Asia Occidental

La crisis israelí que le cuesta 50 mil millones de dólares al gobierno…y mucho más al pueblo

Por PIA Global*- Israel se encuentra en un punto de inflexión crítico dos años después del 7 de octubre.

Antes de la guerra de Gaza, Israel se jactaba de ser la economía de innovación de Oriente Medio, respaldada por un sector tecnológico vibrante y un sistema financiero diversificado. Pero desde octubre de 2023, la trayectoria ha cambiado radicalmente. El gasto militar se ha duplicado a expensas de la educación y la sanidad, la deuda pública se ha disparado a más del 65 % del PIB, el mercado laboral sufre una grave escasez de mano de obra debido a las llamadas a filas y las lesiones militares, el turismo se ha desplomado, el sector de la aviación ha sufrido grandes pérdidas y la inversión extranjera directa ha disminuido más del 60 % solo en 2024.

La semana pasada, el Ministerio de Defensa israelí publicó datos alarmantes que indican que, desde el inicio de la guerra, unos 20.000 soldados han sido reconocidos como heridos, la mayoría con trauma psicológico. El informe muestra que el 56% de los pacientes del departamento de rehabilitación del ministerio padecen trastornos mentales graves, y se esperan decenas de miles de nuevos casos para 2028. Esto no es una conmoción temporal; es una crisis continua que amenaza con hundir a la sociedad y la economía israelíes, según Ynet Global.

El sistema sanitario sufre una verdadera asfixia. Las enfermedades mentales sin tratamiento se están convirtiendo en dolencias físicas como cardiopatías, diabetes y trastornos autoinmunes, mientras que las tasas de suicidio entre el personal militar están en aumento. Más de 40 soldados se han quitado la vida desde el comienzo de la guerra, 16 de ellos solo en el último año, lo que demuestra la profundidad del colapso psicológico que afecta tanto al estamento militar como a la sociedad civil.

Un estudio realizado por la Fundación Social Finance Israel predice que la carga nacional del trastorno de estrés postraumático (TEPT) resultante de la guerra podría costarle a la economía israelí 50 000 millones de dólares en los próximos cinco años. Los detalles revelan que cada caso de TEPT le cuesta a la economía entre 1,8 y 2,2 millones de NIS (aproximadamente entre 500 000 y 600 000 dólares) a lo largo de la vida. Es importante destacar que el 74 % de este coste no se debe al tratamiento, sino a la pérdida de productividad y empleo. El 18 % restante se divide entre los costes directos de la atención sanitaria y problemas secundarios como la adicción (8 %).

Al mismo tiempo, la entidad sionista se enfrenta a un aumento de los gastos de guerra, con un presupuesto militar que supera el 28% del gasto público tras duplicar su asignación bélica. El déficit fiscal también ha alcanzado niveles no vistos desde la guerra de 2006, en un contexto de desaceleración del crecimiento y disminución de la inversión extranjera. El sector tecnológico, que durante años representó el motor del crecimiento de Israel, está perdiendo atractivo, con decenas de startups emigrando al extranjero debido a la inestabilidad y las nuevas cargas fiscales.

A medida que la guerra continúa, la confianza de los inversores y consumidores se erosiona. Los bancos israelíes se enfrentan a un aumento de la morosidad, mientras que el desempleo juvenil va en aumento. Con el gasto militar en marcha sin una solución política, la economía israelí parece encaminarse hacia un período de contracción crónica, acompañado de una clase media en declive y una caída del poder adquisitivo.

Foto de portada: Banco Israelí / Getty

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