La década del setenta es el tiempo en que se estructura el poder económico burgués en cabeza de los cuatro grandes grupos económicos; poco importan ya los Partidos Políticos tradicionales, hay identidad de intereses, quedaban como simples operadores políticos que jugaban por igual para el interés y bolsillo de estos grupos, y ellos mismos financiarían por igual sus campañas políticas.
Es el tiempo que la oligarquía ya no se enfrentará más por la vía de las armas, y reclamará para sí, a nombre del Estado, el monopolio de las armas, así como de la aplicación de la justicia y la tributación; y pretende que los sectores del pueblo no acudamos al derecho de la rebelión, cuando se ha negado el Proyecto de Nación excluyendo al pueblo en la construcción de nuevos consensos con su participación.
Pero dicho monopolio del uso de las armas, la burguesía y sus Fuerzas Militares tampoco lo respetaron, y cuando vieron amenazados sus intereses por la lucha popular y la insurgencia armada echaron mano de varios recursos; entre otros, han acudido al uso de la violencia armada con grupos paramilitares, acciones ilegales militares desde las Fuerzas Militares y de Policía, acciones y operaciones de inteligencia; otro tanto ocurre con los monopolios de la aplicación de la justicia y la tributación; que es la historia que sigue y miraremos en la parte que continúa. Así las cosas, un camino de paz seguirá estando interrogado, cuando un Estado deja de cumplir sus propias reglas. Es el cuidado que debe tenerse, cuando se quiere hablar de paz.

