Según declaró el secretario de Asuntos Exteriores indio, Vikram Misri, la próxima cumbre será una oportunidad clave para “promover una asociación especial y privilegiada entre India y Rusia”. Este encuentro no es un evento aislado: representa la continuidad de una relación estratégica que ha sobrevivido a los vaivenes del sistema internacional y que hoy adquiere un valor aún mayor en el marco de la construcción de un orden multipolar.
Rusia e India mantienen un vínculo que trasciende coyunturas. Desde la Guerra Fría, cuando la Unión Soviética se convirtió en un aliado central de Nueva Delhi frente a las tensiones con China y Pakistán, hasta la actualidad, la cooperación bilateral ha demostrado una solidez poco común en la política internacional.
A diferencia de otros países que suelen oscilar entre alianzas según los intereses inmediatos, India y Rusia han mantenido una relación basada en la confianza mutua y en una agenda compartida que abarca múltiples sectores.
El propio canciller ruso, Serguéi Lavrov, subrayó que ambas naciones cuentan con una “agenda bilateral enorme y muy completa”. En ella figuran la cooperación técnico-militar, la economía, el comercio, la energía, la inteligencia artificial, la alta tecnología, la salud, las finanzas y los contactos humanitarios.
La dimensión militar y tecnológica
Uno de los pilares históricos de la cooperación ruso-india ha sido la esfera militar. Rusia sigue siendo uno de los principales proveedores de armamento de la India, y la transferencia de tecnología en este sector ha sido decisiva para que Nueva Delhi pudiera desarrollar sus propias capacidades estratégicas.
Más allá de las compras de armas, el vínculo incluye proyectos conjuntos, como la producción de sistemas de defensa o el desarrollo compartido en áreas como la aviación militar.
Este tipo de cooperación garantiza a India independencia en el terreno de la seguridad y reduce su dependencia de proveedores occidentales, que suelen condicionar sus entregas a alineamientos políticos.
La inclusión de la alta tecnología y la inteligencia artificial en la agenda de la cumbre muestra, además, que la relación no se limita al pasado, sino que busca adaptarse a los desafíos del siglo XXI.

Comercio, energía y nuevas rutas
El comercio bilateral ha crecido de forma notable en los últimos años, impulsado en parte por las sanciones occidentales contra Rusia que han acercado aún más a Moscú a Asia. India, por ejemplo, se ha convertido en uno de los mayores compradores de petróleo ruso con descuentos preferenciales, asegurando así su suministro energético en un contexto global de precios volátiles.
Además, el desarrollo de nuevas rutas comerciales, como el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC), que conecta a Rusia con India a través de Irán, promete consolidar una infraestructura estratégica que reducirá costos, acortará tiempos y profundizará la integración económica euroasiática.
El petróleo ruso sigue representando un tercio de las importaciones totales de petróleo de la India, manifestó Roman Babushkin, ministro consejero de la Embajada de Rusia en India.
“No vemos indicios de una reducción [en el suministro de petróleo]”, señaló a la prensa.
El diplomático subrayó que las estadísticas sobre el suministro de petróleo a la India durante el primer semestre de este año ya están disponibles públicamente. “Estos [suministros rusos] aún representan al menos un tercio de las compras globales de la India”, añadió.
Anteriormente, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, señaló que la Administración de Washington discutió el 22 de septiembre con funcionarios indios sus compras de petróleo ruso en clara injerencia interna.
Un momento geopolítico clave
La visita de Putin llega en un momento en que Washington intenta atraer a Nueva Delhi hacia su estrategia de contención contra China y Rusia, al mismo tiempo que promueve iniciativas como el Quad (junto a Australia y Japón) para contrarrestar el ascenso de Asia.
Sin embargo, India ha demostrado que no está dispuesta a ser un simple apéndice de la estrategia estadounidense: busca preservar su autonomía estratégica y diversificar sus alianzas, manteniendo su cooperación tanto con Occidente como con Rusia.
Este equilibrio convierte a India en un actor central dentro del proceso multipolar. Su acercamiento a Rusia, en lugar de ser un obstáculo para sus relaciones con otros países, muestra que Nueva Delhi tiene la capacidad de jugar en varios tableros sin renunciar a sus intereses nacionales.
La próxima cumbre entre Rusia e India marcará un nuevo capítulo en una relación que ya es fundamental para la estabilidad de Eurasia. Más allá de los acuerdos concretos que se alcancen, el verdadero mensaje será político: Moscú y Nueva Delhi están comprometidos en mantener una asociación privilegiada que sirva de contrapeso al dominio occidental y que contribuya a la construcción de un orden multipolar más justo.
*Foto de la portada: Reuters