La Autoridad de la Energía – Arera – ha hecho saber que, en el primer trimestre de 2025, la factura de la electricidad para los llamados «clientes vulnerables» atendidos en la «Maggior Tutela» aumentará un 18,2%. Esto significa que al menos 3,4 millones de personas tendrán que desembolsar más dinero que el año anterior.
El aumento se debe a la dinámica de los precios del gas en el mercado mayorista, en la que, según Arera, pesan mucho la inestabilidad geopolítica y las temperaturas invernales.
Lo preocupante es que el invierno actual está resultando más duro que los de años anteriores, por lo que los precios podrían volver a subir. Por el contrario, el invierno de 2023 registró temperaturas superiores a la media y, en consecuencia, el gasto también fue inferior al de 2022.
Se prevén nuevos aumentos de la factura de aquí a 2025. Según algunas previsiones realizadas analizando los precios de las materias primas y la evolución de los índices Psv y Pun, en los próximos 12 meses el precio de la energía aumentará casi un 30%, con un impacto significativo en las facturas de quienes tienen una oferta de precio indexado.
Según las estimaciones, para una familia tipo en el mercado libre, el aumento de las facturas será de al menos 272 euros entre electricidad y gas, con lo que el gasto total alcanzará los 2.841 euros, frente a los 2.569 euros actuales (+11%).
El mayor incremento se producirá en la factura del gas, cuyo gasto medio anual para una familia tipo pasará de los actuales 1.744 euros anuales a 1.920 euros (+176 euros). En cuanto a la factura de la luz, en cambio, el aumento se calcula en unos 96 euros, con un gasto anual que pasará de 826 a 921 euros.
Para agravar la situación en torno al precio del gas, Ucrania también se ha sumado a ella cancelando su acuerdo comercial con Rusia para el tránsito de gas hacia Europa Central.
La cancelación del acuerdo también fue confirmada por el Presidente ruso Putin en su conferencia de prensa de fin de año: el contrato de cinco años con Ucrania expirará el 31 de diciembre y no se renovará, poniendo fin así al acuerdo con la empresa energética estatal rusa Gazprom que permite exportar gas natural a través de la red de gasoductos de Ucrania a Eslovaquia, Hungría y otros países centroeuropeos.
La principal línea de tránsito que queda, tras el cierre y sabotaje de Nord Stream en 2022, es el gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhgorod, que se cerrará por tanto a finales de año. Este gasoducto transporta gas desde la Federación Rusa a través de Ucrania hasta Eslovaquia, donde luego se divide en ramales hacia la República Checa y Austria
Italia, junto con Hungría, es uno de los países que se abastecen por esta vía. Ucrania comercializa actualmente unos 15.000 millones de metros cúbicos de gas ruso al año a un grupo de países europeos. La no renovación del acuerdo de tránsito entre Rusia y Ucrania podría contribuir a un aumento de los precios europeos del gas, según los analistas.
*Stefano Porcari, escribe en Contrapiano.
Artículo publicado originalmente en Contropiano.
Foto de portada: AFP.