Área Árabe Islámica Colaboraciones

Israel será derrotado por Hezbollah (otra vez)

Por Raphael Machado*. –En las últimas semanas, muchos analistas han aportado señales y rumores de que Israel tiene la intención de desencadenar un conflicto de alto nivel en el sur del Líbano, específicamente contra Hezbolá (pero no sólo).

Desde que comenzó el ataque de Israel a Gaza, Hezbollah ha entrado en el conflicto participando en escaramuzas fronterizas, ataques con drones, bombardeos de artillería y otros tipos de ataques.

El norte de Israel se ha convertido en «tierra de nadie». Con 200.000 israelíes desplazados y cientos de hogares destruidos, el daño económico, psicológico y, en un sentido más general, al propio proyecto de ocupación territorial sionista, es inmenso.

En la esfera militar, las acciones de Hezbollah han marcado la diferencia, incluso en Gaza. Debido a esto, 1/3 de todo el potencial militar israelí activo (entre 50 y 60 mil soldados) se concentra en el norte del país, lo que evidentemente perjudicó la capacidad de las tropas sionistas para enfrentar a Hamás.

Al tener que hacer frente a las bajas diarias en dos frentes simultáneamente, todos los periódicos señalan las dificultades para rotar las tropas, reponer las bajas y encontrar nuevos reclutas, lo que está incluso detrás del proyecto legislativo para revocar las exenciones militares concedidas habitualmente a los judíos ortodoxos.

Además, los daños militares son elevados. A pesar de los intentos del gobierno de ocultar las bajas, los propios periódicos israelíes informan de miles de soldados recientemente lisiados en los últimos meses. También, en el norte de Israel se confirma en vídeo la destrucción de algunos sistemas de la Cúpula de Hierro, además de todos los sistemas de radar y vigilancia, decenas de Merkava destruidas, bases destruidas, etc.

Israel vive de sus victorias propagandísticas, pero ni siquiera su experiencia en el arte de mentir y su influencia sobre las corporaciones mediáticas internacionales pueden ocultar lo frágil que es la situación militar israelí.

En 2006, Israel invadió el Líbano y, para sorpresa del mundo, fue derrotado por Israel. 30.000 soldados israelíes no pudieron derrotar a mil hombres de Hezbollah. La disparidad militar se hizo evidente específicamente en la batalla de Bint Jbeil, en la que 100 soldados de Hezbolá derrotaron a 5.000 soldados israelíes.

Parecía que había quedado atrás la época en la que Israel era muy superior a todas las fuerzas militares de la región. 30 años después y la degradación de fuerzas era inconmensurable. Al mismo tiempo, Hezbollah, impulsado por Irán, se había convertido en una potencia militar, incluso como actor no estatal.

En parte, la degradación militar de Israel es el resultado de la creencia de que la era posterior a la Guerra Fría presentaba un escenario de posguerra en el que los únicos conflictos del futuro serían aquellos librados contra fuerzas irregulares y grupos terroristas. Y lo más probable es que pensaran que Hezbolá era una fuerza terrorista lo que llevó a Israel a subestimar su fuerza.

A pesar de la derrota de 2006, nada ha mejorado en las capacidades militares israelíes. A pesar del fracaso de los Merkavas en ese momento (Israel perdió más de 20 de estos tanques ante las diminutas fuerzas libanesas), Israel insistió en invertir en vehículos blindados como si fueran armas milagrosas. Lo mismo con la Cúpula de Hierro.

Hoy, la única esperanza de Israel es involucrar a Estados Unidos en una guerra, llevar a cabo un bombardeo a gran escala, con el apoyo yanqui, en la línea del «conmoción y pavor» como se hizo en Bagdad, y cantar victoria. De hecho, la tendencia es que, pronto, Israel también cantará victoria en relación con Gaza y se retirará, a pesar de no haber logrado derrotar a Hamás.

La gran pregunta, sin embargo, es si la participación de Estados Unidos no conduciría a la participación de otras fuerzas en el conflicto, en ambos lados. Y luego, tenemos entre manos un tipo de conflicto regional que podría culminar con el uso de armas nucleares, incluso tácticas.

En medio de una crisis política, con gran parte de la coalición gobernante abandonando el barco, una crisis económica ruinosa y una crisis militar sin precedentes, la idea de que Israel puede salir victorioso no es más que una ilusión.

Pero hoy Israel está guiado precisamente por hombres dominados por un engaño mesiánico.

Raphael Machado* Licenciado en Derecho por la Universidad Federal de Río de Janeiro, Presidente de la Associação Nova Resistência, geopolitólogo y politólogo, traductor de la Editora Ars Regia, colaborador de RT, Sputnik y TeleSur.

Foto de portada: Internet

Dejar Comentario