Elecciones 2024 Europa

La «sorpresa» de la primera vuelta de las elecciones rumanas: ¿Qué significa la carrera Georgescu-Lasconi?

Por Erkin Öncan* –
La diferencia de unos 350.000 votos entre Georgescu y su competidor más cercano subraya el creciente atractivo del escepticismo populista de derechas hacia Europa.

Rumanía celebró sus elecciones presidenciales el pasado domingo, con 13 candidatos compitiendo en una carrera en la que la mayoría de las predicciones de los sondeos resultaron erróneas. Entre estos candidatos, el más destacado fue Calin Georgescu, que se presentó como independiente.

Georgescu se impuso en la primera vuelta, en la que la participación fue del 52%. Obtuvo más del 22% de los votos, lo que le convirtió en el favorito de las elecciones.

Elena Lasconi, del Partido Unión Salvemos Rumanía (USR), que representa a los conservadores liberales, quedó en segundo lugar. Por su parte, el actual Primer Ministro, Marcel Ciolacu, cayó por poco al tercer puesto, por detrás de Lasconi.

Uno de los candidatos destacados, el antiguo Vicesecretario General de la OTAN Mircea Geoană, anunció su retirada de la política tras su derrota. Geoană expresó su preocupación en una entrevista a los medios de comunicación rumanos, declarando:

«El nivel de decepción y rabia está empujando a la sociedad hacia una opción más radical».

Una victoria impactante en los medios occidentales

La victoria de Georgescu fue descrita en los medios de comunicación occidentales con términos como «sorpresa», «conmoción» y «terremoto». Este sentimiento se deriva de la reputación de Georgescu como político relativamente impopular, conocido por sus declaraciones contra la OTAN y Ucrania.

Como destacó en una de sus entrevistas, Georgescu llevó a cabo toda su campaña en TikTok. Esta estrategia poco convencional llevó a muchos analistas rumanos a calificarlo de «producto de TikTok».

¿Quién es Calin Georgescu?

Calin Georgescu, populista de derechas de 62 años, es licenciado por la Universidad de Ciencias Agrícolas y Veterinarias y la Escuela Nacional de Defensa de Bucarest.

Comenzó su carrera como profesor universitario, trabajó después en el Ministerio de Medio Ambiente y fue representante de Rumanía en el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Estas elecciones no son el primer empeño político de Georgescu. En 2020 y 2021, la ultraderechista Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR) le propuso para el cargo de Primer Ministro. Sin embargo, su candidatura fue revocada tras sus elogios a figuras históricas controvertidas, como el dictador pronazi Ion Antonescu y Zelea Codreanu, fundador de la antisemita Guardia de Hierro. Georgescu se enfrentó incluso a una investigación penal por ensalzar a criminales de guerra.

En una entrevista de 2022 con Antena 3, Georgescu se refirió a estas figuras como «héroes» y afirmó que «la nación rumana vive a través de estos héroes».

«La base de la OTAN es una vergüenza diplomática»

Georgescu también es conocido por su retórica contra la OTAN. Ha calificado de «vergüenza diplomática» el sistema de defensa antimisiles balísticos de la OTAN en Deveselu (Rumanía) y ha argumentado que la alianza no protegería a sus miembros en caso de ataque ruso.

En declaraciones al periodista rumano Mihai Tatulici, Georgescu abogó por la neutralidad de Rumanía en la guerra de Ucrania:

«Está claro que la situación en Ucrania está siendo manipulada. El conflicto está siendo orquestado para servir a los intereses del complejo militar-industrial estadounidense. Como nación, nuestra prioridad debería ser permanecer neutrales en cualquier conflicto. Lo que ocurra allí no nos concierne».

Una visión para una Rumanía soberana

Georgescu ha criticado abiertamente a la Unión Europea (UE), calificándola de proyecto fracasado que pretende esclavizar a Rumanía. Su visión del país es la siguiente:

«La estrategia de paz debe tener prioridad. Esto incluye tanto la paz exterior como la interior. Todo empieza aquí. Nadie ha construido nunca nada a través de la guerra. Puedo resumir mi visión con tres principios claros: Primero, el genio de nuestro pueblo reside en permanecer 100% neutral en cualquier conflicto. Segundo, quiero un Estado soberano, independiente y no implicado. Tercero, debemos aprender a utilizar nuestros recursos nacionales de forma independiente».

En otra entrevista con Antena 3, Georgescu declaró:

«No tenemos Estado. Sin un Estado, las personas no son más que un rebaño, y la única entidad capaz de servir a la nación es un Estado. Sin embargo, éste casi ha desaparecido».

La candidata liberal-conservadora Lasconi

Elena Lasconi, oponente de Georgescu en la segunda vuelta, es una antigua periodista y alcaldesa. Apoya firmemente la alianza de Rumanía con Ucrania. El día que se cumplieron mil días de la guerra en Ucrania, publicó en Facebook:

«1.000 días de valor, sacrificio y lucha por la libertad. Rumanía debe seguir al lado de Ucrania. Prometo garantizar este firme apoyo como Presidente. Esta no es sólo la lucha de Ucrania; es una lucha por la estabilidad y la democracia de toda la región».

Lasconi también expresó su firme apoyo a la OTAN. En una entrevista con el servicio rumano de Radio Free Europe, hizo hincapié en el poder disuasorio de las tropas de la OTAN:

«Creo que sería maravilloso que tuviéramos más tropas extranjeras en Rumanía, porque los países con fuerzas de la OTAN bien entrenadas nunca han sido atacados».

Choque de ideologías

Los argumentos de Georgescu reflejan una tendencia europea más amplia entre los populistas de derechas: hacer hincapié en una autoridad estatal fuerte, el renacimiento nacional y la autosuficiencia económica, junto con una postura antibelicista. Este enfoque ha llevado a muchos a tacharle de «hombre del Kremlin».

Por el contrario, Lasconi encarna a un líder proeuropeo alineado con las necesidades actuales de la OTAN y la UE.

La polarización política de Rumanía refleja la de otras naciones como Moldavia, la Ucrania de preguerra, Serbia y Georgia. A un lado se sitúa una derecha escéptica con Europa que aboga por la soberanía nacional y políticas estatales fuertes; al otro, una facción liberal-conservadora profundamente vinculada a las estructuras atlantistas.

Aunque las acusaciones de «influencia rusa» suelen dominar estas elecciones, está claro que los retos económicos, la inestabilidad política y el aumento de la militarización que preocupan a los votantes son mucho más tangibles que la supuesta intromisión del Kremlin.

La diferencia de unos 350.000 votos entre Georgescu y su competidor más cercano subraya el creciente atractivo del escepticismo populista de derechas hacia Europa, marcándolo como la tendencia al alza de Occidente. Sin embargo, los analistas occidentales necesitarán algo más que «narrativas del Kremlin» para comprender plenamente este cambio.

*Erkin Öncan, periodista turco especializado en zonas de guerra y movimientos sociales de todo el mundo.

Artículo publicado originalmente en Strategic Culture.

Foto de portada:  Public domain.

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