China respondió con dureza al informe de inteligencia de Nueva Zelanda que la señalaba como la principal amenaza de espionaje e interferencia extranjera, calificando las acusaciones como “infundadas”, “ideológicas” y un “ejemplo de libro de texto de desinformación”. Pekín aseguró que el documento no solo carece de pruebas, sino que responde a intereses geopolíticos externos que buscan dañar las relaciones bilaterales.
El Servicio de Inteligencia de Seguridad de Nueva Zelanda publicó esta semana su informe anual, donde describe un panorama de seguridad “sin precedentes” para el país y acusa a China de ser el actor más “activo, asertivo y poderoso” en operaciones de injerencia. La mención directa a Pekín marca un giro drástico: hasta hace pocos años Wellington era visto como el socio más amigable de Beijing en el bloque occidental.
La embajada china en Wellington replicó que las acusaciones buscan “socavar la confianza, interrumpir la cooperación bilateral y servir a objetivos geopolíticos específicos”, en una clara referencia a la presión de Estados Unidos y sus aliados del bloque anglosajón.
Según la misión diplomática, cada vez que las relaciones chino-neozelandesas avanzan, “ciertos actores alentados por fuerzas externas crean obstáculos artificiales”.
De socio comercial privilegiado a socio bajo presión
Nueva Zelanda fue en 2008 el primer país desarrollado en firmar un acuerdo de libre comercio con China, un hito que consolidó a Pekín como su mayor socio comercial. Sin embargo, el giro del nuevo gobierno de centroderecha, elegido a fines de 2023, ha dado un paso cauteloso pero deliberado hacia Washington y los países del bloque Five Eyes (EE.UU., Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda).
La sintonía con la agenda de seguridad estadounidense se refleja en varios hechos recientes:
- La instalación de la primera oficina independiente del FBI en Nueva Zelanda, presentada como herramienta para “contrarrestar la influencia china”.
- La preocupación expresada por Wellington ante el acuerdo estratégico firmado entre Pekín y las Islas Cook, territorio en libre asociación con Nueva Zelanda.
- Los ejercicios militares chinos en el Mar de Tasmania, que alarmaron tanto a Australia como a Wellington.
Estos episodios han incrementado las tensiones, a pesar de que en junio pasado el primer ministro Christopher Luxon visitó China para mantener abiertas las líneas de cooperación económica.
En aquella ocasión, el presidente Xi Jinping le aseguró que los dos países no tienen “conflictos de intereses fundamentales” y pidió gestionar las diferencias de forma constructiva.
Espionaje o narrativa geopolítica
El reporte neozelandés acusa directamente al Departamento de Trabajo del Frente Unido de China de liderar operaciones de influencia en el extranjero, pero Pekín sostiene que todo se trata de una narrativa fabricada para justificar la creciente militarización del Pacífico bajo liderazgo de Washington.
Para China, las acusaciones son un “eco de la Guerra Fría” que intenta forzar a Nueva Zelanda a alinearse plenamente con la estrategia de Estados Unidos, aun cuando su relación comercial con Pekín sea vital para la economía neozelandesa.
En paralelo, analistas señalan que Wellington se encuentra en una encerrona geopolítica: por un lado, necesita sostener su alianza de inteligencia con el bloque Five Eyes; por otro, no puede arriesgar la estabilidad de sus vínculos económicos con China.
Un equilibrio cada vez más frágil
La disputa pública entre China y Nueva Zelanda refleja el dilema de varios países de Asia-Pacífico: cómo equilibrar las exigencias de Washington con la realidad de una economía cada vez más interdependiente con China.
Las acusaciones de espionaje y la inmediata respuesta de Pekín no son un hecho aislado, sino parte de una creciente competencia por el Pacífico, donde cada movimiento es observado como parte de la rivalidad global entre Estados Unidos y China.
El desenlace dependerá de hasta dónde esté dispuesto Wellington a tensar la cuerda con su principal socio comercial y de cuánta presión externa pueda resistir sin ceder del todo a la lógica de la confrontación.
*Foto de la portada: Xinhua