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El coqueteo de la OTAN con los ciberataques preventivos contra Rusia es increíblemente peligroso

Por Andrew Korybko* –
Es posible que los británicos estén incitando a ello para provocar una crisis que arruine la renacida «nueva distensión» entre Rusia y Estados Unidos, pero, aunque esto fracasara, Europa continental seguiría debilitada si Estados Unidos se retirara cuando Rusia tomara represalias, lo que también podría favorecer sus intereses.

En octubre se evaluó que «la triple respuesta de la OTAN a la última amenaza rusa aumenta el riesgo de una guerra más amplia». En ese momento, el bloque estaba considerando armar drones de vigilancia, simplificar las reglas de combate para los pilotos de caza y realizar maniobras de la OTAN justo en la frontera con Rusia. Las tres medidas siguen sobre la mesa, pero informes recientes de Politico y el Financial Times sugieren que ahora se está debatiendo una política hasta ahora impensable, que podría ser mucho más peligrosa que las anteriores.

El primero informó de que «los aliados, desde Dinamarca hasta la República Checa, ya permiten operaciones cibernéticas ofensivas» contra Rusia por parte de sus servicios de seguridad nacional, lo que ha creado el contexto en el que el ministro de Asuntos Exteriores de Letonia y, curiosamente, el ministro de Defensa de Italia están presionando para que se adopte una actitud más «proactiva». El segundo citó al presidente del Comité Militar de la OTAN, Giuseppe Cavo Dragone, quien argumentó que los hipotéticos «ataques (cibernéticos) preventivos» podrían considerarse una «acción defensiva» por parte del bloque.

Sin embargo, Dragone aclaró que «esto se aleja mucho de nuestra forma habitual de pensar y actuar». No obstante, la importancia de estos informes recientes radica en que sugieren que algunos miembros de la OTAN podrían lanzar unilateralmente tales «ataques preventivos» contra Rusia o hacerlo en una nueva «coalición de voluntarios», lo que aumentaría el riesgo de represalias rusas que podrían catalizar un nuevo ciclo de escalada potencialmente incontrolable. Por lo tanto, lo mejor para ellos es no hacerlo en absoluto.

No está claro hasta qué punto se está debatiendo seriamente esta cuestión dentro de la OTAN, y es posible que los informes citados formen parte de una operación psicológica con fines disuasorios, dado el miedo patológico del bloque a que Rusia esté tramando operaciones cibernéticas a gran escala contra ellos, pero es preocupante que se esté debatiendo en absoluto. Hay tres razones para ello, la primera de las cuales es que la OTAN sigue siendo oficialmente una «alianza defensiva», pero cualquier observador honesto ya sabe que, de facto, ha sido ofensiva desde el final de la antigua Guerra Fría.

La segunda es que estas deliberaciones contradicen directamente la política de coexistencia pacífica con Rusia que Trump espera promulgar al final del conflicto ucraniano, que ahora finalmente está tratando de poner fin con entusiasmo mediante su tan esperada coacción a Zelensky para que haga algunas concesiones a Putin. Si esto tiene éxito y Estados Unidos coexiste pacíficamente con Rusia, los «ataques cibernéticos preventivos» de los miembros europeos de la OTAN contra Rusia podrían llevar a Estados Unidos a dejarlos en la estacada cuando tome represalias.

El escenario mencionado anteriormente da paso a la razón final por la que estas deliberaciones políticas son tan preocupantes, y es porque alguien parece estar moviendo los hilos entre bastidores para provocar una crisis a través de estos medios. Dado que los británicos estuvieron posiblemente detrás de las filtraciones de Bloomberg sobre Rusia y Estados Unidos, cuyo objetivo era descarrilar las conversaciones sobre el marco del acuerdo de paz de 28 puntos entre Rusia y Ucrania, todas las sospechas deberían recaer una vez más sobre ellos, ya que son maestros históricos de las conspiraciones de «divide y vencerás» y las provocaciones de bandera falsa.

Teniendo todo esto en cuenta, se puede concluir que el coqueteo de la OTAN con los «ataques cibernéticos preventivos» contra Rusia probablemente esté siendo alentado por los británicos, que quieren completar los preparativos para que puedan llevarse a cabo bajo sus órdenes en el futuro. El objetivo sería provocar una crisis para arruinar la renacida «nueva distensión» entre Rusia y Estados Unidos, pero, incluso si esto fracasara, Europa continental seguiría debilitada si Estados Unidos se retirara cuando Rusia tomara represalias, lo que también podría favorecer los intereses británicos.

*Andrew Korybko, analista geopolítico internacional.

Artículo publicado originalmente en Substack del autor.

Foto de portada: extraída del substack del autor.

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