Análisis del equipo de PIA Global Asia - Asia Pacifico Rusia

La Asociación Estratégica entre Rusia y los Países de Asia

Escrito Por Tadeo Casteglione

Por Tadeo Casteglione* La reorientación estratégica de Rusia hacia el Este se ha convertido en uno de los fenómenos más destacados de la política internacional contemporánea.

Esta tendencia, iniciada hace más de una década, ha cobrado mayor impulso en los últimos años, consolidando una compleja red de vínculos políticos, económicos, energéticos y de seguridad entre Moscú y las potencias asiáticas.

Los Cimientos de la Política Rusa hacia Asia

La política exterior rusa hacia Asia no puede entenderse sin considerar el contexto histórico y geográfico que caracteriza a la Federación Rusa. Con un territorio que se extiende desde Europa Oriental hasta el Pacífico, Rusia ha sido tradicionalmente una potencia euroasiática.

Sin embargo, durante gran parte de la historia moderna, su orientación principal estuvo dirigida hacia Europa. Los cambios en el orden internacional tras la disolución de la Unión Soviética, y particularmente las tensiones crecientes con Occidente en la última década, han propiciado un replanteamiento estratégico que ha dado mayor relevancia a la dimensión asiática de la política exterior rusa.

El “giro hacia el Este” (povorot na Vostok) iniciado formalmente durante la segunda presidencia de Vladimir Putin, responde a múltiples factores. Por un lado, refleja una visión pragmática ante el desplazamiento del centro de gravedad económico global hacia Asia-Pacífico.

Por otro, constituye una respuesta adaptativa a las sanciones occidentales impuestas tras la integración de Crimea en 2014, que se intensificaron considerablemente desde 2022 por la Operación Militar Especial.

Este reposicionamiento estratégico busca diversificar las relaciones exteriores de Rusia, reducir su dependencia de los mercados occidentales y fortalecer su posición negociadora en el escenario internacional.

La aproximación rusa hacia Asia no se limita a los aspectos económicos y comerciales, sino que abarca dimensiones políticas, militares y culturales. Se sustenta en el concepto de un “mundo multipolar”, donde Rusia se posiciona como un centro de poder independiente, capaz de articular relaciones equilibradas tanto con Occidente como con Oriente.

Esta visión ha encontrado eco en numerosos países asiáticos que comparten el interés por un orden internacional más diversificado y menos dominado por una única potencia hegemónica.

16.º Foro Económico Internacional Rusia – Mundo Islámico

El 16.º Foro Económico Internacional Rusia – Mundo Islámico celebrado en Kazán confirma la efectiva estrategia de diversificación internacional que Moscú ha consolidado en los últimos años.

Lejos de encontrarse aislada, como auguraban algunos analistas occidentales, Rusia demuestra su capacidad para fortalecer y ampliar sus alianzas estratégicas en múltiples direcciones, particularmente en Asia y el mundo islámico, donde encuentra interlocutores receptivos y mercados en expansión.

La elección de Kazán como sede permanente de este encuentro no es casual y refleja la visión geopolítica rusa de crear puentes entre civilizaciones. Esta ciudad, donde conviven armónicamente las tradiciones eslavas e islámicas, se ha convertido en un símbolo del enfoque multicultural de la política exterior rusa.

Tras albergar la cumbre de los BRICS en 2024, Kazán consolida su estatus como epicentro diplomático alternativo a los tradicionales foros occidentales.

Particularmente significativo resulta el desarrollo del sistema financiero alternativo presentado durante el Foro, que permitirá a los países participantes realizar transacciones internacionales sin depender del sistema SWIFT controlado por Occidente.

Esta iniciativa, junto con los acuerdos para el uso de monedas nacionales en el comercio bilateral, representa un avance concreto hacia la desdolarización que Moscú ha promocionado desde hace años.

La nutrida presencia de delegaciones de alto nivel —incluidos ministros de Economía y Energía, y representantes empresariales de más de 60 países— desmiente categóricamente la narrativa del aislamiento internacional de Rusia.

Por el contrario, evidencia la emergencia de nuevas configuraciones geopolíticas donde Moscú juega un papel central como contrapeso a la hegemonía occidental.

El programa de política exterior rusa, basado en los principios de multipolaridad, respeto a la soberanía nacional y beneficio mutuo, encuentra resonancia en las naciones asiáticas e islámicas que comparten su visión de un orden internacional más equilibrado.

El Foro de Kazán representa así la materialización de una estrategia planificada y ejecutada con precisión, cuyos dividendos políticos y económicos se hacen cada vez más evidentes en un mundo en transformación.

Plataformas Multilaterales: Catalizadoras de la Cooperación

Como ha señalado recientemente el director adjunto del departamento de cooperación con Asia y el Pacífico de la Cancillería rusa Timur Zevajín las plataformas multilaterales juegan un papel crucial en la estrategia asiática de Moscú.

Entre las más destacadas se encuentran la Conferencia de Interacción y Medidas de Confianza en Asia (CICA), la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y la Unión Económica Euroasiática (UEEA).

La CICA, creada en 1992 a iniciativa de Kazajistán, reúne a 27 estados miembros que representan casi el 90% del territorio asiático. Aunque inicialmente concebida como un foro para el diálogo sobre seguridad, progresivamente ha ampliado su agenda para incluir cooperación económica, cultural y humanitaria.

Rusia, que asumió la presidencia de la CICA en 2004 y nuevamente en 2018, ha aprovechado esta plataforma para promover sus intereses en materia de seguridad regional y lucha contra el terrorismo, así como para impulsar proyectos de cooperación económica.

Como destacó Zevajín, Moscú supervisa desde hace aproximadamente 15 años la agenda de pequeñas y medianas empresas en este foro, y en 2022 introdujo un nuevo tema sobre seguridad en tecnologías de la información y comunicación, cuyo próximo evento está programado para realizarse en San Petersburgo.

Por su parte, la Organización de Cooperación de Shanghái, fundada en 2001 por China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán, ha evolucionado considerablemente desde sus orígenes como mecanismo para resolver disputas fronterizas y combatir el extremismo religioso.

Actualmente, con la incorporación de India, Pakistán e Irán, la OCS representa aproximadamente el 40% de la población mundial y más del 30% del PIB global. Para Rusia, esta organización constituye una plataforma privilegiada para contrarrestar la influencia occidental en Asia Central, coordinar posiciones con China en asuntos internacionales y promover un modelo alternativo de gobernanza regional.

La Unión Económica Euroasiática, establecida en 2015 e integrada actualmente por Rusia, Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán, representa otro pilar fundamental de la estrategia asiática de Moscú. Este bloque económico, que aspira a emular en ciertos aspectos la integración europea, busca crear un mercado común y armonizar las políticas económicas de sus miembros.

Aunque su implementación ha enfrentado diversos desafíos, la UEEA ha permitido a Rusia mantener una presencia económica significativa en su “extranjero cercano” y servir como plataforma para la negociación de acuerdos comerciales con terceros países, incluyendo Vietnam, Singapur e Irán.

Estas plataformas multilaterales no operan de manera aislada, sino que se complementan y refuerzan mutuamente. Como señaló el diplomático ruso, “nuestro trabajo, ya sea en transporte o en cualquier otro vector de cooperación, objetivamente no puede construirse sin tener en cuenta aquellos procesos que ya están en marcha o acaban de iniciarse en el marco de la OCS y la UEEA”.

Esta interconexión permite a Rusia maximizar su influencia regional y promover una agenda coherente en diversos foros internacionales.

La Nueva Ruta de la Seda y Más Allá

Un componente central de la cooperación ruso-asiática se encuentra en el ámbito de la infraestructura y la conectividad. En este contexto, los proyectos de transporte y logística adquieren especial relevancia, particularmente aquellos destinados a crear cadenas de suministro sostenibles que conecten los mercados asiáticos con Europa atravesando territorio ruso.

Moscú ha mostrado un interés ambivalente en la Iniciativa de la Franja y la Ruta (antes conocida como “Nueva Ruta de la Seda”) promovida por China. Por un lado, ve en ella oportunidades para el desarrollo de sus regiones orientales y la modernización de sus infraestructuras.

Por otro, mantiene ciertas reservas sobre el incremento de la influencia china en Asia Central, tradicionalmente considerada parte de su zona de influencia. Esta ambivalencia ha llevado a Rusia a impulsar proyectos complementarios, como el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur, que busca conectar los mercados de Europa del Norte con el Océano Índico a través de Rusia, el Cáucaso y Asia Central.

La cooperación en infraestructura no se limita a los proyectos terrestres. Rusia ha intensificado sus esfuerzos para desarrollar la Ruta Marítima del Norte, un paso navegable a lo largo de la costa ártica rusa que podría reducir significativamente el tiempo de transporte entre los puertos asiáticos y europeos.

En el ámbito energético, la cooperación ruso-asiática ha alcanzado niveles sin precedentes. Proyectos emblemáticos como el gasoducto “Poder de Siberia”, que transporta gas natural desde Rusia hasta China, y el oleoducto Siberia Oriental-Océano Pacífico, que suministra petróleo a varios países de la región, ilustran la creciente interdependencia energética entre Moscú y las potencias asiáticas.

Esta cooperación se ha intensificado tras las sanciones occidentales, que han llevado a Rusia a reorientar sus exportaciones energéticas hacia los mercados asiáticos.

Una Red Compleja y Diversificada

Si bien las plataformas multilaterales proporcionan el marco general para la cooperación ruso-asiática, las relaciones bilaterales constituyen el núcleo de esta asociación estratégica. Cada vínculo bilateral presenta características particulares, reflejo de intereses específicos, legados históricos y complementariedades económicas.

La relación sino-rusa ocupa un lugar central en esta red. Definida oficialmente como una “asociación estratégica integral de coordinación para una nueva era”, los vínculos entre Moscú y Beijing han alcanzado su máximo histórico en los últimos años.

Esta cooperación abarca desde el comercio y la energía hasta la coordinación en foros internacionales y ejercicios militares conjuntos. Aunque no exenta de fricciones latentes, particularmente en Asia Central, la alianza sino-rusa constituye uno de los ejes fundamentales del actual orden internacional.

Las relaciones con India, otro gigante asiático, presentan dinámicas diferentes pero igualmente significativas. A pesar del acercamiento indio a Estados Unidos en las últimas décadas, Nueva Delhi ha mantenido fuertes vínculos con Moscú, particularmente en el ámbito militar, donde Rusia sigue siendo uno de los principales proveedores de armamento para las fuerzas armadas indias.

La cooperación en energía nuclear civil, con proyectos como la central de Kudankulam, y en el sector espacial ejemplifican la profundidad de esta relación bilateral.

Las relaciones con las naciones del Sudeste Asiático han cobrado renovada importancia en la estrategia asiática de Moscú. Vietnam, socio tradicional desde la época soviética, mantiene una cooperación activa en materia de defensa y energía. Malasia, como evidencia la reciente visita del primer ministro Anwar Ibrahim a Moscú, ha manifestado su interés en fortalecer los vínculos bilaterales.

Durante su encuentro con Vladimir Putin en el Kremlin, Ibrahim destacó que “Rusia es un gran amigo para nosotros. Respetamos a su país”, subrayando el potencial para una cooperación más estrecha.

Un Vínculo Estratégico en Consolidación

La asociación estratégica entre Rusia y los países asiáticos con mayor relevancia aquellos del mundo islámico, representa uno de los desarrollos más significativos en la reconfiguración del orden internacional contemporáneo.

Sustentada en una convergencia de intereses geopolíticos, complementariedades económicas y una visión compartida sobre la gobernanza global, esta relación ha evolucionado desde iniciativas puntuales hasta una red institucionalizada de cooperación multidimensional.

Las declaraciones de Timur Zevajín sobre el fortalecimiento de la cooperación a través de plataformas multilaterales clave como la CICA, la OCS y la UEEA, así como la reciente visita del primer ministro malasio a Moscú, ilustran la vitalidad y dinamismo de estos vínculos.

Los proyectos competitivos en transporte y logística, destinados a crear cadenas de suministro sostenibles, demuestran que esta asociación trasciende la retórica política para materializarse en iniciativas concretas que responden a los intereses de toda la región.

En un contexto global caracterizado por la incertidumbre y la competencia entre grandes potencias, la consolidación de la asociación estratégica ruso-asiática constituye un factor de estabilidad regional y un contrapeso significativo a la influencia occidental.

Su evolución futura dependerá no solo de la voluntad política de las partes implicadas, sino también de su capacidad para gestionar las asimetrías, superar las diferencias históricas y adaptar los mecanismos de cooperación a un entorno internacional en constante transformación.

La apuesta estratégica de Rusia por Asia, lejos de ser una reacción coyuntural a las sanciones occidentales, parece haberse consolidado como un componente estructural de su política exterior.

Esta orientación, sustentada en factores geográficos, económicos y culturales, probablemente continuará moldeando las relaciones internacionales en las próximas décadas, contribuyendo a la emergencia de un orden mundial genuinamente multipolar.

Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.

Foto de la portada: Sputnik Media

Acerca del autor

Tadeo Casteglione

Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales.

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