La victoria de al-Sisi le garantiza un tercer mandato, que comenzará en abril y se supone que será el último, según la Constitución egipcia, enmendada en 2019, extendiendo el mandato presidencial de cuatro a seis años y permitiendo además que al-Sisi se postulara para un tercer mandato.
Su elección no es una sorpresa en un país de 106 millones de habitantes acosado por múltiples crisis, que van desde el poder adquisitivo (dos tercios de la población viven por debajo o justo por encima del umbral de pobreza) hasta la guerra en la vecina Gaza.
El presidente de Egipto, Abdelfatah Al Sisi, aseguró un tercer mandato al frente de esa nación del norte de África, de acuerdo con información de las autoridades electorales, todo ello después de que finalizara el recuento de votos en las elecciones celebradas entre el 10 y el 12 de diciembre pasados.
Según el jefe de la autoridad electoral, Hazem Badawy, la participación alcanzó un 66,8 por ciento de los electores, calificado como algo «sin precedentes». De acuerdo a esas cifras, más de 39 millones de egipcios votaron por Sisi, el exjefe del ejército que ha gobernado Egipto más poblado durante una década.
La votación, cuyo resultado era indudable, tuvo lugar mientras Egipto afrontaba varias crisis, incluida el asedio sionista contra la vecina y fronteriza Franja Gaza y la peor crisis económica del país.
Al Sisi se postulaba contra otros tres candidatos, ninguno de los cuales era de alto perfil. El segundo lugar, Hazem Omar, que lidera el Partido Popular Republicano, recibió el 4,5 por ciento de los votos.
Luego vinieron Farid Zahran, líder del izquierdista Partido Socialdemócrata Egipcio, y Abdel-Sanad Yamama del Wafd, un partido centenario pero relativamente marginal.
Sisi ahora está listo para cumplir su tercer (y, según la Constitución, último) mandato en el cargo, a partir del mes de abril, si bien no se ha precisado la fecha.
Sus partidarios le atribuyen el mérito de haber logrado un retorno a la calma en el país después del caos que siguió al levantamiento de 2011 que derrocó al presidente Hosni Mubarak. Fue elegido presidente en 2014 y reelegido en 2018, en ambas ocasiones con el 97 por ciento de los votos.
La Constitución fue enmendada en 2019, extendiendo el mandato presidencial de cuatro a seis años y permitiendo que Sisi se postulara para un tercer mandato.
Algunos admiran una campaña de infraestructura que incluye una nueva capital construida desde cero en el desierto al este de El Cairo. Otros ven la ciudad como una costosa extravagancia en un momento en que la deuda de Egipto se ha disparado y los precios se han disparado.
Los partidarios de Al Sisi dicen que la seguridad es primordial y que algunos grupos se han beneficiado bajo su Gobierno. Eso incluye a las mujeres, dijo Nourhan ElAbbassy, subsecretario general de la rama juvenil del partido pro-Sisi Homat AlWatan.
«Nos encantaría ver más mujeres en puestos clave, más ministras en el gabinete siempre que estén calificadas y revisiones de las leyes de derechos personales que tienen que ver con cuestiones como el matrimonio, el divorcio y la pensión alimenticia», dijo.
Al Sisi, prometió a sus ciudadanos seguir construyendo «la nueva república» egipcia ante los grandes «retos» que atraviesa el país, entre ellos las consecuencias de la grave crisis económica y la guerra en la Franja de Gaza.
«Soy consciente del tamaño de los retos que hemos pasado y los que todavía estamos haciendo frente. Y reafirmo que soy consciente de que el héroe de estos retos es el gran ciudadano egipcio que hizo frente al terrorismo y su violencia, aguantó la reforma económica y sus consecuencias», aseguró en un discurso televisado.
