Desde hace algún tiempo, en especial a partir de la guerra en Ucrania, Europa comenzó su declive total como actor de relevancia en el acontecer geopolítico internacional gracias a su ‘socio y aliado’, Estados Unidos.
Antes de la crisis ucraniana, Europa discutía -y resistía- la idea del proyecto de autonomía estratégica con una mirada europeísta sostenida por la entente francoalemana que incluía a Rusia en el tablero europeo y el crecimiento de la región a partir de vínculos colonialistas por un lado, y la apertura hacia otros mercados, por otro lado. Francia, con Macron presidiendo, proyectaba la necesidad de una industria militar europea, mientras que Alemania, con Merkel liderando, se consolidaba como la locomotora, el motor europeo.
Transcurridos pocos años de esos proyectos europeos, y decisiones que afectarán por un largo tiempo a la región, el Informe que el ex presidente del Banco Central Europeo y ex primer ministro de Italia, Mario Draghi, presentó al Parlamento Europeo en septiembre de este año, puso de relieve una de las realidad más crudas que les toca admitir a los líderes europeos.
El extenso informe habla sobre el estado de la economía europea y establece que si la Unión Europea no proporciona una estrategia efectiva podría comprometer sus propios intereses, ambiciones, modelo social y valores europeos. “Hemos llegado a un punto en el que, si no actuamos, tendremos que comprometer nuestro bienestar, nuestro medio ambiente o nuestra libertad”.
Se trata de un informe que pretende hacer de inflable salvavidas para la cuestionada Unión Europea. Se centra en analizar cómo hacer que la Unión Europea no quede rezagada en el ámbito internacional, mientras busca presentar un plan atractivo para sus miembros, en un contexto donde van ganando terreno los partidos que cuestionan el accionar de las instituciones de Bruselas.
El informe ratifica la crisis en la que se encuentra la región y cómo la fuerte caída del crecimiento económico ha llevado a la Comunidad Europea a ubicarse muy por detrás de sus competidores internacionales en materia de productividad. En especial se nombra a EEUU y a China como principales actores que afectan la competitividad europea.
Las tres principales áreas de acción que propone el informe de Draghi están intrínsecamente vinculadas al accionar de EEUU sobre Europa, y las decisiones de la elite europea.
La falta de empresas emergentes europeas que puedan competir a nivel internacional; la imposibilidad de concretar la transición hacia una economía verde; y la obstrucción en la capacidad de desarrollar una fuerte industria europea en materia de defensa, desafíos que plantea el informe, son, por un lado, consecuencias de las decisiones de las elites europeas de Bruselas por seguir tras las políticas de Washington, y por otro lado, son consecuencias de los ataques de EEUU contra quien es su supuesto aliado, Europa, que ha dejado a la Comunidad Europea en una situación de completa sumisión y dependencia.
Hoy, la entente francoalemana no existe, Francia y Alemania no sólo no lideran el proyecto europeo sino que están sumidas en profundas crisis. Alemania, liderada por Olaf Scholz se encuentra en total vasallaje hacia EEUU, encabezando la hipermilitarización de Europa, aunque ni siquiera con su propia industria, sino tras el proyecto de la OTAN con armamento y directrices estadounidenses.
A diferencia de Scholz, Macron encuentra el punto en común con el informe Draghi, aunque Macron ya lo asume como un hecho: Europa ya se encuentra rezagada a nivel internacional y ha comprometido su libertad.
No obstante, mientras que el informe de Draghi, solicitado por la reelecta Úrsula von der Leyen, nombra principalmente a China como una amenaza para las industrias europeas, amenaza frente a la cual deben reducir su dependencia, Macron, aún con su posicionamiento y accionar fuertemente globalista, vuelve a marcar, no casualmente muy cerca de las elecciones presidenciales en EEUU, que el rol de EEUU en Europa sólo se define a partir de los intereses estadounidenses.
Durante una entrevista Macrón aseguró: «Tenemos que ser lúcidos. Europa no es ya la prioridad de EEUU. La prioridad de EEUU es EEUU, algo que es normal y justo. Su segunda prioridad es China, y para el resto depende del momento. [EEUU] son muy leales y fiables en Ucrania ¿durará? No lo sé.
Seamos claros, en Afganistán no recibimos un aviso. En el acuerdo de AUKUS tampoco recibí un aviso. No es un reproche, intento ser lúcido. La UE no es una prioridad de EEUU, y eso es parte de la llamada de atención que vivimos. Y es por eso que debemos cambiar nuestra estrategia de defensa y seguridad. Somos parte de la OTAN y aliado de EEUU, pero debemos reducir la dependencia de la agenda de EEUU».
Macron ha vuelto a renacer el discurso “lúcido” sobre la importancia de ‘destetarse’ de Estados Unidos, de construir un proyecto que no dependa de los intereses de quienes dicen llamarse ‘socio’.
Macron conoce de primera mano que cuando sos uno de los principales competidores de EEUU, aunque en la retórica diga ser tu aliado, tu destino estratégico está por caerse.
Otra idea lúcida que volcó Macron a la mesa fue el cuestionamiento del apoyo de EEUU a Ucrania y a Europa en la crisis ucraniana. Aunque esta cuestión debería habersela planteado mucho antes ya que es evidente que el objetivo de Washington en Ucrania no es ni por un segundo la de ayudar al pueblo ucraniano, sino la de someter a Europa, Macron quien ha probado el sabor de la traición de su socio y aliado, invita al resto de Europa a preguntarse cuánto durará la lealtad y fiabilidad de EEUU en Ucrania. Incluso nombra uno de los recuerdos más vivos para Europa, el accionar de Washington en Afganistán.
Europa no es el centro, ni tiene la fuerza ni la relevancia geopolítica que creía o cree tener.
Queda en evidencia ante el impetuoso accionar de EEUU sobre Europa que somete a su socio y aliado en todos los frentes, militar, económico, industrial, político, comercial, estratégico.
Queda en evidencia cuando los países colonialistas europeos son expulsados de África, en donde una importante región se encuentra en un proceso de descolonización completa exigiendo igualdad de trato, mientras que los europeos no son capaces de proponer un tipo de vínculo no colonial.
Queda en evidencia cuando creen imponer temor, e incluso esperando un cambio de rumbo, a través de sanciones a Rusia, y aún cuando es claramente notorio que las sanciones no han afectado ni un poco a Rusia, intentan aplicar la misma estrategia contra el único socio comercial importante que les queda para sobrevivir, China.
Queda en evidencia mientras intentan sostener una vieja forma de hacer geopolítica creyendo que el tablero internacional se encuentra en la misma posición que en las épocas donde Europa era el centro imperial.
Pero en especial, queda en evidencia, por el accionar de las propias elites europeas que persiguen los intereses de Washington, sin ningún tipo de interés de construir un proyecto propio, y por las consecuencias para el pueblo europeo sumido en una profunda crisis reviviendo la amenaza de guerra regional constantemente, mientras que ganan apoyo partidos políticos con proyectos y valores nacionalistas.
*Micaela Constantini, periodista y parte del Equipo de PIA Global.
Foto de portada: extraída de Bolsamanía.
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