Colaboraciones Norte América

“El oro no miente”. Para qué se está preparando el sistema financiero global

Por Natalia Karnova*. – El oro se ha consolidado frente a las monedas sin respaldo, pero Argentina envía su oro a Londres para obtener liquidez financiera y pagar su deuda externa.

El oro se consolida como un activo real en lugar de una “burbuja”. Los expertos creen que el aumento récord en los precios del oro no es una tendencia pasajera, sino parte de una transición global hacia un nuevo modelo. ¿Qué papel juega el dólar en este proceso? ¿Es momento de abandonarlo y seguir a los reguladores globales?

El precio de los metales preciosos está alcanzando máximos históricos. Desde principios de año, el precio del oro se ha disparado más de la mitad, un récord en décadas. A finales de octubre, los precios subieron un 10%, hasta rondar los cuatro mil dólares por onza troy, pero los analistas prevén un salto.

Otros metales, como la plata, el platino y el paladio, también están subiendo. Esto se debe a las condiciones del mercado y a las necesidades industriales. Sólo el oro sigue siendo un medio de pago universal, capaz de funcionar como dinero en tiempos difíciles. También es un activo refugio, que ayuda a preservar el capital.

Con anterioridad, los precios del oro se determinaban por factores de mercado. Cuando las tasas de interés en EE. UU. eran altas, todos compraban oro; cuando eran bajas, compraban bonos del Tesoro. Esto garantizaba una buena rentabilidad. Ahora, ese sistema no funciona: el metal precioso está batiendo récords a cualquier precio.

Una de las razones son las acciones de los bancos centrales mundiales. Según el Consejo Mundial del Oro, los reguladores compraron más de 400 toneladas del metal en la primera mitad del año. Los países que lideraron estas compras fueron China, India, Turquía y Arabia Saudita. Las compras son sistémicas. El Banco Popular de China ha estado aumentando sus reservas por décimo mes consecutivo, alcanzando las 2.300 toneladas. La participación del metal precioso en los activos del país ronda el 7%, lo que significa que son posibles nuevas emisiones.

Veintitrés países aumentaron sus reservas de oro. Polonia (67,2 toneladas) lideró la lista. Azerbaiyán (34,5 toneladas) y Kazajstán (22,1 toneladas) también se destacaron. La geografía —desde Europa del Este y Oriente Medio hasta el Sudeste Asiático y África— demuestra que la tendencia es verdaderamente global.

En conjunto, los bancos centrales e instituciones financieras mundiales (el FMI y el BCE) han acumulado 36.340 toneladas. Esto constituye la reserva mundial de oro.

Pérdida de confianza en el dólar

¿Por qué todos se apresuran a comprar el metal precioso? Los analistas de mercado creen que los bancos centrales de los países en desarrollo están diversificando sus reservas debido al temor a las sanciones y a la pérdida de confianza en el dólar. El primer repunte coincidió con la caótica introducción de aranceles mutuos, lo que provocó un aumento en la demanda de activos refugio. El segundo comenzó cuando la Reserva Federal señaló, en la práctica, la reanudación del ciclo de flexibilización monetaria recordó Iaroslav Kabakov, profesor de la Escuela Superior de Negocios de la Escuela Superior de Economía.

En ambos casos, observamos dudas sobre la estabilidad financiera global y preocupación por la depreciación de las monedas. Además, el repunte actual es inusual, ya que se produce en un contexto de dólar estable y altos rendimientos de los bonos, lo que indica no una huida del dólar estadounidense, sino una huida generalizada de todas las monedas del G10, según afirma Kabakov.

La reducción del número de países considerados refugios seguros, el aumento de los riesgos de la deuda y la creciente conciencia de la vulnerabilidad de estos refugios están incrementando el atractivo del oro. Durante demasiado tiempo, el mundo se ha plegado a los dictados de Estados Unidos y ha comerciado con la moneda estadounidense, a menudo en detrimento de sus propios intereses. Ahora que la economía estadounidense está en apuros, es hora de que desarrolle su propio juego.

«Esta tendencia refleja una menor dependencia del dólar y un deseo de diversificar las reservas; el oro se está convirtiendo en un nuevo instrumento de independencia monetaria», subraya Kabakov.

Reajuste global

La confianza que antes existía en Estados Unidos se ha esfumado: la deuda pública de la primera economía del mundo ya roza los 40 billones de dólares, y la deuda total se acerca a los 100 billones. Esto no sería un problema si no se tratara del 324% del PIB estadounidense. Este nivel de deuda no tiene precedentes en toda la historia del país. El déficit presupuestario crece y la calificación crediticia cae.

Quién y cómo pagará la deuda sigue siendo una incógnita. Por ello, los bancos centrales están aumentando sus reservas de oro, reduciendo la exposición al dólar y buscando una mayor neutralidad de activos. Esto se debe al fin del ciclo de la burbuja y su culto, según Dmitri Nazarkin, analista especializado en metales y gemas preciosas.“Hablamos de segmentos que no generan beneficios por sí mismos, sino que crecen únicamente gracias a la incorporación de cada vez más grupos de inversores. Los activos reales, que poseen valor intrínseco, siempre han sido y siguen siendo un refugio seguro que preserva el capital invertido y además genera importantes beneficios durante desequilibrios geopolíticos o económicos”, explica.

Se cree que cada moneda de reserva domina durante aproximadamente un siglo. Si este patrón se confirma, la era del dólar está llegando a su fin, y el oro, con sus siete mil años de historia, vuelve a demostrar su capacidad como salvaguarda universal durante el periodo de transición del sistema financiero global, según argumenta Maxim Molderf, director ejecutivo de Moneymatika.ru.

El retorno de los valores eternos

El interés por el oro está creciendo tanto entre inversores privados como entre fondos. Si bien antes se consideraba suficiente una inversión del 5-10% para la diversificación, ahora se está creando un núcleo de protección sólido, capaz de resistir riesgos inflacionarios y sistémicos, añade el experto.

En el contexto de la volatilidad actual, el oro se presenta como una alternativa a los depósitos en moneda extranjera. No se puede congelar, devaluar ni cancelar. Se está convirtiendo en una nueva moneda fuerte: universal e independiente de la política y las decisiones regulatorias.

El mercado ofrece cada vez más soluciones para ello. Estas incluyen activos tanto tradicionales como digitales que combinan la fiabilidad de los metales preciosos con la comodidad de las herramientas en línea. Los diferenciales de estos activos son bajos y la conversión a metal físico es instantánea.

Si los gobiernos buscan protección a través del oro, el mismo principio se aplica al ahorro personal. Gradualmente, la proporción de oro en las carteras de inversión privadas aumentará hasta alcanzar entre el 20% y el 30 %.

Nuevo ciclo alcista

Los principales expertos y firmas de inversión coinciden: estamos presenciando un ciclo alcista del oro. Los analistas de Goldman Sachs prevén un precio de entre 4.500 y 5.000 dólares para mediados de 2026. Ed Yardeni, director de Yardeni Research, estima perspectivas aún mayores: 5.000 dólares en 2026 y 10.000 dólares para finales de la década. Frank Holmes, de US Global Investors, predice que habrá 7.000 para 2029.

En el medio siglo transcurrido desde la abolición del patrón oro, el precio del metal precioso se ha multiplicado por más de 50, sobreviviendo a crisis, guerras y ciclos de transición de sistemas monetarios. Incluso tras periodos de corrección, se ha recuperado de forma constante y ha alcanzado nuevos máximos históricos.

Las compras de oro por parte de los bancos centrales no son una especulación a corto plazo, sino una medida estratégica en el marco de la reestructuración del sistema financiero global. La magnitud de estas transacciones indica una revisión de la lógica misma del sistema monetario mundial. El dólar, sin duda, conservará su estatus como una de las monedas clave, pero su monopolio como principal activo de reserva está quedando obsoleto, argumenta Molderf.

En otras palabras, a juzgar por las acciones de los bancos centrales mundiales, el nuevo sistema económico global multipolar dependerá más de activos reales y tangibles que de las circunstancias políticas.

Natalia Karnova*. – Columnista de PRIME agencia de información económica de TASS

Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal prime.ru. Traducción y adaptación Hernando Kleimans

Foto de Portada: oroyfinanzas.com/

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