La semana pasada, en Nueva Caledonia, entidad administrativo-territorial bajo dominio francés, situada en el océano Pacífico y formada por una gran isla del mismo nombre y un grupo de pequeñas islas en el suroeste del Pacífico, en Melanesia, bajo la dirección del Frente Socialista Kanaco de Liberación Nacional, estallaron protestas primero pacíficas y luego violentas, que desembocaron en una represión sin precedentes e innecesaria por parte de las fuerzas especiales francesas, enviadas desde París.
Las protestas comenzaron mientras la Asamblea Nacional debatía una enmienda a la Constitución, destinada a ampliar las listas electorales en el archipiélago, pero también tocan una serie de cuestiones relacionadas con la situación local, relativas a las instituciones locales, la ciudadanía neocaledonia y el cuerpo electoral, así como las desigualdades y las medidas económicas y financieras. Hay que recordar que Nueva Caledonia es el tercer país del mundo en extracción de níquel, pero la economía del archipiélago está en crisis perenne y el 20% de sus habitantes viven por debajo del umbral de la pobreza. La propuesta de enmienda provocó movimientos masivos de protesta en la capital, Noumea, y una espiral de enfrentamientos que se saldó con al menos siete muertos y decenas de heridos. Esto desencadenó violencia, barricadas y asaltos a comercios, empresas e infraestructuras públicas, que resultaron dañados o destruidos. Francia declaró el estado de emergencia, levantado en los últimos días, excepto por la noche, donde rige el toque de queda, y envió fuerzas de seguridad adicionales.
Tras el referéndum de 2021, que había rechazado la independencia, pero debido al boicot del movimiento independentista, el objetivo del gobierno era determinar el nuevo estatus de Nueva Caledonia dentro de la República Francesa. El diálogo político, que se reanudó en julio de 2023 con los lealistas locales y el movimiento independentista, se había estancado en la cuestión de la lista electoral. El Acuerdo de Numea la había congelado, limitando el derecho de voto en las elecciones provinciales a los ciudadanos residentes en Nueva Caledonia en 1998, así como a sus descendientes. Sin embargo, se negó el derecho de voto al 20% de los electores, violando los principios de igualdad y universalidad del sufragio. La enmienda a la Constitución, que propone establecer un periodo de residencia de sólo 10 años en el país para tener derecho a voto, concedería a todos los ciudadanos franceses que hayan vivido 10 años en el país el derecho a votar en las elecciones locales. Es evidente que esto debilitaría a los habitantes autóctonos del Kanaki y cambiaría todos los equilibrios políticos. Esto ha provocado la sublevación de los partidarios de la independencia, que consideran que así se niega a los indígenas kanakis la posibilidad de un proceso de independencia pacífico.
Aunque aparentemente se trate de una situación periférica y menor, para Francia es mucho lo que está en juego, con diversos efectos colaterales geopolíticos y estratégicos por mantener su presencia en una zona que es estratégica y presagio de juegos político-militares de alta tensión en el futuro.
Algunos de los daños ya son tangibles. El Melanesian Forward Group (MSG), alianza regional creada en 1986 para apoyar la descolonización de los países melanesios, ha acusado al gobierno francés de querer imponer la enmienda a la Constitución. El MSG está compuesto por Papúa Nueva Guinea, Vanuatu, Islas Salomón y el FLNKS, que apoya la independencia de Nueva Caledonia. A pesar de los muchos esfuerzos de París por presentar una imagen pacífica y dialogante, lo ocurrido, con su reacción violenta e intimidatoria, producirá un inevitable deterioro de la situación en el archipiélago, y probablemente debilitará y creará horizontes difíciles para su legitimidad como potencia en la región Indo-Pacífica.
Las crecientes revueltas en el archipiélago también tienen repercusiones de largo alcance, que llegan hasta Azerbaiyán y Rusia. De hecho, en julio de 2023, el gobierno de Azerbaiyán emprendió la creación del Grupo de Iniciativa de Bakú (BIG), cuyo objetivo es apoyar los movimientos de liberación contra el colonialismo francés, hostilidad ligada a las estrechas relaciones entre Armenia y París. El 18 de abril se firmó un Memorando de Entendimiento entre el Congreso de Nueva Caledonia y la Asamblea Nacional de Azerbaiyán. En las manifestaciones organizadas por el movimiento independentista se veían banderas azerbaiyanas e incluso rusas, incluso muchos meses antes de los recientes enfrentamientos, y ahora BIG ha expresado su apoyo al pueblo kanako y condenado la «represión francesa», lo que ha enfurecido a Francia.
Las crecientes revueltas en el archipiélago también tienen repercusiones de largo alcance, que llegan hasta Azerbaiyán y Rusia. De hecho, en julio de 2023, el gobierno de Azerbaiyán emprendió la creación del Grupo de Iniciativa de Bakú (BIG), cuyo objetivo es apoyar los movimientos de liberación contra el colonialismo francés, hostilidad ligada a las estrechas relaciones entre Armenia y París. El 18 de abril se firmó un Memorando de Entendimiento entre el Congreso de Nueva Caledonia y la Asamblea Nacional de Azerbaiyán. En las manifestaciones organizadas por el movimiento independentista se veían banderas azerbaiyanas e incluso rusas, incluso muchos meses antes de los recientes enfrentamientos, y ahora BIG ha expresado su apoyo al pueblo kanako y condenado la «represión francesa», lo que ha enfurecido a Francia.
Si bien el papel de Moscú tiene sus raíces en las políticas de antaño de la URSS, de apoyo a los movimientos independentistas y anticoloniales, desde entonces ha recobrado vigor y se ha hecho más contundente tras los acontecimientos de 2014 en Ucrania. Las actividades de Rusia en Nueva Caledonia forman parte de los objetivos estratégicos relacionados con la construcción de un Mundo Multipolar, en las manifestaciones de los independentistas aparecen pancartas alabando a Vladimir Putin o incluso pidiéndole que libere las colonias. Muchos expertos y analistas del Extremo Oriente también vislumbran que otro beneficiario de la situación actual es un actor del Tercer Mundo: China, que tiende a aprovechar cualquier oportunidad para desafiar la influencia occidental en el Pacífico Sur, donde su influencia política, económica y militar se está expandiendo estratégicamente.
Esto va en contra del continuo apoyo de desestabilización política y mediática de las diversas organizaciones occidentales, en los diversos temas relacionados o cercanos al poder chino, desde Taiwán, a Hong Kong, Tíbet, Xinjiang, hasta la península coreana, con el uso de campañas de «derechos humanos» en general, así como en el Mar de China Oriental y Meridional. Todas situaciones básicas para Pekín. Desde la firma del pacto de seguridad con las Islas Salomón en 2022, China se ha volcado con las distintas naciones insulares y sus organizaciones regionales. Hoy se habla de apoyo financiero a la ZMG, y esta última está discutiendo la posibilidad de cooperar en materia de seguridad con Pekín.
Por tanto, lo que está en juego para París, pero también para las estrategias occidentales en la zona, la situación en Nueva Caledonia va mucho más allá de los intereses exclusivamente nacionales de Francia. Francia y sus aliados desearían resolver la crisis lo antes posible, pero es poco probable que este proceso se resuelva fácilmente, ya que no existen soluciones evidentes para ninguna de las cuestiones reales que están en juego.
La visita de Macron en esos días caldeó aún más los ánimos, y sus declaraciones no dieron ninguna garantía de solución al problema. La única respuesta concreta fue un acto represivo de intimidación: el envío de más de 1.000 refuerzos de las fuerzas de seguridad francesas, que no solo causaron muertos y heridos entre los manifestantes, sino también cientos de detenciones.
El Frente Socialista de Liberación Nacional Kanako, la fuerza que dirige y organiza la resistencia del pueblo Kanako, dos días después de reunirse con el presidente Macron, anunció que ‘…Mantenemos la resistencia en los barrios. Nuestro principal objetivo es la conquista de la plena soberanía de nuestro país… Hay demasiado sufrimiento, demasiadas cuestiones en juego. Debemos llegar hasta el final, pero de forma organizada para conseguir nuestros objetivos… Decimos no a la recolonización de nuestro país… ‘, afirmó uno de los líderes del Frente, en un mensaje de vídeo.
En otro comunicado de los días siguientes, Patrick Jomessy, jefe del buró político del FLNKS, hace un llamamiento a la vuelta a la calma y se muestra dispuesto » ..a acoger las iniciativas de los responsables políticos de las instituciones que, a través de sus respectivas competencias, puedan contribuir a garantizar y proteger a la población afectada por la situación actual». Tras atacar al Alto Comisionado, cuyas palabras fueron calificadas de «irresponsables», refiriéndose a la visita presidencial, el comunicado afirma que «el FLNKS espera que esta visita genere un anuncio, en el que, bajo su exclusiva responsabilidad, indique claramente su voluntad de estimular una nueva perspectiva para renovar un diálogo sereno y pacífico entre los tres socios políticos de los acuerdos».
El FLNKS también se refirió a la trágica violencia del 13 de mayo, donde hubo muertos y heridos: «…Advertimos al Estado, que sobre la naturaleza y los métodos de intervención de la policía, la gendarmería y las fuerzas del ejército presentes en gran número en el país, están fuera de cualquier marco legal. No se tolerará ningún desliz ni repetición…Estamos dispuestos a la formación de milicias populares de autodefensa…No hay justificación para la muerte de una persona. Es la admisión de un terrible fracaso del Estado francés, cuya responsabilidad es mantener la ley y el orden bajo los llamados poderes soberanos…y habrá que hacer todo lo posible para aclarar las situaciones en las que jóvenes kanakis fueron cobardemente asesinados a tiros en las calles de Nouméa. Se trata de un requisito previo para el restablecimiento de la paz civil del que el Estado no puede sustraerse…».
La situación en el país sigue siendo muy difícil, el aeropuerto internacional de La Tontouta permanece cerrado hasta junio, en Nouméa y sus alrededores sigue habiendo barricadas, cortes de carretera y las fuerzas de seguridad tienen dificultades para entrar.
La escalada de tensiones en Nueva Caledonia es el resultado de tensiones arraigadas en 1853, cuando se convirtió en colonia francesa. Francia nunca ha cumplido sus promesas relativas a los referendos sobre la independencia. Durante más de 160 años, el pueblo canaco ha sido oprimido, obligado a vivir en determinadas zonas, inmisericorde y discriminado por el apartheid francés. En los años 60, ante los levantamientos anticoloniales del país, Francia se opuso (silenciosamente) al Movimiento Nacional Socialista de Liberación en 1967, como en Argelia: la mayoría de los líderes de los socialistas canacos fueron torturados y a menudo asesinados con métodos despiadados y brutales. En los años 80, la situación se agravó tanto que alcanzó el nivel de guerra civil.
Hay que recordar que al pueblo de Nueva Caledonia se le prometieron 3 referendos diferentes sobre la independencia, tras el Acuerdo de Matignon de 1988, París prometió celebrar un referéndum sobre la independencia al cabo de 10 años, a cambio de la paz. Esta promesa no se cumplió, Francia renegó de ella. Durante 10 años hicieron todo lo posible para debilitarla y extinguirla. Lo que Macron ha propuesto, y lo que las legislaturas francesas han adoptado, es un acto astuto, el de permitir a los nuevos inmigrantes de Francia y Europa convertirse en votantes. Es decir, permitirles votar en cualquier mandato electoral o en cualquier referéndum futuro.
En efecto, invirtiendo matemáticamente los porcentajes entre ciudadanos autóctonos y ciudadanos franceses que sólo llevan 10 años como inmigrantes, se asegura el dominio sobre el territorio de ultramar. De este modo, seguirá manteniendo el control y la dependencia locales en ámbitos como la seguridad, la inmigración, las relaciones exteriores y las fuerzas armadas. En efecto, la negación de la soberanía, la independencia y la identidad nacional del pueblo indígena kanaki.
Los referendos sobre la independencia se han celebrado tres veces: en 2018, 2020 y 2021, este último boicoteado por las fuerzas independentistas. Con esta nueva ley, no será posible tener vías pacíficas hacia la soberanía y la independencia.
Como consecuencia de todos los intentos fallidos hasta ahora por vías legales, pacíficas, institucionales, utilizando el Derecho Internacional y la Carta de la ONU, se ha formado también una fuerza pequeña pero extremadamente combativa y más radical, tanto en el seno del FLNKS, como en los levantamientos y el debate dentro de la población kanaka, se trata de las CCAT (Células de Coordinación de Acciones de Campo). Esta organización es una emanación de la Unión Caledonia, la fuerza más radical del Frente Socialista de Liberación Canaco (FLNKS), es un grupo que se autodenomina independiente, y ha estado en primera línea de los enfrentamientos y en las barricadas de las últimas semanas, la policía también ha denunciado el uso de armas y explosivos
Esta nueva organización nació en noviembre de 2023 con el objetivo de impulsar con más fuerza la independencia de Nueva Caledonia. Desde el 4 de mayo, el CCAT ha intensificado sus acciones haciendo campaña en los barrios y sobre el terreno, una operación denominada «Diez días para Kanaky», que es el nombre de Nueva Caledonia para la independencia.
En una declaración/manifiesto de intenciones, declaró que: «…Queda una última oportunidad para que el Estado francés escuche nuestro clamor y detenga de una vez su plan en nombre de la paz en nuestro país. Llamamos a todos los ciudadanos a movilizarse sobre el terreno y a todas las comunidades del país a unirse en la lucha por la construcción de una nación soberana…. La responsabilidad de la violencia recae en el Estado, que se cree con derecho a la violencia legítima impuesta al pueblo kanako para restablecer el orden colonial en nuestras tierras…Desde que creamos esta estructura, nos hemos permitido prometer cosas y así lo hemos hecho…Intentaremos hacer el trabajo, paso a paso: lo que podamos conseguir, lo pondremos al servicio del pueblo y del país…’, afirma el CAAT.
Entre sus líderes más conocidos por su larga militancia independentista se encuentra Christian Tein.
En un mensaje de vídeo, Tein arremetió contra el ministro francés de Interior y Ultramar’ responsable de la situación en la que nos encontramos hoy. ‘Nosotros, no queremos violencia, él fue quien nos empujó a la ‘fase 3′ del plan CCAT…Todo el lío, todo el desorden que hay, se lo dije a Macron, cara a cara, es porque tus chicos tienen las manos manchadas de sangre, los dos gendarmes y los cuatro muertos…’, y tras otro muerto.
Tein continuó: ‘…Macron, vino como siempre con arrogancia diciendo…Vale os he escuchado, aquí, pero ahora os doy cuarenta y ocho horas y dejadlo todo, desmontad las barricadas y volved a vuestras casas…Después de todo lo que hemos hecho, ¿entonces para qué lo hemos hecho? Le dije a la gente del Frente: ‘No estaré satisfecho con esto’. No es aceptable, hasta hoy hemos sido humillados por ochenta años de economía colonial que nos puso de rodillas, ahora nuestra gente en los barrios ha vuelto a levantar la cabeza y él viene aquí y nos dice que ‘os doy cuarenta y ocho horas’… No quiero perder. Junto con otros, hemos puesto en marcha una estructura para llevar el trabajo político al nivel en el que estamos hoy, ya no podemos bajar más. Esto es lo que acabo de decir al pueblo de Saint-Louis… es que mantendremos un nivel de presión durante el próximo mes, durante el cual la «misión de diálogo» creada por Macron intentará mediar. Si fracasa, seguiremos adelante…».
Según el exponente del CCAT, ‘…tenemos que dejar de manipular, porque no tenemos más tiempo, porque somos una generación que tiene una misión: sacar a nuestro país de la República Francesa. No tenemos tiempo. Y el tiempo, hoy, debemos dárselo, dedicárselo a los Kanaky. Debemos darles una perspectiva concreta de nuestra juventud….. Debemos apostar por la República Kanaky… Por lo demás, el Estado tiene mucho dinero, no debemos dejarnos engañar. El Estado nos dividirá, nos instrumentalizará entre nosotros. Puedes detener a 10.000 kanakis mañana, le dije a Macron.
Según el exponente del CCAT, ‘…tenemos que dejar de manipular, porque no tenemos más tiempo, porque somos una generación que tiene una misión: sacar a nuestro país de la República Francesa. No tenemos tiempo. Y el tiempo, hoy, debemos dárselo, dedicárselo a los Kanaky. Debemos darles una perspectiva concreta de nuestra juventud….. Debemos apostar por la República Kanaky… Por lo demás, el Estado tiene mucho dinero, no debemos dejarnos engañar. El Estado nos dividirá, nos instrumentalizará entre nosotros. Puedes detener a 10.000 kanakis mañana, le dije a Macron.
Aunque tengas el mayor ejército del mundo, si quieres ser como Israel, no hay problema, quizá pases a la historia como el primer presidente que ha conocido tan bien al pueblo kanaki. Se enfadó conmigo…». El líder del CCAT añadió: ‘…Sabemos cómo funciona el Estado francés…No debemos repetir los errores que cometimos en el pasado: he pedido que los representantes del CCAT estén en la mesa para discutir, pero pido que todos los colectivos militantes, de todas las barricadas hagan propuestas, necesitamos tener argumentos concretos para discutir: aquí no hay profesionales de la política’, dijo el líder del CAAT.
Editado por Enrico Vigna, InitiativeMultipolarWorld/CIVG – 29 de mayo de 2024
*Enrico Vigna, autor de distintos ensayos, casi siempre relacionados con guerras y conflictos. Entre ellos, Ucraina, Donbass; I crimini di guerra della Giunta di Kiev; L’Ucraina tra golpe, neonazisti, riforme e futuro; Afghanistann ieri e oggi; Ucraina, Donbass; I palestinesi e la guerra in Siria.
Artículo publicado originalemente en lAntidiplomático.
Foto de portada: extraída de lAntidiplomatico.
