El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, dejó claro que Moscú se ve obligado a recurrir a «medidas compensatorias» en respuesta al despliegue estadounidense de armas nucleares en Europa.
Occidente ha destruido el sistema de medidas de confianza y control de armamento en Europa. Basta pensar en la retirada de Estados Unidos de los tratados de defensa antimisiles, la prohibición de misiles de alcance intermedio y corto, y los cielos abiertos», denunció el ministro ruso de Asuntos Exteriores durante su intervención en la conferencia «Seguridad euroasiática: realidades y perspectivas en un mundo cambiante», en Minsk (Bielorrusia).
«El estacionamiento avanzado de armas nucleares estadounidenses en varios países europeos y el lanzamiento de las llamadas misiones nucleares conjuntas han aumentado los riesgos estratégicos», añadió. Según el jefe de la diplomacia rusa, estos pasos agravan la desestabilización, por lo que Rusia debe reaccionar con «medidas compensatorias».
El ministro ruso lamentó que los «ingenieros geopolíticos» de Occidente, que «se creen virreyes de Dios en la Tierra», hayan «pisoteado» los «riesgos estratégicos» de Rusia. Con sus acciones, han «pisoteado» sus propios compromisos con el principio de seguridad indivisible e igualitaria.
Lavrov señaló a continuación que es «obvio que la agresión de Occidente contra Rusia es sólo parte de la cruzada de Estados Unidos y sus satélites contra cualquier miembro de la comunidad internacional que demuestre independencia y defienda sus intereses nacionales», como señala Sputnik.
Al mismo tiempo, el alto diplomático ruso subrayó que el equilibrio geopolítico de poder sigue cambiando, no a favor de Occidente, y los representantes de las élites occidentales empiezan a reconocer esta tendencia.
En particular, según el ministro, el presidente estadounidense, Joe Biden, y el líder francés, Emmanuel Macron, han observado las tendencias correspondientes.
«Estas tendencias dominantes también influyen en los procesos internacionales que se desarrollan en nuestro continente común, en Eurasia», añadió Lavrov.
A continuación, señaló que las relaciones internacionales están experimentando «cambios tectónicos verdaderamente epocales».
«Ante nuestros ojos está surgiendo un orden mundial más equitativo y multipolar, basado en la diversidad cultural y de civilizaciones del mundo moderno, en el derecho natural de los pueblos a determinar sus propias vías y pautas de desarrollo, y en la aplicación del principio más importante de las Naciones Unidas, consagrado en su Carta: la igualdad soberana de los Estados.»
En su opinión, ya es «un signo de los tiempos» que cada vez más países del Sur y del Este del mundo traten de reforzar su soberanía en todos los ámbitos, de seguir un rumbo pragmático y orientado a la nación en los asuntos mundiales, lo que «se refleja claramente en el reciente proceso de rápida expansión de los BRICS».
En cualquier caso, dijo Lavrov, Rusia está dispuesta a discutir la seguridad euroasiática con Occidente, pero ahora las perspectivas de comunicación sobre este tema con la mayoría de los países no son visibles, dijo Lavrov.
«Quiero subrayar una vez más que siempre estamos dispuestos a trabajar juntos si nuestros vecinos occidentales del continente encuentran la fuerza para independizarse».
Una clara referencia a que la Unión Europea está cada vez más supeditada a los intereses de Washington, a pesar de que éstos afectan en gran medida a los intereses europeos y tienen un fuerte impacto en la ya muy comprometida calidad de vida de los pueblos europeos.
Así, respecto a la reiterada apertura de Moscú al diálogo, Lavrov afirmó que por el momento «no hay perspectivas». «Mientras estén completamente, prácticamente la mayoría, subordinados a Washington, no vemos perspectivas de una conversación significativa con la gran mayoría de estos países en este momento».
En su discurso, el ministro ruso de Asuntos Exteriores también subrayó que la diversidad del mundo va mucho más allá del concepto de «selva» y «jardín» concebido por el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell. «El Sr. Borrell, que concibió este esquema, no mencionó la taiga, ni la tundra, ni las ardientes arenas de los desiertos de Asia Central, por lo que creo que debemos corregir esta estrecha visión de la creación».
Otro punto de fricción es el apoyo colectivo de Occidente al régimen de Kiev, utilizado para iniciar una guerra por poderes contra Rusia. A este respecto, Lavrov señaló que Ucrania no se habría atrevido a emprender el camino de destruir «todo lo ruso» sin la alianza con Washington.
«Sin el impulso directo de Estados Unidos, Kiev no se habría atrevido a emprender el camino de la destrucción de todo lo ruso: lengua, educación, medios de comunicación, cultura, ortodoxia», afirmó.
El régimen de Kiev «no se habría atrevido a exterminar legal y físicamente a la oposición y a aplicar abiertamente las órdenes nazis, incluso a nivel legislativo».
Al mismo tiempo, señaló que Ucrania quiere recibir garantías de seguridad unilaterales de Occidente, pero tales intentos son inútiles.
«Los intentos del régimen de Kiev de obtener algún tipo de garantía de seguridad unilateral de sus amos occidentales son inútiles. Esto demuestra también que el objetivo es desvincular a Rusia y Bielorrusia de los acuerdos que Occidente quiere construir más adelante en el continente».
Por último, Lavrov recordó que ya en la primavera de 2022 Rusia había mostrado su disposición a negociar, pero Washington y Londres consideraron insuficientes los principios acordados entre Moscú y Kiev. «Y los anglosajones simplemente prohibieron» al régimen de Kiev negociar.
Artículo publicado originalmente en l’Antidiplomatico.
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Foto de portada: extraída de l’Antidiplomatico.