Para descargar el texto completo aquí: Crisis Mundial, Pandemia y Revolución Tecnológica
A ti que hollaras
más tarde la faz
de este mundo
si tu razón se esclarece
y te preguntas quienes
somos, pues somos la tierra
– de un relato Maya
Introducción
En principio este iba a ser un artículo sobre el capitalismo actual, la revolución tecnológica, la financiarización de la economía, el cambio climático y el paso del mundo de la segunda revolución Industrial al de la tercera y cuarta, pero surgió la pandemia y naturalmente derivó en ella. No es por lo tanto un escrito estrictamente sobre el impacto del COVID 19, tiene un marco de época bastante más general y desde allí articula con el tema del momento, planteando conclusiones y perspectivas que acompañan el plan más amplio de elaboración inicial.
La vida de la humanidad no ha sido fácil, este débil mono surgido en algún rincón del sureste de África hace algo más de 200.000 años, ha demostrado una capacidad de resiliencia importante. Durante el mismo período otras especies no superaron el exigente rasero de la supervivencia del más apto, distintos linajes de animales o subvariedades de humanos desaparecieron o fueron absorbidas por la sapiens, que lentamente se transformó en la dueña del planeta. De hecho vivimos casi la mitad de nuestra existencia como especie, en época glaciar, a pesar de sus rigurosidades lentamente nos expandimos por Europa y Asia aún heladas y llegamos a América gracias a que el estrecho de Bering estaba congelado.
Nuestra herencia evolutiva específica, la razón y el lenguaje complejo con capacidad de abstracción, hablado primero y escrito mucho después, gestaron las condiciones de la cooperación humana extendida y la consiguiente aceleración del desarrollo de la técnica y el relativo control del medio, que de ella se desprende. Con el fin de la época glaciar terminaron de madurar las condiciones climáticas que nos ayudaron a transformarnos en las amas y los amos de la tierra.
El primer impacto tecnológico a gran escala después del fuego, transformó para siempre el rostro de nuestro mundo, con la revolución neolítica y el desarrollo de la agricultura comienza la historia humana, salimos del reino de la necesidad extrema, podemos decir que abandonamos el nivel biológico de la selección natural y con nosotras y nosotros lentamente lo haría el resto de la naturaleza ( esto requiere de una explicación más extensa que se desarrollará en otros materiales).
Una vez en nuestra era, la del reinado humano, no dejamos de enfrentar catástrofe tras catástrofe, de hecho la vida y su desarrollo es un evento con pocas probabilidades aun en un planeta como el nuestro y su continuidad depende a veces de un hilo muy fino.
Ya en tiempos cálidos, cada 1500 o 2000 años enfrentamos relativos enfriamientos o breves edades del hielo, la última, la pequeña edad de hielo desde 1350 a 1850 de nuestra era, golpeó con fuerza y junto a la peste bubónica, que sólo en Europa redujo la población de 80 millones a menos de 30, le asestaron un golpe decisivo a las relaciones feudales de producción y ayudaron a generar las condiciones para que fueran emergiendo las capitalistas.
El siglo XX llegó con la primera guerra mundial, la gripe española y luego la segunda gran guerra, en total unos 150 millones de muertos. Desde esta perspectiva fue un siglo atroz e increíblemente sangriento. También fue el siglo donde la revolución tecnológica industrial que sacude nuestros cimientos económicos desde hace 400 años, se aceleró de manera impetuosa. El siglo del teléfono, la radio, el automóvil, el televisor, los aviones, los primeros viajes espaciales, y el comienzo de la computación e informática.
En medio de la revolución, guerras atroces, el nazismo y la peste, la vida de la humanidad se transformó radical y vertiginosamente. El desarrollo de las fuerzas productivas experimentó el más portentoso crecimiento de la historia, lo que entre otras cosas nos obliga como marxistas a revisar en ese punto la teoría, más allá de su magistral descripción de la lógica del capital y su proceso de acumulación.
También en ese siglo surgió y se desplegó el primer intento humano de ingresar definitivamente en reino de la cooperación. La revolución bolchevique del 17, la primera revolución socialista, que terminó con la propiedad privada de los medios de producción y se lanzó decididamente a la aventura de construir un nuevo sistema, en medio de la devastación producida por la Primera guerra mundial y la guerra civil, que sucedió a la toma del poder por los bolcheviques.
Tratando de hacer honor, por primera vez desde las relaciones de producción, sociales y políticas a los atributos evolutivos de nuestra especie, la única, tecnológica (con amplia capacidad de transformar su entorno) con lenguaje, razón, conciencia y sentimientos superiores como el amor y la empatía. Definitivamente estamos dotados por la evolución con las mayores capacidades de cooperación de la naturaleza ( mal que les pese al difunto Dawkins, los neo darwinistas y los filósofos del liberalismo clásico que plantean que somos pragmáticos y egoístas por naturaleza). Es ese rasgo justamente el que construye nuestro lugar en el mundo. (1)
Decíamos (2) que la revolución del 17 intentó terminar con el capitalismo y su lógica basada en el egoismo y la acumulacion de capital. fue un intento serio, prolongado y a su vez con claras limitaciones históricas. La revolución, parafraseando a Trotsky, no es como la sueñan los profesores socialistas en sus siestas de biblioteca, sino tal cual sale del laboratorio implacable de la historia y deformada por la acción de fuerzas hostiles. Quienes la defendemos aún nos debemos un análisis científico del auge y caída de la URSS y el socialismo real Europeo. Otros procesos en la misma dirección se irían abriendo más tarde camino, como la revolución en China cuyo desarrollo y perspectivas son hoy materia de análisis y debate.
Así llegamos al siglo XXI. En el nuevo milenio se fue desplegando una situación histórica y geopolítica nueva; Podríamos enumerar los rasgos de esta época en los siguientes: La emergencia, después de un siglo de predominio de EE.UU, de China como la primer potencia en cuanto a producción de bienes y servicios (considerados con el método denominado paridad de compra -valor real de la producción- y no mediado por las circunstancias de los tipos de cambio). Y disputando el papel de primer potencia mundial en todos los sentidos a la nación del norte de América.
Es evidentemente un tema de análisis, las diferencias con la época de la llamada guerra fría donde confrontaban el Bloque del socialismo encabezado por la URSS y el “occidental” encabezado por EE.UU. Ese enfrentamiento tuvo un fuerte componente político, ideológico y militar. En lo económico a pesar del impresionante crecimiento de la URSS como describimos más arriba, la hegemonía estuvo siempre en manos “Americana”. Hoy pareciera que China camina por el sendero opuesto, afirma primero su desarrollo económico aún usando herramientas del capitalismo y mantiene bajo perfil en la disputa ideológica, política y militar.
Así la disputa China – EE.UU marca toda la geopolítica mundial de esta primera parte del siglo y no se pueden proyectar perspectivas, sino tenemos en cuenta las implicancias de esa disputa y nos ubicamos con realismo en relación a ella.
Otro rasgo es la revolución tecnológica que está cambiando aceleradamente la forma de producir, consumir y vivir de la humanidad. Ingresamos en una nueva etapa determinada por el paso del capitalismo de la segunda revolución industrial al de la tercera y cuarta.
Junto a las características mencionadas se agudiza la financiarización de la vida económica, esto es un gigantesco endeudamiento de las personas, las empresas y las naciones. Este endeudamiento entre otras tiene 2 funciones fundamentales, capturar y redireccionar plusvalía a nivel global acentuando el proceso de concentración y centralización del capital y simultánea y tal vez contradictoriamente, intentar neutralizar o postergar las crisis de sobreproducción o subconsumo relativos (Esto se abordará detalladamente más adelante en el texto) Por último, estamos en un ciclo de la naturaleza sobre el planeta, nuevo, que llamamos antropoceno. Caracterizado porque la naturaleza está cada vez más influida por la acción humana, que por la acción de otros elementos naturales. Con el resultado entre otros del calentamiento global, producto de nuestra actividad económica con la matriz energética basada en los combustibles fósiles.
En esta encrucijada nos sorprende la primera pandemia del siglo XXI en este capitalismo que tal vez podamos ya, denominar maduro.
Notas
(1) “desde que escribí mi manifiesto de la selección genética he pensado en la posibilidad de que exista una especie de selección superior que haya operado de manera ocasional durante el largo curso de la revolución… “
“Actualmente pienso que no solo algunos organismos individuales están mejor dotados que otros para la supervivencia, sino que clases enteras de organismos pueden estar mejor dotadas que otras para la evolución…” “Puede haber una especie de selección de alto nivel para las embriologias que se prestan a la evolución; una selección en favor de la capacidad de evolución. Este tipo de selección puede ser incluso acumulativo, y por lo tanto progresivo de un modo que no lo es la selección de grupo.” – El Gen Egoísta – notas- Richard Dawkins.
El Dawkins maduro entendió que su teoría de la selección de genes (egoístas) y que por lo tanto reproducen egoísmo en los individuos en su lucha por la supervivencia, no describía cabalmente el mundo emergente de esas leyes, un mundo donde cada vez más la capacidad de cooperación humana explicaba nuestro predominio sobre el resto. Esa “selección en favor de la capacidad de evolución” advertida por Dawkins, puede ser descripta en términos de cómo la evolución selecciona en última instancia complejidad, o dicho de otra forma capacidad de cooperación.
(2) Se utilizará en todo el texto la primera persona del plural, (nosotros) para los aspectos narrativos, dado que lo aquí expuesto es el resultado de múltiples debates y análisis siempre colectivos, sintetizados en este caso por la pluma de quien escribe.

