La congelación ipso facto de 691 millones de euros en fondos de la UE para Palestina abre la caja de los truenos y genera tensiones y divisiones no solo en los Estados miembros, habituales, sino dentro del seno de la propia Comisión Europea. España ha expresado su malestar con una decisión que asegura que desconocía y de la que no habría sido informado el propio Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea. En un intento de salvar la cara, tras un día de gran confusión en los pasillos de Bruselas, el Ejecutivo comunitario afirma que no hay fondos congelados porque no había pagos pendientes.
El tercer día de guerra entre Israel y Palestina desató una respuesta sin precedentes e inesperada. Pero cargada de confusión, reproches cruzados y poca información. En la habitual rueda de prensa de las 12 horas, la Comisión Europea aseguraba que el estado de las ayudas a Palestina sería analizado por los 27 ministros de Asuntos Exteriores, convocados con carácter de urgencia por Borrell para un encuentro informal el martes.
Apenas dos horas después, el comisario húngaro de Vecindad, Oliver Varhelyi, anunciaba por sorpresa a través de la red social X que los fondos de desarrollo de casi 700 millones de euros quedaban congelados con efecto inmediato tras los ataques de Hamás a territorio hebreo.
Las reacciones han llegado en cascada. Dentro del propio Berlaymont, sede de la Comisión Europea, el comisario de Ayuda Humanitaria, Janez Lenarcic, se ha visto a salir del paso matizando a su colega y reafirmando que las partidas humanitarias –que se reducen a unos 25 millones de euros anuales- no serán afectadas.
«Condenando firmemente el ataque terrorista de Hamás, es imperativo proteger a los civiles y respetar el Derecho Internacional Humanitario. La ayuda humanitaria a Palestina continuará el tiempo que sea necesario», ha afirmado el esloveno. Lo que se desprende de todo el enredo es que los fondos humanitarios no están comprometidos dentro del macropaquete de desarrollo.
Desde las capitales, el anuncio se ha recibido con estupor. La decisión ha generado especial malestar en España, Irlanda y Luxemburgo. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha mantenido una conversación telefónica con el comisario para «trasladarle su desacuerdo con esta decisión», aseguran fuentes de Exteriores, que afirman que la medida ha pillado por sorpresa tanto a los ministros de Exteriores como al propio Borrell, que no habrían sido informados.
De hecho, los planes de los europeos pasaban por abordar la decisión en la cita de mañana. Aunque algunos países como Austria ya se habían adelantado suspendiendo sus ayudas individuales.
También ha sido un movimiento contestado por la izquierda, que critica este «castigo colectivo». «Es escandaloso que la Comisión Europea imponga una escandalosa sanción colectiva al pueblo palestino. Recortar la ayuda al desarrollo empeorará todavía más la catástrofe humanitaria. Los civiles no son responsables de la guerra. Lo que es urgente es un alto al fuego», ha señalado la eurodiputada Manon Aubry, de Francia Insumisa.
De materializarse, la decisión amenaza con tener un punzante efecto sobre la población de la Franja, que suma 15 años de bloqueo por tierra, mar y aire siendo la mayor cárcel al aire libre del mundo. Según los datos que se manejan en los pasillos de Bruselas, el 80% de la población gazatí depende de las donaciones internacionales y la ayuda humanitaria.
«La UE debería redoblar los esfuerzos para la paz, no escarmentar al pueblo palestino y dar carta blanca a las terribles represalias de Israel. Una decisión vergonzosa y contraria al derecho internacional, que prohibe los castigos colectivos. La Comisión debe rectificar», ha reaccionado Ernest Urtasun, eurodiputado de Los Verdes y portavoz de Sumar.
Comunicado de la Comisión Europea
Con el caos desatado a lo largo de la jornada a golpe de tuits, la Comisión Europea se ha visto obligada a emitir un comunicado lleno de matices y explicando que a partir de hoy comenzará una revisión de urgencia para revisar la asistencia que la UE da a Palestina en coordinación con los Estados miembros.
«Junto a las salvaguardas existentes, el objetivo de esta revisión será garantizar que ningún fondo de la UE permite de forma indirecta a cualquier organización terrorista llevar a cabo ataques contra Israel», reza el breve texto.
«¿Cómo puede la Comisión afirmar que su asistencia nunca ha apoyado directa o indirectamente a Hamás y al mismo tiempo suspender la ayuda a los palestinos? O ahora afirma que ha estado financiando a Hamás todo el tiempo (impactante), o respalda el castigo de los civiles palestinos (horrible)«, ha criticado a través de X Nathalie Tocci, directora de Istituto Affari Internazionali.
Así, la UE da una patada hacia adelante y gana tiempo, aunque el debate ya caliente el Consejo de Asuntos Exteriores extraordinario que el martes se celebrará en formato híbrido, ya que Borrell y muchos ministros se encuentran en Omán participando en el Consejo de Cooperación del Golfo. «Evaluaremos si, en línea de los acontecimientos cambiantes sobre el terreno, los programas de apoyo a la población palestina y a la Autoridad Palestina deben ser revisados», prosigue la respuesta oficial. Sin embargo, desde el equipo de Ursula von der Leyen aseguran que «no hay suspensión de pagos, ya que no hay pagos previstos en estos momentos».
Escasas horas antes, su comisario húngaro había anunciado la suspensión inmediata de todos los pagos y la congelación sine die de todas las propuestas presupuestarias para 2023. El enviado de Víktor Orbán ya había sido noticia dos años antes por congelar un paquete de 214 millones de euros en partidas destinadas a las mejoras de los sistemas educativos y sanitarios de los palestinos alegando que los libros de texto en Palestina contenían lenguaje antisemita y que incitaba al odio y a la violencia. Finalmente, los fondos fueron desbloqueados el año pasado.
*María Zornoza, periodista.
Artículo publicado originalmente en Público.es.
Foto de portada: Menores inspeccionan los alrededores destruidos de la Torre Palestina después de que aviones de combate israelíes la atacaran en la ciudad de Gaza, el 7 de octubre de 2023. —Mohammed Saber/EFE