Marcadas por graves denuncias de fraude, miles de impugnaciones sin resolver y una impúdica injerencia de los Estados Unidos, las recientes elecciones generales en Honduras se perfilan como uno de los procesos electorales más opacos de la historia del país. Veinticuatro días después de celebrados los comicios del 30 de noviembre, el Consejo Nacional Electoral (CNE) proclamó al candidato del Partido Nacional, respaldado por Donald Trump, Nasry “Tito” Asfura, como el nuevo presidente del país centroamericano.
De forma inédita, la declaratoria fue emitida el 24 de diciembre mediante un comunicado del CNE, sin transmisión en cadena nacional de radio y televisión, mientras una parte significativa de la población se encontraba inmersa en las celebraciones de Nochebuena.
El resultado fue aprobado por las consejeras Ana Paola Hall, representante del Partido Liberal, y Cossette López, representante del Partido Nacional, luego de que la embajada de Estados Unidos en Honduras exigiera públicamente la emisión del resultado final, advirtiendo que “cualquiera que obstruya o intente retrasar” la proclamación enfrentaría “consecuencias”.
Aunque la normativa exige la firma de los tres consejeros del CNE, la declaratoria no fue firmada por el consejero del Partido Libertad y Refundación (Libre), Marlon Ochoa, quien calificó la decisión como un “golpe electoral”. No obstante, el documento fue formalizado con la firma del consejero suplente de Ochoa, Carlos Enrique Cardona Hernández —sobre quien pesan graves sospechas de corrupción—, quien avaló la resolución sin el consenso del partido al que debía representar.
La respuesta no se hizo esperar y, de inmediato, la proclamación fue calificada por el presidente del Poder Legislativo, Luis Redondo, dirigente del partido Libre, como un “golpe electoral” y una “traición a la patria”. A través de redes sociales, Redondo emitió un duro mensaje en el que afirmó que el consejero suplente Carlos Cardona le había “confirmado no avalar el fraude del Partido Nacional”, mensaje que acompañó con una imagen de fondo negro con la palabra “Traición”.
De acuerdo con los datos del CNE, la declaratoria se basó en el escrutinio de 19.154 actas de un total de 19.167, lo que equivale al 99,93 % del total. Según esas cifras, Asfura obtuvo 1.481.517 votos, correspondientes al 40,26 %; Salvador Nasralla, del Partido Liberal, alcanzó 1.455.169 votos, equivalentes al 39,54 %; mientras que Rixi Moncada, candidata de Libre, sumó 706.266 votos, es decir, el 19,19 %.
El resultado anunciado por el CNE marcó una diferencia de apenas 0,72 % entre los candidatos del Partido Nacional y del Partido Liberal. La proclamación se realizó sin la revisión de miles de actas electorales que, tanto el Partido Libre como sectores cercanos a Salvador Nasralla, candidato del Partido Liberal, habían presentado para su revisión por contener serias irregularidades, y por las cuales exigían un “recuento completo y transparente”.
Se trataba de actas en las que aparecían más votos de los que correspondían, donde la diferencia a favor del Partido Nacional era completamente desproporcionada frente a otras actas, y/o en las que no se habían respetado los mecanismos de seguridad biométricos.
Sin brindar ninguna explicación, las consejeras del CNE se negaron de manera sistemática a realizar el recuento de las miles de actas denunciadas por irregularidades. Se calcula que estas contenían aproximadamente dos millones de votos que podrían haber modificado de manera sustancial el resultado final. Sin embargo, el prematuro anuncio del CNE no permitió que se revisaran esos votos.

Reacciones políticas y posicionamientos internacionales
Inmediatamente tras la proclamación como nuevo presidente, la embajada de Estados Unidos emitió un comunicado felicitando a Nasry “Tito” Asfura. Al mismo tiempo, expresó su reconocimiento a las consejeras Ana Paola Hall y Cossette López “por su liderazgo y compromiso en la protección del proceso electoral y su respeto a la voluntad del pueblo”.
En sintonía con la declaración de Estados Unidos, los gobiernos de derecha de la región —Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana— emitieron un comunicado conjunto felicitando a Asfura y expresando su expectativa de “trabajar conjuntamente en los temas que nos unen como países hermanos, en particular el comercio, la seguridad, la migración y el fortalecimiento de la democracia en la región”.
A su vez, el senador Flávio Bolsonaro, a través de redes sociales, felicitó a Asfura, asegurando que su victoria fortalecerá “el movimiento de la derecha en América Latina”. Mientras tanto, el exdiputado Eduardo Bolsonaro señaló que “el pueblo hondureño derrotó a la candidatura de izquierda, apoyada por [el expresidente de Honduras Manuel] Zelaya, y dijo no al socialismo, siguiendo la tendencia hacia la derecha en América Latina”.
En contraste, Salvador Nasralla rechazó formalmente la declaratoria del CNE y afirmó, en una conferencia de prensa, que el resultado “no refleja la verdad completa del voto ciudadano (…) por cuarta vez consecutiva me han negado esa oportunidad, no es un capricho; no se debió dar un resultado sin contar todos los votos”.
Posteriormente, Nasralla compartió en redes sociales una grabación en la que se escucharía a quien —presuntamente— sería la consejera Cossette López-Osorio hablando con un desconocido, en la que estaba pidiendo elevar una coima de 3 millones de lempiras (equivalente a unos 113.800 USD) a 7 millones de lempiras (aproximadamente 265.500 USD). En su publicación, Nasralla acompañó la grabación con el mensaje: “El dinero del Partido Nacional, violando la voluntad de 8 millones de hondureños. Este audio es, luego de ser peritado en los Estados Unidos, absolutamente real”.
A su vez, la candidata del Partido Libre, Rixi Moncada, denunció públicamente lo que consideró una grave ruptura del orden democrático a través de un mensaje difundido en sus redes sociales. En su pronunciamiento, acusó al Consejo Nacional Electoral (CNE) de actuar bajo influencias externas y afirmó que el proceso electoral fue manipulado deliberadamente. Según sostuvo, “en Honduras, el CNE, atendiendo las instrucciones del imperio, asesinó nuestra incipiente democracia”, y calificó la proclamación del “presidente electo” como “un fraude y una imposición extranjera”.
Declaratoria en medio de impugnaciones pendientes
La proclama presidencial del candidato respaldado por Donald Trump, Nasry “Tito” Asfura, se realizó sin que quedaran resueltas las más de 10 mil impugnaciones presentadas por los partidos Liberal y Libre, así como al menos dos acciones de nulidad relacionadas con el nivel presidencial, echando así un fuerte cuestionamiento sobre su legitimidad.
La noche previa a la declaratoria, las consejeras Hall y López —de manera virtual, mientras se cree que se encontraban en una sede diplomática extranjera— aprobaron un informe que recomendaba dejar de lado las impugnaciones y solicitudes de revisión interpuestas por el Partido Liberal y el Partido Libre. Con la adopción de ese documento, el CNE quedó “habilitado” para emitir la declaratoria oficial del ganador del proceso electoral.
Previamente, el jueves 18 de diciembre, el proceso electoral había entrado en una fase de “escrutinio especial”, en la que se contemplaba la revisión de 2.773 actas electorales, equivalentes al 14,5 % del total de sufragios —lo que representaba más de 580.000 votos—, debido a que, según el propio CNE, estas actas presentaban “inconsistencias”.
El centro del debate se centró en si también debían revisarse otras actas o no. Mientras las consejeras Cossette López-Osorio y Ana Paola Hall defendieron la postura de limitar la revisión únicamente a esas actas, el Partido Libre exigió desde un inicio el recuento completo del 100 % de las actas, sosteniendo que las irregularidades eran más amplias que las reconocidas oficialmente. Por su parte, el Partido Liberal mostró divisiones internas: mientras su candidato presidencial, Salvador Nasralla, reclamó una revisión “voto por voto” de la totalidad de las actas, sectores de la dirigencia liberal respaldaron la postura de limitar el escrutinio únicamente a las actas propuestas por las consejeras del CNE.
Nasralla asegura que, según sus conteos paralelos (no oficiales), su candidatura había obtenido la mayor cantidad de votos, un análisis que fue compartido por Libre. A los pocos días de celebradas las elecciones, el expresidente Manuel “Mel” Zelaya, actual coordinador de Libre, afirmó a través de redes sociales que, según el conteo paralelo realizado por su partido minuto a minuto, Salvador Nasralla tenía ventaja en las elecciones presidenciales.
“Consulté a nuestra candidata Rixi Moncada para brindarme esta información, porque según nuestro propio conteo nacional de récords presidenciales, récord por récord, el ganador de la presidencia es Salvador Alejandro César Nasralla Salum”, había declarado Zelaya
Gabriel Vera Lopes*. Analista de política internacional
Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal Brasil de Fato
Foto de portada: Las elecciones hondureñas están cargadas de varios escándalos. | FB: @papialaorden

