Hace unas semanas veíamos una intensificación del conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por la República de Artsaj que terminó con la rendición del ejército armenio y la provincia de Nagorno-Karabaj (Artsaj para Armenia) pasó a manos azeríes. Después de esto, uno de los análisis occidentales era que se avecinaba un conflicto regional posiblemente entre Turquía, Irán y Rusia.
La lectura sobre el conflicto regional era acertada, pero estalló en Israel. El fin de semana pasado, 7 de octubre, la Resistencia Palestina de Hamas atacó bases militares y civiles israelíes. La respuesta israelíl no tardó en llegar y se propuso destruir la Franja de Gaza, con bombardeos, fósforo blanco y no piensan detenerse.
Si bien el Estado colonialista de Israel sostiene hace muchos años una política de apartheid con el pueblo palestino, es cierto que la región estaba teniendo unos movimientos diplomáticos para destacar. Entre los cuales se encuentran, por ejemplo, la composición de la relación entre Arabia Saudita e Irán, bajo la mediación de China. Una diferencia enorme a comparación de la política militar estadounidense en el Área Árabe Islámica.
Después de estos movimientos más diplomáticos, se esperaba que los conflictos no se resuelvan en el plano militar. Sin embargo, es una certeza que en medio de la actual turbulencia geopolítica, el debilitamiento de las instituciones multilaterales y el desgaste de las normas globales, los conflictos que parecían congelados, volvieran a convertirse en guerras calientes.
La urgencia de los dos Estados
Si bien no tardó en llegar el apoyo occidental a Israel y el apoyo regional y del Sur Global a Palestina, es cierto que se planteó ante todo la necesidad del reconocimiento y respeto de dos estados como única posibilidad de paz. Insistiendo en la necesidad de desescalamiento del conflicto. Algunos actores internacionales se pronunciaron al respecto. Nos detendremos en tres: China, Rusia y la Liga Árabe.
Por parte de Beijing, quién habló fue el Ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi: La esencia del asunto es que no se ha hecho justicia para el pueblo palestino, sostuvo. Y agregó: «China espera sinceramente que Israel y Palestina puedan coexistir pacíficamente, y está dispuesta a trabajar con la comunidad internacional para promover las negociaciones de paz y crear las condiciones para la paz».
Por otro lado, también el enviado especial para Oriente Medio, Zhai Jun dijo que las conversaciones de paz deben iniciarse sobre la base de una solución de dos Estados. Agregó que la situación en Palestina es «grave» y que la comunidad internacional debe «promover un alto el fuego, reanudar conversaciones de paz y establecer un Estado palestino independiente sobre la base de la solución de ‘dos Estados'».
En el caso de Rusia, habló Serguéi Lavrov y manifestó que “es necesario no sólo detener urgentemente los enfrentamientos y resolver los problemas relacionados con los civiles, que son víctimas en la situación actual, y en gran número, sino también centrarse en las razones de la falta de solución al problema palestino desde hace tantas décadas a pesar de que existen resoluciones directas e inequívocas del Consejo de Seguridad de la ONU al respecto, acuerdos entre Israel y los palestinos, incluidos los firmados en Oslo y Madrid, así como la Iniciativa de Paz Árabe”.
El Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, sostuvo además que “confía en que Rusia y la Liga Árabe puedan y deban contribuir a abordar los problemas, en primer lugar, a detener el derramamiento de sangre y el sufrimiento de los civiles. Estamos dispuestos a hacerlo junto con ustedes y con todos los demás países que estén sinceramente interesados en establecer una paz sostenible en Oriente Próximo y garantizar la seguridad de todos los países de la región sin excepción, incluido el Estado de Palestina, cuya creación exige la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que he mencionado”.
Por su parte, la Liga Árabe se reunió esta semana en El Cairo, Egipto, en una larga reunión de urgencia de sus ministros de Exteriores tras las que instaron a Israel a detener su agresión a Gaza y “cumplir sus obligaciones en el derecho internacional” ante el temor de una escalada regional del conflicto. “Reafirmamos la importancia de retomar el proceso de paz y de comenzar negociaciones serias entre la Organización para la Liberación de Palestina e Israel”, sostiene la declaración conjunta de la Liga Árabe.
El texto agrega además: ”Exigimos el levantamiento del asedio contra la Franja de Gaza y que se permita inmediatamente la entrada de ayuda humanitaria, alimentos y combustible a través de las agencias de Naciones Unidas”.
Esto último en el marco de que Israel no ha permitido la entrada de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, además de cortar el suministro eléctrico, el agua potable y la llegada de combustible. Gaza cuenta con un sólo paso fronterizo controlado por el sionismo: el de Rafah, que también fue bombardeado en estos días. Ni siquiera ha llegado toda la asistencia humanitaria de emergencia enviada por Egipto y otros países por esa ruta.
Algunos elementos para tener en cuenta a partir de ahora
Esta escalada ocurre en pleno proceso de “restablecimiento” de relaciones diplomáticas entre Arabia Saudita e Israel, bajo mediación estadounidense. Básicamente es un movimiento parecido a lo que hizo China hace algunos meses. Desde Israel sostenían que se había alcanzado «un acuerdo de paz histórico» con los saudíes y que ese paso precisamente podría servir para calmar la tensión con Palestina. «Semejante paz contribuirá en gran medida a poner fin al conflicto árabe-israelí. Alentará a otros estados árabes a normalizar sus relaciones con Israel. Mejorará las perspectivas de paz con los palestinos, alentará una reconciliación más amplia entre el judaísmo y Islam».
La administración de Joe Biden buscaba anotarse un punto en términos diplomáticos de cara a las elecciones presidenciales del 2024 en Estados Unidos. Sin embargo, esto no va a avanzar por el ataque de Israel a la Franja de Gaza y a otros territorios ocupados. De hecho, mensaje del Reino Saudí es que esto se trata de una «situación explosiva como resultado de la ocupación continua y la privación de los derechos legítimos del pueblo palestino».
Esto además se daría tres años después de los Acuerdos de Abraham que en 2020 bajo el mandato de Donald Trump, se firmaron acuerdos de paz entre Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, más tarde se sumaron también Marruecos y Sudán. Además todos estos países firmantes lograron acercarse a Washington.
Sin embargo, cabe destacar que uno de los firmantes, Emiratos Árabes Unidos, este año fue uno de los países en ingresar a los BRICS y que además en mayo renunció a participar de las Fuerzas Combinadas del Mar Rojo y Golfo Pérsico que lideran los Estados Unidos, después de suspender compra de aviones norteamericanos. Con esto queda en evidencia que a Estados Unidos no le está yendo nada bien en su idea de “pacificar” la región.
Esto se da, no sólo por el rol actual de organismos multipolares encabezados por Rusia y China, sino por su misma estrategia militar con Israel que no deja de atacar a Palestina. Esto último terminó por convencer a Arabia Saudita de no continuar con las conversaciones de paz con los israelíes. Washington no tiene controlada la región ni la mantiene alejada de China como se esperaba.
Así como hay que tener en cuenta las relaciones regionales de los países, también cabe para destacar que con esta escalada israelí también se rompió con la idea de un proyecto de conectividad denominado Corredor India-Oriente Próximo-Europa (IMEC, por sus siglas en inglés) que consiste en una ruta oriental que conecte India con el Golfo Arábigo por vía marítima y una ruta septentrional que conecte Arabia Saudita con Europa a través de Jordania e Israel por ferrocarril y vía marítima.
Entre los principales objetivos se destacan, generar crecimiento económico, conectar Asia y Europa con centros comerciales, exportar energía limpia, apoyar el comercio y la industria manufacturera y reforzar la seguridad alimentaria. Así, los líderes de Estados Unidos, India, Arabia Saudí, EAU, Francia, Alemania, Italia, entre otros países estarían conectados por fuera de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI por sus siglas en Inglés), liderada por China. Un proyecto que fue pensado en el G20 y que ahora ni siquiera se puede imaginar.
Ni la estrategia de Occidente puede funcionar, ni las Naciones Unidas pueden desconocer la respuesta militar genocida por parte del gobierno israelí. Los actores regionales toman un rol activo y respetar la convivencia de dos Estados se vuelve urgente. El mundo está cambiando y la pacificación llegará cuando se reconozcan los derechos del pueblo palestino, nada más y nada menos.
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y otros medios.
Foto de portada: Extraída de Gifex