Tras 50 años del acuerdo bajo coacción que le permitió a los Estados Unidos salir de la precaria situación financiera en la que se encontraba luego de abandonar el sistema de Bretton Woods (emisión monetaria con respaldo en el patrón oro), Arabia Saudita decidió no renovar el pacto que convirtió al dólar en moneda de reserva mundial.
En ese momento, a cambio de “seguridad militar”, se acordó que Arabia Saudita, el principal exportador mundial de petróleo del mundo, usaría dólares para vender el crudo y comprar bonos del Tesoro y, así, ayudaría a financiar los déficits presupuestarios de los Estados Unidos, dándole la posibilidad de continuar su expansión económica vía emisión monetaria. Un mecanismo que, con los años, se extendió a los demás vendedores de petróleo a través de la OPEP.
Luego de la decisión del príncipe Mohammed bin Salman, Arabia Saudita venderá petróleo en múltiples monedas, incluidos yuan, euro, yen, rublos, quitando el más importante ancla y respaldo a nivel global de la moneda estadounidense. Así, y luego de años de indicios comerciales que auspiciaban este final, el dólar dejará de dominar el comercio petrolero.
De hecho, el país arábico ya se encuentra vendiendo petróleo a China usando yuanes y, recientemente, realizó los trámites necesarios para pagos internacionales con el grupo de los BRICS.
Más allá de lo estrictamente técnico, el suceso tiene gran implicancia geopolítica dado que el respaldo petro – dólar sostenía el estatus de la divisa norteamericana como moneda de reserva mundial. En otras palabras, gran parte de la demanda de dólares a nivel global eran consecuencia directa de tener que contar con esa divisa para importaciones de petróleo y sus derivados.
Con este cambio abrupto del comercio internacional, se espera una profundización del desprendimiento del dólar como moneda de reserva, con su consecuente debilitamiento, y una expansión del comercio en distintas monedas. La multipolaridad se solidifica en paralelo con la caída hegemónica de los Estados Unidos y el proceso de desdolarización global.
En este punto es importante resaltar la alianza comercial estratégica Rusia – China como factor clave del proceso ya que, las ventas de petróleo de Arabia Saudita a Estados Unidos vienen en descenso (con una caída de más de 70% en 30 años), mientras que las ventas de Arabia Saudita a China muestran un constante ascenso, siendo ahora su principal proveedor. Esto, a la inversa de lo anteriormente explicado con el dólar, potencia a la moneda China (que también se usa para el comercio con Rusia, Irán y Venezuela) y aumenta su demanda como moneda de reserva global.
Derrumbe del dólar
Es de esperarse que estos acontecimientos, acentúen el derrumbe hegemónico del dólar estadounidense que se viene dando, desde hace años, al calor del surgimiento de nuevos bloques comerciales de poder.
En este sentido, el propio Fondo Monetario Internacional, en su último informe, ha admitido la erosión de la moneda estadounidense como refugio de valor a nivel global.
Así se desprende del último análisis realizado por economistas del FMI sobre la Composición Monetaria de las Reservas Oficiales de Divisas (COFER) que apunta a una disminución gradual en curso de la participación del dólar en las reservas de divisas asignadas por los bancos centrales y los gobiernos. Claro que, por razones políticamente evidentes, no muestran los datos en un rango superior de años como el anterior gráfico de IMF.
La dominancia del dólar en las reservas mundiales viene en descenso. Fuente: FMI.
Está claro que la geopolítica económica está mutando hacia el multipolarismo. Los eventos recientes marcarán una aceleración del mismo proceso y generará grandes conflictos diplomáticos respecto de la posición estratégica que tome cada país. El viejo mundo va muriendo; las guerras, la aparición de nuevas ultraderechas, la sobre colonización de territorios dominados por el imperio en decadencia, son síntomas dolorosos de la gestación del mundo nuevo que tarda en aparecer.
Rodolfo Pablo Treber* Analista económico que trabaja para el Banco Central de Argentina.
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