La última cumbre de la OTAN fue un snoozefest que no vio ningún resultado significativo, pero mucho más interesantes fueron las conversaciones que supuestamente tuvieron lugar allí sobre la posibilidad de que la UE nacionalice proyectos de infraestructura de propiedad china si el conflicto ucraniano empeora. El pretexto, por ridículo que parezca, es que «Pekín podría utilizar las infraestructuras que posee en Europa para proporcionar ayuda material a Rusia si el conflicto se extendiera».
En realidad, EE.UU. sólo quiere presionar a la UE para que se desvincule de China sobre la falsa base de que está proporcionando apoyo material a la operación especial de Rusia, aunque tanto el Foreign Agent Designated Insider como el Washington Post demostraron a principios de año que este papel lo desempeña en realidad Taiwán. Sin embargo, la mentira de que China es responsable de todo esto se ha propagado durante todo el conflicto, hasta el punto de que ahora forma parte del dogma occidental a pesar de ser falsa, como demuestran los informes precedentes.
Según fuentes de la CNN, las conversaciones sobre la nacionalización por parte de la UE de proyectos de infraestructuras de propiedad china están aún en sus primeras fases, pero al parecer Francia se opone a que la OTAN sea el foro para debatir esto, ya que considera que es más adecuado para la UE. En cualquier caso, la cuestión es que la pelota ha empezado a rodar y ninguno de los participantes -ni siquiera Hungría- ha expresado hasta ahora su desaprobación de esta propuesta. Eso no significa que no vaya a producirse, sino que todos parecen estar de acuerdo en principio.
Algunos podrían creer que los meros informes sobre esta propuesta podrían ser suficientes para que China presione a Rusia para que reduzca y, en última instancia, ponga fin a su operación especial, aunque no sea realista esperar eso, mientras que otros podrían ser simplemente halcones antichinos de buena fe. Sea como fuere, China sabe ahora que ninguna de sus principales inversiones en la UE está a salvo, ya que todas podrían ser nacionalizadas con falsos pretextos si el conflicto ucraniano empeora, por no hablar de si estalla la guerra por Taiwán.
China y la UE siguen manteniendo una relación de compleja interdependencia económica, y ninguna de las dos quiere «desvincularse» de la otra como Estados Unidos lleva tiempo tramando que ocurra, pero este informe podría llevar a China a reconsiderar si merece la pena invertir en más proyectos importantes de la UE. La UE también podría pensar lo mismo de China, ya que la República Popular respondería previsiblemente nacionalizando sus propias inversiones si nacionaliza las primeras.
Teniendo esto en cuenta, las probabilidades de que la UE cruce el Rubicón son escasas por mucho que EE.UU. la presione en caso de que el conflicto ucraniano empeore, pero el daño ya está hecho puesto que este informe podría tener un impacto en las inversiones bilaterales como se ha explicado anteriormente. En ese sentido, puede decirse que EEUU ya ha conseguido dividir a China y a la UE, aunque no lo haya hecho del todo y probablemente nunca lo haga, a menos que la UE esté dispuesta a perder decenas de miles de millones de dólares sólo para complacer a EEUU.
*Andrew Korybko, analista geopolítico interncional.
Artículo publicado originalmente en substack de Andrew Korybko.
Foto de portada: extraída de El Economista.