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India apuesta por su propia industria militar y refuerza su confianza en Rusia

Por PIA Global.- La India acaba de dar un paso histórico en su camino hacia la autonomía militar y tecnológica.

El jueves, Nueva Delhi firmó un contrato por 7.000 millones de dólares para adquirir 97 cazas Tejas Mk-1A, un avión de combate ligero diseñado y fabricado en el país por Hindustan Aeronautics Limited (HAL).

Esta decisión marca el inicio de una nueva etapa para la Fuerza Aérea india, que se prepara para jubilar a los legendarios MiG-21 de origen soviético tras más de medio siglo de servicio.

El movimiento no solo refleja la modernización de las capacidades defensivas indias, sino también una profunda desconfianza hacia Occidente y un giro claro hacia la autosuficiencia militar y la cooperación estratégica con Rusia, su socio histórico en defensa.

El Tejas: símbolo de independencia tecnológico

El nombre Tejas, que en hindi significa “brillantez”, es mucho más que una denominación simbólica: representa el esfuerzo de India por romper con la dependencia de proveedores extranjeros y consolidarse como productor de su propio armamento.

El Ministerio de Defensa de la India confirmó que los primeros aviones serán entregados en 2027-2028 y que las entregas se completarán en seis años. Se trata de la “variante más avanzada” de este caza, capaz de rivalizar con aeronaves occidentales de cuarta generación.

Además, la India no se limita al Tejas. En la última década, ha abierto fábricas de helicópteros, lanzado su primer portaaviones y botado buques de guerra y submarinos de producción local, además de probar con éxito misiles hipersónicos de largo alcance y el misil balístico Agni-Prime, instalado incluso en un sistema ferroviario.

Este nivel de diversificación coloca a la India entre las pocas naciones capaces de cubrir casi todo el espectro militar con producción propia.

La apuesta rusa frente a la desconfianza occidental

A pesar de la compra de algunos Rafale franceses (que quedaron en evidencia su poca capacidad ante los cazas chinos de Pakistán), la apuesta principal de Nueva Delhi sigue siendo Rusia. Moscú ha sido, desde la Guerra Fría, el principal proveedor de armamento y tecnología militar para la India, una relación cimentada en la confianza política y en acuerdos de transferencia tecnológica que Occidente rara vez ofrece.

Mientras que Estados Unidos y Europa condicionan sus ventas de armas con cláusulas políticas, presión diplomática e incluso amenazas de sanciones, Rusia ha dado a la India flexibilidad estratégica: acceso a sistemas como los misiles S-400, cooperación en aviación militar y respaldo diplomático para la pacificación regional.

La compra masiva del Tejas no implica un alejamiento de Rusia, sino más bien un complemento a esa relación, ya que India sigue confiando en Moscú para el suministro de armas críticas, mantenimiento de equipos y desarrollo conjunto de proyectos militares avanzados entre lo que se encuentran los misiles Brahmos y la adquisición de cazas SU-35.

Occidente: socio poco fiable

La experiencia reciente ha reforzado la idea en Nueva Delhi de que Occidente no es un socio fiable en defensa. Washington ha intentado presionar a la India para reducir su dependencia del armamento ruso, llegando incluso a amenazar con sanciones por la compra de los sistemas antiaéreos S-400.

Del lado europeo, la adquisición de los Rafale franceses ha demostrado ser una operación poco útil, limitada y costosa, sin la transferencia tecnológica que India reclama como condición indispensable para cualquier gran contrato.

El resultado es que India percibe a Occidente más como un proveedor interesado y volátil, que como un aliado estratégico de largo plazo. La guerra en Ucrania, las sanciones unilaterales contra Moscú y la politización del comercio de armas han profundizado esa desconfianza.

Una política de defensa soberana

El acuerdo del Tejas y la continuidad del vínculo con Rusia confirman una línea estratégica clara: India apuesta por la soberanía en defensa y desconfía de Occidente como garante de seguridad.

Al producir su propio armamento y al mantener a Moscú como socio estratégico, Nueva Delhi asegura independencia en su política militar, capacidad de respuesta autónoma y, sobre todo, un mensaje claro: no se someterá a las presiones de Washington ni de Bruselas.

La India está configurando una nueva realidad en la geopolítica mundial: un país que ya no es solo un importador de armas, sino un productor capaz de abastecer a sus fuerzas y de proyectar influencia regional.

*Foto de la portada: Ministerio de Defensa India

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