Tras las elecciones del 26 de septiembre, los tres partidos comenzaron a negociar un acuerdo de coalición, en el que se elaboró un documento de consenso la semana pasada, que las tres bases han ratificado durante el fin de semana.
Ahora, ya no hay nada que se interponga en el camino para el establecimiento del próximo gobierno alemán, ya que el Parlamento (Bundestag) elegirá al Canciller el 8 de diciembre.
Los tres partidos también han decidido los cargos ministeriales. Además del cargo de Canciller, el SPD obtiene los ministerios de Interior, Defensa, Trabajo y Seguridad Social, Sanidad, Cooperación Económica (dedicada a la política de desarrollo) y Construcción.
Los Verdes tienen el control de los ministerios de Asuntos Exteriores, Economía y Cambio Climático, Medio Ambiente, Agricultura y Familia.
El FDP recibe los ministerios de Hacienda, Tráfico, Justicia y Educación.
El autor de United World International, Tunç Akkoç, había analizado en mayo de 2021 la biografía de Annalena Baerbock, que era la candidata de Los Verdes a la cancillería y que dirigirá el Ministerio de Asuntos Exteriores. Akkoç había concluido que Baerbock era «la candidata de la Alianza Transatlántica».
El acuerdo de coalición alcanzado es una oportunidad para poner a prueba la tesis, ya que el documento presenta un primer programa de gobierno. Así que veamos con más detalle lo que ha acordado el futuro gobierno de Alemania[i].
Examinaremos el acuerdo de coalición a lo largo de los principales titulares: Unión Europea, alianza transatlántica y políticas hacia Rusia, China y Europa del Este. Por último, se presentarán brevemente los resultados de una comparación con el último acuerdo de coalición entre la CDU/CSU de Merkel y el SPD de 2018 para presentar la continuidad y el cambio con mayor claridad[ii].
Todos los números de página del acuerdo se refieren al expediente pdf proporcionado. Todas las traducciones han sido facilitadas por mí.
1. La Unión Europea: Más Alemania en Europa y más Europa en el mundo
«Consciente de sus responsabilidades como cuarta economía del mundo» y siendo «el mayor Estado miembro», el próximo gobierno alemán promete «definir los intereses alemanes a la luz de los intereses europeos» (130). Y así será:
Berlín exige que la UE «avance hacia un Estado federal de la Unión Europea». Reforzar el Parlamento Europeo, introducir un sistema electoral europeo unitario con «listas de candidatos transnacionales» son algunas de las medidas propuestas (131).
La «soberanía estratégica» europea se incrementará especialmente en los sectores del suministro energético, la sanidad, la importación de materias primas y la tecnología digital. El acuerdo de la coalición repite también una vieja reivindicación: proteger mejor a las empresas europeas contra las sanciones de carácter extraterritorial. Las empresas europeas fueron, por ejemplo, blanco de las sanciones estadounidenses en el caso de Irán y tuvieron que cesar sus actividades en el país de Asia Occidental.
En cuanto a la política exterior de la UE, el acuerdo postula el objetivo de una «UE soberana como actor fuerte en un mundo caracterizado por la inseguridad y la competencia sistémica» (135). De ahí que, según el próximo gobierno alemán, sea necesaria una «verdadera» política exterior, de defensa y de seguridad.
En lugar del principio de unanimidad, el Consejo Europeo de Ministros actuará por «mayoría cualificada». Alemania asegura que los «Estados miembros más pequeños» «participarán adecuadamente» (135).
Mientras que Alemania anuncia que participará más activamente en la «prevención de crisis» internacional, los trabajos sobre la «Brújula Estratégica» avanzarán. También se anuncia el aumento de la cooperación de los ejércitos nacionales «dispuestos», la creación de un «cuartel general cívico-militar conjunto» (135) y la profundización de la cooperación en materia de defensa (148).
2. «Estrecha cooperación con nuestros socios democráticos»: compromiso con la alianza transatlántica
El acuerdo de coalición declara justo al principio del capítulo de política exterior el objetivo de «buscar una estrecha cooperación con nuestros socios democráticos» (130). El próximo gobierno alemán declara que «la asociación transatlántica y la amistad con los EE.UU. es uno de los principales pilares» de la actividad internacional (152).
El acuerdo anuncia: «Abogamos por una renovación y vitalización de nuestras relaciones transatlánticas con EE.UU. y Canadá. Juntos queremos estabilizar el orden internacional basado en normas, hacer frente a los desarrollos autoritarios y cooperar intensamente en la vecindad de Europa del Este y del Sur» (152-153).
Se anuncia la cooperación en una amplia gama de temas, como el cambio climático y la política energética, los derechos humanos, la política sanitaria mundial, la política comercial y el desarme nuclear (153). El gobierno alemán expresa su desconfianza en el actual gobierno de Estados Unidos cuando anuncia profundizar las relaciones transatlánticas «en todos los niveles, desde el Congreso hasta los estados federales, la sociedad civil, los sectores de la economía y la ciencia hasta el intercambio de jóvenes». Los europeos han intentado influir en la Administración Trump movilizando a los estados federales estadounidenses.
Ahora hay «una oportunidad», dice el acuerdo, de «entablar un diálogo intensivo con la nueva administración estadounidense sobre comercio e inversión que incluya estándares elevados en aspectos sociales y medioambientales y que, por tanto, establezca un estándar global en el espacio económico transatlántico» (35).
Curiosamente, una de las principales cuestiones de desacuerdo entre EE.UU. y Alemania, el gasoducto NordStream 2 que transportará gas de Rusia a Alemania, no se menciona en absoluto en el acuerdo de coalición. Sin embargo, sí se afirma que hay que «diversificar las fuentes de energía» (59).
El acuerdo no deja lugar a dudas de que se trata de «la competencia sistémica contra los Estados gobernados autoritariamente y la solidaridad estratégica con nuestros socios democráticos» (143). «Las tensiones existentes en el seno de la OTAN» -también debidas a los diferentes enfoques de la alianza transatlántica y la competencia sistémica- deben «abordarse reforzando la dimensión política» de la organización. Una clara declaración a favor de la reforma de la OTAN y de un mayor dominio de Estados Unidos.
Las políticas hacia Rusia, Europa del Este y China son una deducción de la comprometida alianza transatlántica.
3. La Federación Rusa: un «actor importante» al que hay que limitar externamente y presionar internamente
El próximo gobierno alemán reconoce la existencia de Rusia. Las relaciones con Rusia son «profundas y multidimensionales», el país es un «importante actor internacional».
El acuerdo de coalición establece: «Sabemos de la importancia de unas relaciones sustanciales y estables con Rusia y pretendemos continuarlas. Estamos dispuestos a mantener un diálogo constructivo» (154). El contenido de este diálogo es la sumisión de Rusia:
Sus bases son el derecho internacional, los derechos humanos y el orden de paz europeo, «con el que Rusia también se ha comprometido». Inmediatamente después se afirma que Alemania «tendrá en cuenta la percepción de las amenazas de sus socios de Europa Central y Oriental» (154).
Se apoya la ampliación de la Unión Europea a 6 países de los Balcanes Occidentales, con la apertura de nuevos capítulos de adhesión con Albania y Macedonia del Norte, la promulgación de la liberación de visados con Kosovo y la continuación de las negociaciones con Montenegro y Serbia (136).
Alemania se compromete a mantener la puerta de la adhesión para Ucrania, Moldavia y Georgia si «éstas siguen con sus reformas en el Estado de Derecho y la economía de mercado». Los «movimientos democráticos», es decir, los actores de la sociedad civil a favor de la alianza transatlántica y contra cualquier influencia rusa, «serán un socio» (153).
Se apoyará a Ucrania para que «recupere su integridad territorial y su soberanía» y para que sea «un socio energético en lo que respecta a las energías renovables, la producción de hidrógeno verde, la eficiencia energética y la reducción del CO2» (153). Cabe destacar que el gobierno alemán no se compromete con el estatus de Ucrania como país de tránsito energético.
El acuerdo de coalición «espera el fin inmediato de los intentos de desestabilización, la violencia en el este de Ucrania y el fin de la anexión de Crimea en violación del derecho internacional» (153)
En Bielorrusia, la «intervención rusa a favor de Lukashenko es inaceptable». Mientras Alemania se compromete a «seguir apoyando el movimiento democrático», se anuncia una ampliación de las sanciones, «en caso de que Lukashenko no cambie el rumbo» (153).
El próximo gobierno alemán también espera «del gobierno ruso la provisión de un acceso sin obstáculos a la sociedad civil rusa», y promete un aumento de su apoyo a esta última (153). Un claro indicio de que Alemania planea seguir cooperando con la oposición interna rusa para presionar al gobierno de Moscú.
Todas estas posturas no indican una agenda bilateral muy positiva, y la diferencia es aún más notable si se compara con el acuerdo de coalición de hace 4 años.
Aun así, el gobierno alemán afirma que cooperará con Rusia en materia de salud y cambio climático.
4. Copiar y pegar la política de Washington: la política de China
Al principio de la administración, el Secretario de Estado estadounidense Blinken formuló la política de su país hacia China de la siguiente manera: «Nuestra relación con China será competitiva cuando deba serlo, colaborativa cuando pueda serlo y adversaria cuando deba serlo». [iii]
En el acuerdo de coalición alemán, se lee lo siguiente «Queremos y tendremos que definir nuestras relaciones con China en las dimensiones de asociación, competencia y rivalidad sistémica» (156).
En consecuencia, el acuerdo de coalición anuncia un «estrecho alineamiento transatlántico en la política sobre China y la cooperación con países afines para reducir las dependencias estratégicas» (157). El próximo gobierno alemán articula expectativas sobre Pekín, como que la política exterior china «desempeñe un papel responsable en su vecindad» y que los desacuerdos territoriales sobre las vías marítimas se «resuelvan sobre la base del derecho internacional».
La actual contradicción en la política de Estados Unidos entre la política de una sola China y la interacción con Taiwán se reproduce de forma similar en la política alemana, y se resuelve de forma similar hacia el reconocimiento de Taiwán: «Apoyamos la participación democrática de Taiwán en las organizaciones internacionales» (157). Como han demostrado especialmente los Verdes en el Parlamento Europeo, anuncia el acuerdo de coalición para «seguir manteniendo en la agenda las violaciones chinas de los derechos humanos en Xinjiang» (157).
El Acuerdo Global de Inversión Conjunta entre la Unión Europea y China, firmado bajo la mediación de Merkel a finales de 2020, «no puede ser ratificado por diferentes razones», dice el acuerdo de coalición (35).
5. Otro adversario: Turquía
Además de Rusia y China, Turquía es otro adversario en el acuerdo de coalición. El documento detecta «desarrollos internos alarmantes y tensiones en política exterior» en Turquía, que sigue siendo «un importante vecino de la UE y miembro de la OTAN» (154)
Al evaluar que la democracia, el Estado de derecho, los derechos humanos, de las mujeres y de las minorías han sido «desmantelados masivamente», el gobierno alemán anuncia que se detendrá el progreso de la adhesión del país a la UE. Al igual que su política hacia Rusia, Berlín busca en Turquía un mayor diálogo con la sociedad.
6.Comparación con el acuerdo de coalición de 2018 entre CDU/CSU y SPD
Cuando en marzo de 2018 la llamada Gran Coalición de CDU/CSU y SPD presentó su acuerdo, Donald Trump estaba sentado en el Despacho Oval. El acuerdo de coalición reflejaba el malestar de Alemania ante este hecho con el acuerdo que calificaba a los Estados Unidos como «un desafío», que «exigía respuestas europeas» (8 – los siguientes números de página se refieren al acuerdo de coalición de 2018, véase la nota 2).
Alemania detectó entonces «nuevas prioridades» en EEUU (6), advirtió sobre el » proteccionismo» (147), insistió en la «asociación transatlántica» mientras observaba una «profunda transición en EEUU», sobre la que el gobierno alemán reaccionó planeando establecer amplias relaciones más allá de la administración Trump, incluyendo el Congreso, los estados federales para «hacer oír la posición europea en Washington» 147).
Aunque el enfoque multidimensional continúa, el actual gobierno alemán ve menos «desafío» y más «oportunidad» en la Administración Biden.
Rusia: De «buenas relaciones y asegurar la paz juntos» a «actor importante»
Este cambio en la política hacia Estados Unidos se refleja en el cambio hacia Rusia. En 2018, Alemania «tiene un firme interés en mantener buenas relaciones con Rusia», que es el «mayor vecino europeo», con el que Berlín quiere «garantizar la paz en Europa» (147). En 2018 la coalición formula «seguimos manteniendo la visión de un espacio económico conjunto desde Vladivostok hasta Lisboa» (147). A pesar de las críticas sobre el asunto de Ucrania, el acuerdo de coalición mantuvo un tono esperanzador para volver a las relaciones bilaterales positivas.
China: de socio estratégico a adversario
Una situación similar aparece al comparar los acuerdos de ambas coaliciones con respecto a China. En 2018, el Gobierno alemán anuncia «seguir desarrollando nuestra asociación estratégica», aunque la apertura del mercado europeo a la inversión y el comercio chinos se basa en la reciprocidad.
En 2018, solo se utiliza una fórmula general de «insistir en el mantenimiento de los derechos humanos», sin mencionar Xinjiang, Hong Kong o Taiwán.
Conclusión
El recién elegido gobierno alemán parte con un nuevo acuerdo de coalición que refleja positivamente el cambio en Washington. El fuerte compromiso con los «valores transatlánticos», el cambio climático y la política exterior «basada en valores», incluida la feminista, se recogen en el acuerdo de coalición que sirve de primera declaración del programa de gobierno.
El acuerdo sigue siendo un compromiso entre tres partes con bases y programas diferentes. Y se basa en el supuesto de que el propio Washington está comprometido con la alianza transatlántica, un supuesto que merece ser cuestionado.
Los partidos han declarado que se elaborará un documento de estrategia nacional durante el primer año de gobierno.
Y mientras los tres partidos políticos «hacen progresos», las amenazas de guerra se ciernen sobre las partes orientales del continente. Hasta qué punto esta orientación de Alemania resultará viable, y hasta qué punto es un remanente de tiempos pasados, se verá en la práctica del gobierno.
Con un mundo que avanza día a día hacia la multipolaridad, con nuevos polos políticos y económicos que surgen sobre la tierra, y con una crisis económica cada vez más profunda en el horizonte, el SPD, los Verdes y el FDP pueden enfrentarse pronto a una realidad muy diferente a la que esperaban y con la que contaban en su acuerdo.
*Yunus Soner, politólogo.
Artículo publicado en United World International.
[i] Mehr Fortschritt wagen – Bündnis für Freiheit, Gerechtigkeit und Nachhaltigkeit (Waging more progress – Unity for freedom, justice and sustainability), Coalition Agreement between the SPD, Bündnis 90 / the Greens and Free Democrats (FDP, agreed upon November 24th, 2021. Full text in German: https://www.spd.de/fileadmin/Dokumente/Koalitionsvertrag/Koalitionsvertrag_2021-2025.pdf [ii] Ein neuer Aufbruch für Europa, Eine neue Dynamik für Deutschland, Ein neuer Zusammenhalt für unser Land (A New departure for Europe, a new dynamic for Germany, a new cohesion for our society), coalition agreement between the CDU/CSU and the SPD signed on March 12, 2018. Full text in German: https://archiv.cdu.de/system/tdf/media/dokumente/koalitionsvertrag_2018.pdf?file=1 [iii] Anthony Blinken, A Foreign Policy for the American People, speech delivered March 3rd 2021, https://www.state.gov/a-foreign-policy-for-the-american-people/