Europa

Por qué el auge ultra en Europa se ha llevado su primer gran batacazo electoral en Países Bajos

Por Gerard Fageda* –
Las fuerzas de la ultraderecha crecen en todos los grandes países de la UE y tienen más poder que nunca.

El crecimiento de la extrema derecha en toda Europa parece imparable. Aumenta en la gran mayoría de países y las instituciones de la Unión Europea son las más derechizadas de la historia. Sin embargo, los resultados de las elecciones de los Países Bajos de este miércoles parece que han roto, sin que sea por los pelos y de manera temporal, la ola ultraderechista y xenófoba que atraviesa todo el continente. Por primera vez en muchos años, en uno de los grandes países del bloque europeo, la extrema derecha ha sufrido un gran batacazo electoral y una coalición de centro-progresista se ha erigido como la alternativa.

El Partido por la Libertad, que dirige Geert Wilders, ganó los anteriores comicios neerlandeses de manera muy holgada por 37 diputados. En las elecciones de este miércoles, a pesar de que ya reflejaban una pequeña sangría, las encuestas lo volvían a situar como gran ganador. Sin embargo, la extrema derecha neerlandesa, que lideraba el anterior gobierno de coalición, ha perdido casi una tercera parte de su representación y ha empatado a diputados (26) con los socioliberales de D66, que dirige el joven (38 años) progresista y europeísta Rob Jetten.

Así, los Países Bajos se dirigen ahora a un gobierno de coalición de centro, que es muy probable que lo formen otros partidos liberales progresistas y más conservadores, una formación demócrata cristiana tradicional y el partido ecologista y socialdemócrata. Un ejecutivo que no tendrá nada que ver, por supuesto, con el que dirigía el partido de Wilders y que estaba formado por fuerzas populistas y más derechizadas. “Millones de neerlandeses han pasado página y han dicho adiós al negativismo y al odio”, aseguró ante las cámaras después de publicarse los resultados de las primeras encuestas a pie de urna.

El caso de los Países Bajos es excepcional. En todos los otros grandes países de la Unión Europea la extrema derecha ha ido ganando representación e influencia sin cesar durante los últimos años.

Por ejemplo, en el Estado miembro más grande de la Unión Europea, Alemania, la AfD no ha dejado de ganar representación elecciones tras elecciones y el discurso en materia migratoria del actual canciller, el conservador Friedrich Merz, y del anterior, el socialdemócrata Olaf Scholz, se ha visto muy marcado por el de la extrema derecha, especialmente en inmigración.

En las últimas elecciones al Bundestag, Afd duplicó su porcentaje de voto y casi duplica también su representación en la cámara parlamentaria alemana: pasó del 10,3% al 20,8%, y de 83 a 152 diputados. Ante las buenas proyecciones de la extrema derecha, Merz continúa subiendo el tono contra la migración, hasta el punto de que la semana pasada hizo unas declaraciones muy polémicas porque calificó como un “problema” el “paisaje urbano” en relación al hecho de que haya migrantes en Alemania.

La situación en Francia es similar, si bien el partido de Marine Le Pen está más cerca del poder que nunca. En las dos últimas elecciones presidenciales francesas, tanto las de 2017 como las de 2022, Le Pen ya consiguió colarse en la segunda vuelta con más de un 21% del porcentaje de voto y, aunque lejos de atrapar a Emmanuel Macron, el apoyo que obtuvo en la segunda vuelta ya creció de manera substancial con cinco años de diferencia: pasó de un 33,9% (resultados históricamente malos teniendo en cuenta que era una segunda vuelta) al 4,5% en 2022. Por lo que hace en las legislativas, pasaron de obtener en segunda vuelta un 17% de los votos a un 37% el año pasado. De hecho, recibieron más apoyos que cualquier otro partido, aunque Francia Insumisa, del izquierdista Jean-Luc Mélenchon obtuvo más representación y ganó las elecciones en número de escaños.

En Italia la situación es muy diferente. La ultraderecha se encuentra en el poder y, de hecho, el Ejecutivo de Giorgia Meloni es uno de los gobiernos más populares y más estables de los últimos años de la política italiana. Meloni ganó las elecciones de manera muy holgada, con el 26% de los apoyos, además de los votos que recibió uno de sus principales socios de Gobierno, Matteo Salvini, que se quedó en el 9%.

La UE abraza la extrema derecha  

El Gobierno neerlandés liderado por el partido de extrema derecha de Wilders, no era la excepción, y cada vez son más los jefes de Estado y de Gobierno del bloque comunitario que son ultraderechistas. Además, en muchos casos, la derecha tradicional ya gobierna en coalición con la extrema derecha o recibe su apoyo parlamentario.

Sin embargo, lejos de suponer un problema para la UE, el bloque europeo se ha adaptado completamente a estos gobiernos de extrema derecha y en muchos casos ha abrazado sus políticas, sobre todo en materia de migración. El caso más claro es el de Italia, pero también el de Bélgica o el anterior de Países Bajos. Ninguno de los tres puso en duda la presencia de su país dentro del club europeo y, a pesar de que luchan para una UE muy diferente, defienden la unión comunitaria.

Más allá de los gobiernos estatales, cabe recordar que por primera vez en la historia la Comisión Europea cuenta con un comisario de extrema derecha, como es el italiano Raffaele Fitto, y que el Partido Popular Europeo (PPE) y los partidos que se encuentran a su derecha suman mayoría simple. Nunca antes los democratacristianos habían podido aprobar leyes sin el visto bueno de partidos de centro o de izquierdas, como los socialdemócratas, los liberales o los verdes. Ahora, la extrema derecha también puede jugar un papel determinante en la Eurocámara e incluso dejar fuera de juego al centro y a la izquierda europea.

*Gerard Fageda, periodista.

Artículo publicado originalmente en Público.es

Foto de portada: Geert Wilders comparece ante la prensa en la Cámara de Representantes de La Haya, el 30 de octubre de 2025.EFE

Dejar Comentario