Los compromisos eran ambiciosos y de gran alcance. Entre ellos: Acabar con la pobreza extrema y el hambre. Garantizar que todos los niños de la Tierra tengan una educación secundaria de calidad. Lograr la igualdad de género. Avanzar significativamente en la lucha contra el cambio climático. Crear «acceso universal a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos». Y lograr todo esto para 2030.
A mitad de camino hacia ese objetivo, los avances se están retrasando mucho, y en algunos casos retrocediendo.
En una cumbre de dos días que comenzó este lunes, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, trató de impulsar la acción para lograr los 17 objetivos adoptados por los líderes mundiales en 2015, que los países en desarrollo en particular consideran cruciales para cerrar la creciente brecha de desigualdad entre los países ricos y pobres del mundo.
Dijo a los líderes en la abarrotada sala de la Asamblea General que habían hecho «la promesa de construir un mundo de salud, progreso y oportunidades para todos: la promesa de no dejar a nadie atrás, y la promesa de pagar por ello».
El Presidente de la Asamblea General, Dennis Francis, dijo a los líderes reunidos que el hecho de que «nos estemos quedando atrás en nuestra promesa no puede ser la sentencia de muerte para nuestro proyecto» de «desterrar la pobreza de nuestras sociedades, proteger y preservar nuestro planeta y garantizar la prosperidad para todos». En su lugar, dijo, «debe darse prioridad a una acción audaz y transformadora».
A continuación, los líderes de los 193 países miembros de la ONU adoptaron por consenso una declaración política de 10 páginas. En ella se reconoce que los objetivos están «en peligro» y se expresa la alarma por la lentitud con la que se avanza o por la regresión a los niveles anteriores a 2015. Reafirma más de una docena de veces, de diferentes maneras, el compromiso de los líderes de alcanzar los ODS, u objetivos de desarrollo sostenible, reiterando su importancia individual.
¿Cómo lograrlo en los próximos siete años?
Una declaración poco concreta
Los líderes se han comprometido a acelerar la acción. Pero la declaración con la que están trabajando no es muy concreta.
El sábado, al comienzo de un «Fin de semana de acción sobre los ODS», Guterres repasó para los activistas las sombrías conclusiones de un informe de la ONU publicado en julio. El lunes volvió a hacerlo, afirmando que sólo el 15% de las 140 metas específicas para alcanzar los 17 objetivos van por buen camino. Muchos van en la dirección equivocada.
Al ritmo actual, según el informe, 575 millones de personas seguirán viviendo en la pobreza extrema y 84 millones de niños ni siquiera irán a la escuela primaria en 2030, y se tardará 286 años en alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres.
«Los ODS necesitan un plan de rescate global», dijo el jefe de la ONU. Calificó la cumbre como «el momento para que los gobiernos se sienten a la mesa con planes y propuestas concretas para acelerar el progreso.»
No son sólo los gobiernos los que tienen que dar un paso adelante, dijo Guterres. A su vez, instó a los activistas, así como a la comunidad empresarial, los científicos, los académicos, los innovadores, las mujeres y los jóvenes a que se unan a la labor de alcanzar los objetivos.
La Primera Dama de Estados Unidos, Jill Biden, se hizo eco de las palabras del Secretario General en una recepción organizada el domingo por la noche por la agencia de la ONU para la infancia, UNICEF, para los campeones mundiales de la educación. Dijo que los progresos en la consecución de los ODS «parecen escarpados». Pero dijo que Estados Unidos «seguirá siendo un socio vuestro en cada paso del camino».
Como educadora durante 39 años, instó a los líderes de todos los países a invertir en los niños, afirmando que «nos ayudarán a construir un mundo más pacífico y estable.»
Un plan para despejar obstáculos del camino
Guterres dijo que la iniciativa más importante para rescatar el plan general es la propuesta de un «estímulo de los ODS», cuyo objetivo es compensar las difíciles condiciones de mercado a las que se enfrentan los países en desarrollo.
Hace un llamamiento a la acción inmediata en tres ámbitos:
-Hacer frente al elevado coste de la deuda y a los crecientes riesgos de sobreendeudamiento;
-Aumentar masivamente la financiación asequible a largo plazo para el desarrollo, especialmente por parte de los bancos públicos y multilaterales;
-ampliar la financiación de contingencia a los países necesitados.
Guterres declaró en la sesión inaugural del lunes que se sentía «profundamente alentado» por la declaración política, «especialmente por su compromiso de mejorar el acceso de los países en desarrollo al combustible necesario para el progreso de los ODS: la financiación».
El jefe de la ONU dijo que también incluye un llamamiento a reformar el anticuado y disfuncional sistema financiero internacional y a cambiar el modelo de negocio para que los bancos multilaterales de desarrollo, como el Banco Mundial, «puedan apalancar masivamente la financiación privada a tipos asequibles para beneficiar a los países en desarrollo».
Un informe de febrero de la ONU sobre el estímulo de los ODS afirmaba que la deuda está golpeando las economías de muchos países en desarrollo. Decía que en noviembre pasado, 37 de los 69 países más pobres del mundo estaban en alto riesgo o ya en dificultades de endeudamiento, mientras que uno de cada cuatro países de ingresos medios, que contienen la mayoría de los pobres extremos, estaban en «alto riesgo de crisis fiscal.»
Hay pequeños rayos de esperanza. Guterres se mostró esperanzado por el hecho de que en la reciente reunión del G20, las 20 principales economías del mundo acogieran favorablemente el estímulo de los ODS. Y se mostró esperanzado en que la declaración política que adoptarán los líderes el lunes conduzca a una acción importante.
La declaración afirma que los líderes impulsarán el plan de estímulo «para hacer frente al elevado coste de la deuda y a los crecientes riesgos de sobreendeudamiento, aumentar el apoyo a los países en desarrollo e incrementar masivamente la financiación asequible a largo plazo para el desarrollo y ampliar la financiación de contingencia a los países necesitados».
Sin embargo, sigue siendo una incógnita si estas promesas administrativas y el impulso de una gran semana en las Naciones Unidas se traducirán en avances reales.
Este artículo fue publicado por AP News. Traducido y editado por PIA Global.
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