En algunos puntos han logrado una victoria sobre Rusia, en otros continúa con sus intentos y en otros no sólo no lo ha logrado sino que tuvo el efecto contrario.
El bloque otanista ha intentado mediante una basta lista de sanciones (y ahora están decidiendo si utilizar los fondos rusos congelados) aislar a Rusia del comercio, economía y transacciones internacionales, buscando destruir su desarrollo. No obstante esto tuvo un doble efecto. Por un lado, se ha logrado reducir casi al mínimo las relaciones entre Rusia y Europa, una gran victoria para EEUU, pero por otro lado, ha hecho que Rusia se despliegue sobre Eurasia y Asia logrando una mejora significativa en las relaciones con los países de estas regiones consolidando proyectos comerciales y de infraestructuras sumamente importantes, incluyendo el fortalecimiento del amplio vínculo con China.
También han intentado debilitar a Rusia y el liderazgo de Putin a través de la opinión pública internacional, mediante los grandes medios de comunicación, esperando también que la guerra contra Ucrania produjera un desgaste político de Putin con la misma población rusa. Los resultados de las elecciones presidenciales rusas de este año demostraron el efecto contrario.
Se intentó atacar desde un frente “cultural”, que ha logrado consolidar discursos rusofóbicos, no permitiendo jugar a deportistas rusos en eventos internacionales o censurando artistas rusos en otras partes del mundo, y un largo etcétera.
Incluso se han utilizado medios, no tan evidentes a la prensa internacional o por lo menos que no se han dicho tan orgullosamente por parte del otanismo. Me refiero a ataques terroristas mediante mercenarios, como fue el reciente ataque contra el Crocus City Hall, pero también el bombardeo contra el puente de Crimea, el sabotaje a los gasoductos Nord Stream, y ataques selectivos como fue el asesinato de Daria Duguina y otros periodistas y figuras rusas reconocidas.
En esta guerra por poderes, EEUU ha logrado romper las relaciones entre Rusia y Europa, consolidar un discurso rusofóbico en la región que avanza como argumento por excelencia para continuar con la hipermilitarización de toda Europa. Esto incluye la expansión de la Alianza hacia el Este sumando dos nuevos miembros, Suecia y Finlandia con proyección hacia el Ártico y consolidación de la OTAN en el báltico; generando una dependencia increíble por parte de los gobiernos europeos, entre otras cosas, de la industria militar estadounidense; afianzando gobiernos antirusos en los países del Este europeo; realizando ejercicios militares sin precedentes por todo el continente y mares circundantes.
Uno de los mayores desafíos para Rusia se presenta a partir de su geografía y la enorme frontera que debe proteger. Este punto es uno de los puntos más utilizados por sus adversarios buscando provocar tensiones y desestabilización en distintos puntos y países que comparten frontera con Rusia con el objetivo de que las Fuerzas Armadas rusas tengan que atender la seguridad en una amplia, extensa y muy diversa frontera.
En este artículo en especial, intentaremos detallar algunos de los puntos de tensión y desestabilización en la región europea y cercana a la frontera rusa. Prestando atención a acontecimientos que a veces nos lo presentan como eventos aislados o como una mera cuestión de asuntos internos de cada uno de los países, pero que observando con los lentes de la geopolítica, podemos preguntarnos si guardan algún tipo de relación con este enfrentamiento entre el bloque otanista y Rusia.
Ucrania ha sido desde hace varios años uno de los puntos de tensión y desestabilización al cual el bloque OTAN/EEUU/Reino Unido más ha apostado a lo largo del tiempo. Pero desde que inició la guerra Ucrania-Rusia, Kiev se ha convertido en la guerra proxy de la región, siendo la zona de máxima tensión no sólo por la guerra en sí, sino por las distintas crisis que genera al interior de la instituciones europeas, dentro del mismo bloque otanista, pero especialmente como punto de argumento para llevar adelante el tipo de políticas belicistas de las grandes elites y lobbys de la guerra.
No profundizaré en este punto ya que hemos abordado la guerra en Ucrania en diversos artículos bajo múltiples puntos de análisis sobre los efectos y consecuencias del conflicto.
Interesa puntualizar en otros puntos de tensión que se gestan o reviven a lo largo del territorio europeo: Rumanía, Moldavia, Transnistria, Georgia, Armenia, Serbia, Kosovo, Kaliningrado, Balcanes, Ártico, Caspio, Bielorrusia. Algunos de estos puntos podemos categorizarlos como puntos de tensión calientes, y otros más bien latentes.
Georgia
Dentro de los puntos calientes podemos mencionar la crisis actual que se está desarrollando estos días en Georgia sobre la votación de la “Ley de Influencia Extranjera”. En marzo de 2023 ya se habían desarrollado movilizaciones en Tbilisi o Tiflis, capital de Georgia, en donde los manifestantes se agruparon frente al Parlamento para protestar en contra de la ley sobre la transparencia de la influencia extranjera.
El proyecto de ley establece, en pocas palabras, que las personas jurídicas que reciban más del 20% de financiación extranjera anual deberán declararlo públicamente. El objetivo es “garantizar la transparencia de la influencia extranjera”, por lo que se busca conocer las declaraciones financieras de las entidades y que sean de acceso público.
Si bien no es la primera ni única ley sobre “agentes extranjeros” en el mundo, este proyecto de ley está siendo utilizado por una oposición con banderas europeas que objetan que esta propuesta obstaculizaría las posibilidades de Georgia de unirse a la Unión Europea. El proyecto ha sido llamado “ley rusa” bajo el argumento de que “Moscú utiliza una legislación similar para estigmatizar a los medios independientes y a las organizaciones consideradas contrarias al Kremlin”.
No obstante, el primer país en redactar y adoptar esta ley fue Estados Unidos en 1938, conocida como Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA, por sus siglas en inglés), disponible en el sitio web oficial del Departamento de Justicia. “La Unidad FARA de la Sección de Contrainteligencia y Control de las Exportaciones (CES) de la División de Seguridad Nacional (NSD) es responsable de la administración y aplicación de la FARA”, detallan en el sitio.
La ley FARA, de EEUU, establece que “agentes de entidades extranjeras que participan en actividades políticas u otras actividades especificadas en la ley hagan pública periódicamente su relación con la entidad extranjera, así como las actividades, ingresos y desembolsos en apoyo de dichas actividades”.
Otros países que cuentan con leyes similares son Hungría (2017), Israel (2016), Australia, que han declarado que sus leyes han calcado o mejorado la versión FARA; en Canadá se está debatiendo sobre la creación del Registro Canadiense de Transparencia de Influencia Extranjera. Bulgaria, Ucrania, Venezuela (2021), Nicaragua (2020) y Kirguistán, cada uno con sus particularidades también poseen leyes sobre “influencia extranjera”. En Rusia, la ley propia sobre “agentes extranjeros” se aprobó en 2012.
Incluso, el arco político que presentó el proyecto de ley en Georgia, Poder Popular y Sueño Georgiano, explicó que se trataba de una ley basada en la experiencia de ley estadounidense FARA, pero adaptada a las particularidades de Georgia.
Para echar leña al fuego, los líderes de la UE han declarado que «este proyecto de ley votado en el Parlamento no acerca a Georgia a la UE. Es todo lo contrario», en palabras de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo. «Nos decepciona que este Gobierno haya tomado una decisión así», sentenció Michel.
Por su parte, el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, dijo en un tweet que «esta ley no está en línea con las normas y valores fundamentales de la UE», y agregó que «Georgia tiene una sociedad civil vibrante» que es una parte clave de su búsqueda de la membresía en la UE.
Para algunos analistas se trata de un intento de Revolución de Color en el país, al que hay que prestar atención, recordemos que no sería la primera Revolución de Color en Georgia.
En el siguiente artículo podrán profundizar en la importante geopolítica de Georgia y el rol de las oenegés.
Serbia y Kosovo
Otro punto de tensión constantemente caliente se desarrolla en la región de los Balcanes, en específico entre Serbia y Kosovo.
Las tensiones entre Serbia y Kosovo escalan de vez en cuando provocando un potencial desestabilizador y aunque cada evento tiene sus particularidades, las problemáticas de fondo siguen siendo las mismas.
El objetivo de Kosovo es expulsar por completo a la población serbia del autoproclamado territorio kosovar, por lo tanto recurren a persecución, extorsión, asesinatos, represión, limitaciones en la vida diaria de los ciudadanos. Por otra parte, el accionar de la Fuerza de Kosovo de la OTAN (KFOR) y del primer Ministro de Kosovo, Albin Kurti, evidencian el rol de enclave que posee Kosovo para EEUU desde el plano administrativo, político y militar.
Otros puntos que demuestran el telón de fondo de las escaladas de tensiones son las presiones que el bloque occidental infringe sobre el presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, debido no sólo al interés histórico de someter al pueblo serbio sino también para que acceda a negociaciones guiadas por Europa y firme acuerdos en contra de los intereses nacionales, o para que acepte imponer sanciones contra Rusia, con el objetivo de quebrar el histórico vínculo que poseen Belgrado y Moscú.
Estas situaciones permiten a la KFOR reforzar el militarismo en los Balcanes ubicando más soldados en Kosovo, considerado la base militar privada de EEUU en la región y su protectorado estratégico.
Uno de los últimos acontecimientos se está desarrollando a partir de la votación en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, a mitad de este mes, en donde se debatió la solicitud de Kosovo para unirse como miembro del Consejo de Europa. Un total de 131 miembros votaron a favor de la adhesión de Kosovo, sólo 29 votaron en contra y 11 se abstuvieron.
Belgrado respondió anunciando la realización de un gran ejercicio militar en la frontera con Kosovo y recordando al mundo que “quieren demostrar que Serbia es un trapo que pueden pisar cada vez que quieran, y nosotros les mostraremos que no somos un trapo, que somos un país de gente orgullosa y digna, somos gente que mira hacia el futuro”.
Kurti, dio su respuesta anunciando el reforzamiento de las fuerzas de seguridad y las defensas de su país.
«Hemos respondido duplicando el presupuesto militar y triplicando el presupuesto de armamento», afirmó. «Compramos drones Bairaktar y misiles antitanque Javelin, mientras que hay 1.852 nuevos soldados en los cuarteles, a los que se unirán 600 nuevos reclutas este año».
Se deberá prestar atención a esta región ya que en junio se estarán desarrollando nuevas elecciones parlamentarias, lo que produce un escenario más provechoso por parte de los actores que utilizan las tensiones para provocar desestabilización en el país.
Rumania, Moldavia, Transnistria y Gagaúzia
Otro punto de tensión caliente se da en la zona geoestratégica del Mar Negro. Región que por supuesto viene siendo la más tensa a raíz de la guerra en Ucrania y de la importancia geoestratégica del Mar Negro para los principales actores geopolíticos.
Rumanía se ha convertido en un país de paso fundamental para el envío de armamento de la OTAN a Ucrania, que incluye el proyecto de la “autopista de Moldavia”. Las ambiciones de Rumania también se proyectan hacia el futuro, ya que se ha comenzado la construcción de la mayor base militar de la OTAN en suelo rumano, que superará a la Base Aérea de Ramstein, en Alemania. La instalación estará ubicada en el distrito de Constanza, a orillas del mar Negro y se estima que podrá albergar hasta 10.000 militares y sus familias.
Además de la importancia geoestratégica que tiene Rumania debido a su acceso al Mar Negro, la cercanía al puerto de Odessa y la frontera que comparte con Ucrania al norte pero también que rodea a Moldavia, los puntos de tensión no sólo se elevan debido a la fuerte militarización que se está desarrollando hace unos años.
Hace pocas semanas el Ministerio de Defensa rumano presentó un proyecto de ley para permitir a las fuerzas armadas desplegarse en el extranjero en defensa de los compatriotas de su país. “Los países vecinos de Moldavia y Ucrania cuentan con minorías rumanas en su interior, algunas de las cuales tienen la ciudadanía rumana, como los 1,3 millones del primero. Partes de ambos constituían también la llamada «Gran Rumanía» durante el periodo de entreguerras”, explica el análisis editorial de Oriental Review.
Incluso, Francia, con Macron a la cabeza, quien ya había anunciado su intención y decisión de enviar tropas a Ucrania, ya tiene tropas y tanques en Rumanía e incluso firmó un pacto de seguridad con Moldavia el mes pasado.
La relación entre Rumania y Moldavia, en donde también se incluyen Transnistria y Gagaúzia, son históricamente complejas para desarrollar en unos breves párrafos.
No obstante, los últimos eventos sobre la región se desarrollaron alrededor de las declaraciones del primer ministro rumano, Marcel Ciolacu, quien dijo que ‘apoya la idea de la unificación de Rumania con Moldavia, algo que podría producirse, entre otras cosas, mediante la adhesión de la república a la Unión Europea’. Esto tensó la situación al interior tanto de Bucarest como de Chisinau; lo que también tensó la situación entre Moldavia y Gagaúzia y por supuesto con la misma Transnistria.
Respecto a Gagaúzia, la gobernadora de la región, Evghenia Gutul, fue muy clara al responder diciendo que “cualquier empeño unionista significa el lanzamiento inmediato del procedimiento de secesión de Gagaúzia y la vuelta a una república independiente de Gagaúzia”.
La situación entre Moldavia y Transnistria ha sido un foco de tensión y desestabilización siempre disponible para el bloque occidental. Mientras la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, profundiza sus vínculos y el futuro moldavo a los lazos atlantistas y europeistas, procede con cautela ante las declaraciones del premier rumano ya que el país se prepara para un referéndum sobre la integración europea, previsto para el 20 de octubre de 2024, junto a las elecciones presidenciales y, aunque Ciolacu argumenta que el ingreso de Moldavia a la UE será más rápido si este país se unifica con Rumanía, Sandu prefiere no posicionarse en un año electoral.
Este mes Moldavia acogió el ejercicio militar JCET-2024 que tuvo como objetivo el entrenamiento conjunto e intercambio de experiencias entre las fuerzas especiales moldavas, rumanas y estadounidenses.
La importancia y el por qué al bloque otanista le interesa “meter el dedo en la llaga” en estas problemáticas aún no resueltas entre Rumania, Moldavia, Trasnistria y Gagúzia se debe a su posición geoestratégica de acceso al Mar Negro, y más específicamente por su cercanía con Odessa, una cabeza de puerto para los productos industriales de Rusia y Ucrania.
“Sin el control sobre Odesa, la OTAN no puede tener proyección de fuerza en la región del Mar Negro ni esperar resucitar a Ucrania como un puesto avanzado antirruso. Tampoco puede la OTAN avanzar hacia el Transcáucaso y el Caspio (frontera con Irán) y Asia Central sin dominar la región del Mar Negro”, explica Bhadrakumar.
El experto también explica que “por las mismas razones, Rusia tampoco puede permitirse ceder la región del Mar Negro a la OTAN. Odesa es un eslabón vital en cualquier puente terrestre a lo largo de la costa del Mar Negro que conecte el interior de Rusia con su guarnición en Transnistria, Moldavia (que EE.UU. tiene en el punto de mira como posible miembro de la OTAN.) De hecho, la seguridad de Crimea estará en peligro si fuerzas hostiles se establecen en Odesa. (El ataque al puente de Kerch en octubre de 2022 se organizó desde Odesa)”.
Otros focos de tensión con potencial futuro desestabilizador son Kaliningrado, territorio ruso en el centro del lago privado de la OTAN, el Báltico. Kaliningrado ya se ha visto en el foco del conflicto debido al Corredor de Suwalki. Esto involucra a un actor importante en el enfrentamiento entre OTAN-Rusia, y es el país de Bielorrusia, convertido en el paria europeo, continúa su profundización de la integración en el Estado de la Unión con Rusia.
Su inquebrantable vínculo con Rusia pone Bielorrusia en la mira para cualquier posibilidad de provocación contra Rusia. De hecho, los servicios especiales de Bielorrusia han frustrado esta semana varios ataques de vehículos aéreos no tripulados contra objetivos en Minsk y sus afueras operados desde el territorio de Lituania, según informó el jefe del Comité de Seguridad Estatal bielorruso, Iván Tertel.
Otro punto de tensión con potencial desestabilizador, y a los que hay que prestarle atención, incluso en aquellas noticias que parecen eventos aislados, son el Ártico, la región del mar Caspio, los Balcanes en general y la región de Armenia y Azerbaiyán.
Así como están las cosas parece que los escenarios posibles son una eventual escalada debido a la preparación militar de EEUU/OTAN/Reino Unido sobre la región de Europa del Este, la profundización del discurso de que Rusia no se conformará con tener Ucrania, sino que va por toda Europa, y la disponibilidad de todos estos y más focos de tensión y desestabilización para ser utilizados como puntas de lanza; o la posible negociación entre los principales actores que están en esta guerra por poderes, negociación en la que Rusia ya fue claro sobre sus líneas rojas y sobre la necesidad de garantías de seguridad por parte de los europeos, mientras que el bloque EEUU/OTAN/Reino Unido ya mostró lo poco que le importan.
Lo que sí está claro es que “Rusia sigue siendo el país más poblado y uno de los más poderosos de Europa. A menos que el futuro orden de seguridad europeo incluya a Rusia y tenga en cuenta de algún modo sus preocupaciones en materia de seguridad, no habrá seguridad para todo el continente”, explica Zachary Paikin.
*Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: Reporteros Unidos