Nuestro agradecimento formal como PIE a la Direccion del Partido del Trabajo y al Profesor Alberto Anaya por la invitación a este importante seminario internacional y por la posibilidad de hablar en esta plenaria.
Vengo de Italia, del país de Antonio Gramsci, nombre que ha sido citado por muchos en estos días. Entre muchas otras cosas, Gramsci decía: “El viejo mundo todavía no ha muerto. El nuevo tarda en nacer. Y en este claroscuro surgen los monstruos…”. Hoy los monstruos se llaman fascismo y guerra.
Vivimos en tiempos de transición, en una época de cambios profundos. La crisis de la hegemonía planetaria del imperialismo estadounidense es cada vez más evidente.
Como sucedió en 1929, la respuesta a la crisis capitalista de parte de las clases dominantes se concretiza en fascismo y guerra.
Hasta el día de hoy, la guerra tiene las características de ¨guerra en pedazos¨como denunció el mismo Papa Francisco. Se cuentan alrededor de 56 conflictos abiertos en el planeta, el número más alto desde el fin de la segunda guerra mundial.
Por otro lado, el fenómeno del crecimiento del fascismo a nivel planetario es también evidente. No solo en América Latina, sino también en Europa.
En un continente históricamente en disputa como es América Latina, todavía esta abierto el enfrentamiento entre la voluntad hegemónica de los EE.UU. de Norteamérica y su concepción “monroísta” de dominio (la que cumple 200 años) y la voluntad de independencia y soberanía popular representada por los processos de cambio.
El fascismo del siglo XXI tiene características similares y a su vez distintas a las del siglo pasado. Sin embargo, continúa siendo un instrumento de las clases dominantes para acabar con los processos de transformación.
En América Latina el neo-fascismo, como instrumento del golpismo, se utiliza además con las modalidades de los así llamados “golpes blandos”, preparados con una intensa campaña mediática (y ahora también con los algoritmos de las nuevas “redes sociales”), con la utilización del poder judicial o parlamentario, bajo la dirección del Comando Sur y de las Embajadas de los EE.UU. en los diferentes países de América Latina y del Caribe.
En la guerra cognitiva global, los EE.UU. han desarrollado el sistema global más sofisticado para colonizar o neutralizar las subjetividades rebeldes, utilizando, entre otros instrumentos, las películas de Hollywood para la difusión masiva de la American way of life y sus valores negativos.
Las tradicionales políticas del garrote, de los cañones y de las redes de espionaje, hoy se acompañan a enormes campañas psicológicas en escala planetaria.
Como decía, en Europa el “Fascismo del siglo XXI” tiene características viejas y nuevas a la vez.
A propósito de las viejas, en Italia el gobierno Meloni y su mayoría parlamentaria acaban de aprobar en la Cámara de diputados una ley que configura un verdadero “Estado penal de policía¨. Falta todavía el voto del Senado y nos estamos movilizando. Quieren criminalizar el conflicto social para seguir con la guerra y con la economía de guerra.
Algunas de las normas previstas en este Decreto (DDL 1660):
– El bloqueo de la calle prevé condenas de hasta 2 años de cárcel.
– Las protestas en la cárcel pueden llevar a condenas de hasta 20 años.
– También la propaganda de las luchas y protestas puede traducirse en 6 años de reclusión por considerarse ¨terrorismo de la palabra¨.
– Cárcel hasta 7 años para los que ocupan una vivienda o son solidarios con las ocupaciones.
– Hasta 15 años por resistencia activa y hasta 4 años por resistencia pasiva (Rebautizada “Norma Anti-GHANDI”).
– Cárcel inmediata también para las mujeres embarazadas o con hijos de menos de un año.
– Y la guinda de la torta: se prohíbe a los inmigrantes sin permiso de residencia poder comprar una tarjeta telefónica para poder comunicarse.
Esta semana, nos acaban de prohibir una manifestación nacional en apoyo a la justa lucha del Pueblo palestino argumentando que era “incitar al terrorismo”…
Sin embargo, al mismo tiempo, me parece que el “neo-fascismo del Siglo XXI” tiene también características distintas al pasado.
– En materia económica abandona el “estatalismo¨ (recuerden Mussolini y Franco) y adopta sin rubor las políticas ultra neoliberales de la agenda Draghi.
– Lejos de un supuesto nacionalismo económico, venden al mejor postor ¨las joyas de la corona”, sectores estratégicos como las comunicaciones (el último caso es el de Telecom Italia, vendida a una empresa cuyo jefe es un ex director de la CIA, David Petraeus)
– En política exterior dejan atrás la retórica “europeista¨del pasado de la así llamada “Europa nación” versus los EE.UU. y ahora se han convertido en “atlantistas” y pro OTAN (el caso Ucrania es el más evidente).
– Con Israel ya no son los que ayudaron a los nazis alemanes a matar los judios en los campos de concentración. Ahora son los mejores amigos y aliados del sionismo criminal y del genocídio al pueblo palestino.
Este es el clima que se respira en Italia y en la Unión Europea, empobrecida cada vez más gracias a las políticas de austeridad neoliberal y de guerra, con la expansión de la OTAN y la guerra entre la OTAN y Rusia. Quiero alertar a los/as compañeros/as de América Latina, porque no me parece que se perciba el grave peligro de la actualidad: estamos al borde de un conflicto que puede convertirse en un conflicto nuclear, con consecuencias aún más dramáticas para la humanidad.
Y las clases dominantes de la Unión Europea lo único que proponen es un “keynesismo de guerra”, fortalecer el “complejo militar-industrial” europeo con más impuestos para la ciudadanía y los/as más explotados/as.
Desgraciadamente, como en el pasado, en Europa la guerra sigue siendo un factor de división en las izquierdas. Es uno de los motivos de la ausencia de un movimiento contra la guerra y por la paz en Europa en un momento en que el enfrentamiento entre OTAN y Rusia casi llegó al conflicto directo. Lo que ha pasado en los últimos 2 años y medio recuerda el escenario de 1914 frente a la primera guerra mundial, cuando socialistas, sindicalistas revolucionarios, anarquistas fueron a favor de la guerra (¿se acuerdan de los famosos “creditos de guerra”?) en muchos países europeos.
Hoy una parte de las izquierdas se pronuncian a favor del apoyo militar a Ucrania para su uso ofensivo en Rusia. Otros dicen que hay que apoyar militarmente, pero sin utilizar estas armas hacia el territorio ruso. Hay que ser muy ingenuos en pensar que los misiles de la OTAN sirvan a la causa de los oprimidos, cuando los que occidente entrega a Israel sirven al genocídio.
Después de casi 3 años de guerra, no habrá llegado el momento de reflexionar sobre este nuevo Afghanistan en la frontera de Rusia como parte de un enfrentamiento sobre la piel de los mismos ucranianos.
Por nuestra parte, una vez más nos pronunciamos a favor de un inmediato cese al fuego y de las negociaciones diplomáticas para acabar con la guerra lo antes posible. En su momento China y Brasil presentaron una propuesta razonable que hay que retomar como base de unas posibes negociaciones.
Termino con una nota de esperanza.
Contra el genocídio de los palestinos, la juventud se ha movilizado en Italia y en muchos países, ocupando universidades, con marchas, etc…
Y los/as trabajadores/as de muchos puertos italianos y europeos han bloqueado los barcos con armamento y se han negado a cargarlos con instrumentos de muerte.
Este es el ejemplo a seguir!
Muchas gracias.
*Marco Consolo, Miembro del Ejecutivo del Partido de la Izquierda Europea – PIE y coordinador de su GT sobre América Latina y el Caribe.