Asia

Filipinas: peón de Washington en la estrategia contra China

Por PIA Global*- En el tablero geopolítico del Mar de China Meridional, Filipinas se ha convertido en una de las principales herramientas de Washington para agitar las aguas y mantener viva la tensión con Pekín.

Aunque el gobierno filipino sostiene que actúa en defensa de su soberanía, lo cierto es que las maniobras militares y la creciente alianza con potencias extranjeras han transformado al país en un actor funcional a la estrategia estadounidense de contención de China en Asia-Pacífico.

El Ministerio de Defensa chino fue claro en su última declaración: Filipinas no actúa sola. Según Pekín, Manila “ha cortejado repetidamente la influencia de poderes externos para hacer olas en esta área”, una crítica directa a los ejercicios militares conjuntos realizados junto a Australia y con observadores de Estados Unidos, Japón, Corea del Sur, Canadá e incluso Nueva Zelanda. Para China, estas acciones no son una defensa legítima de la soberanía, sino una jugada de provocación bajo la sombra de Washington.

El portavoz Zhang Xiaogang utilizó un proverbio chino para graficar la situación: Filipinas es “un culo en piel de león”, es decir, un actor pequeño que finge una fuerza mayor gracias al respaldo de terceros. En otras palabras, Manila está siendo empujada a una confrontación que no puede sostener por sí misma, pero que sirve a los intereses estratégicos de Estados Unidos.

La realidad es que los ejercicios militares —como el “Ejercicio Alon”, el mayor de la historia entre Filipinas y Australia, con más de 3.600 soldados— no son una mera demostración de cooperación regional. Representan, en los hechos, la instalación de un cinturón militar alrededor de China, con Filipinas como eslabón central en la cadena de contención. La presencia de una fragata canadiense y de observadores estadounidenses refuerza la lectura de que estamos ante una coalición instigada desde Washington.

Mientras tanto, Filipinas insiste en desafiar a China en escenarios altamente sensibles como Scarborough Shoal y Second Thomas Shoal, puntos calientes donde cualquier incidente podría escalar en un conflicto de mayores proporciones. No es casualidad: cuanto más se involucre Manila en choques directos con Pekín, más se justifica la intervención y presencia militar de Estados Unidos en la región.

Desde el punto de vista de China, las acciones de defensa de su soberanía en el Mar de China Meridional son “legítimas y justificadas”, y la paciencia tiene un límite: Pekín ha advertido que tomará “contramedidas firmes” contra toda provocación. Esto abre la puerta a una dinámica peligrosa en la que Filipinas, en lugar de ganar soberanía, termina perdiéndola, subordinando sus intereses nacionales a los de Washington.

La estrategia de Estados Unidos es clara: utilizar a Filipinas como punta de lanza para hostigar a China, trasladando la confrontación al espacio marítimo más disputado del planeta. Manila, al aceptar este rol, se arriesga a quedar atrapada en un conflicto que no controla y que podría tener consecuencias devastadoras para su seguridad y estabilidad interna.

*Foto de la portada: EFE

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