras de carácter económico, en especial de las potencias hegemónicas, pero también de grandes empresas multinacionales, (como BlackRock); o bien ligadas a tropas mercenarias como Blackwater, Defion Internacional o G4S Secure Solutions, que han participado en acciones militares globales, muchas de ellas de sospechoso financiamiento.
Las guerras en Siria, Yemen y el impune genocidio israelí sobre Palestina seguirán siendo puntos de conflicto. Asimismo, están por verse cómo evolucionan las posturas de Rusia, Turquía, Israel y el supuesto retiro de las tropas estadounidenses en Siria y Afganistán anunciado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
En el ámbito de las guerras mediáticas, más allá de las llevadas a cabo por los gobiernos, hay que seguir de muy cerca el accionar de las llamadas GAFA (acrónimo de Google, Apple, Facebook y Amazon) que catalogan a los millones de usuarios de internet como “recurso natural” y están dispuestos a desencadenar conflictos por el potencial que significa poseer sus datos.
El poseedor de los datos puede utilizarlo con fines políticos, campañas de prensa, electorales o de aniquilamiento de rivales, como sucedió con Huawei que se vio obligada a migrar de sistema operativo debido al boicot de Google.
Una peligrosa arma moderna es la desinformación. El recurso de las noticias falsas tiene como objetivo generar un ambiente informativo tóxico en el que el ciudadano común no logra discernir de forma clara qué es cierto y qué es falso. Una información falsa puede llevar a una población a apoyar una agresión externa creyendo que es la mejor opción para su país.
De un mundo bipolar a un mundo multipolar
Probablemente en el 2005 se acelerará la transición de un mundo bipolar a un mundo multipolar. Asistiremos a todo tipo de maniobras de parte de EEUU en disputa con China por la hegemonía mundial. China está logrando un cambio en la balanza mundial del poder, tanto por su rápido crecimiento durante estas últimas décadas como por las capacidades económicas, demográficas, militares o culturales que ha ido adquiriendo en la última década.
En esta transición surgen o se consolidan nuevos centros de poder en determinadas regiones o ámbitos, entre ellos: India e Indonesia en la región de Asia-Pacífico; Rusia y Turquía en la zona euroasiática; Sudáfrica, Angola, Nigeria en África; Irán y Arabia Saudí en Oriente Próximo y Brasil o México en América Latina. Del mismo modo que se fortalecen asociaciones como los BRICS + o la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, ASEAN.
¿Está cerca la próxima gran crisis económica?
La cooperación global se encuentra en su punto más bajo y el conflicto está en aumento. La economía mundial está dando señales negativas y nuevamente parece ir hacia un nuevo colapso. Como sabemos, la economía es cíclica, por lo que en estos momentos las previsiones alertan de que una nueva crisis está por venir.
Los líderes e instituciones tradicionales, como la OMC y la ONU, han demostrado ser ineficaces para lograr un consenso global amplio o servir como plataforma para resolver disputas, por lo que todo apunta que no podrán incidir favorablemente frente a un momento de crisis dentro del ciclo largo de la crisis mundial.
Mientras las transnacionales y los ideólogos del neoliberalismo seguirán buscando en Davos el hipotético rostro humano del capitalismo, los países y bloques emergentes del Sur Global estarán en búsqueda de una propuesta alternativa que responda a sus necesidades y no a las del neoliberalismo en decadencia. China por su parte mantendrá su estrategia de largo aliento, donde pasará progresivamente de su rol de espectador al de actor, en función de su beneficio como potencia mundial.
Daniel Martínez Cunill* Catedrático, politólogo, asesor parlamentario del Partido del Trabajo de México, PT, coordinador del Grupo de Reflexión de América Latina y el Caribe, GRALyC.
Foto de portada: Reuters.