El planteamiento de que el conflicto de Ucrania ha sido instigado por Estados Unidos para separar a Europa de Rusia y, por tanto, de Asia, gana cada día más adeptos.
Al provocar la agitación en Ucrania, un punto de convergencia entre Europa y Asia, Estados Unidos pretende obstaculizar a corto plazo la integración euroasiática y, a largo plazo, la extensión de China a Europa a través de Eurasia.
Europa, detrás de Estados Unidos
Las sanciones impuestas por los anglosajones a Rusia y el objetivo del gasoducto Nord Stream 2 son claros ejemplos de la estrategia perseguida.
Los gobiernos europeos, semejantes a vasallos medievales, desempeñaron un papel en la estrategia antiasiática de los anglosajones
Sin embargo, a medida que se prolonga la guerra, se acelera la devastación política y económica en Europa. La crisis económica derivada de la crisis energética golpea a todo el continente, desde Alemania hasta Portugal.
En consecuencia, los países europeos, incluida Inglaterra, artífice de la estrategia antiasiática, han sido y siguen siendo testigos de cambios de gobierno.
Paralelamente, los movimientos políticos que abogan por la independencia de Europa respecto a EEUU están ganando fuerza y aumentando su influencia en la opinión pública, aunque todavía no hayan asumido el poder.
La llamada de emergencia de Sarkozy
Una declaración digna de mención fue la del ex presidente francés Nicolas Sarkozy, voz destacada de la burguesía francesa, en una entrevista concedida a Le Figaro, en la que hizo un llamamiento a la «diplomacia y el diálogo» para resolver los problemas con la «vecina Rusia». Esto es importante en términos de representación de la nueva tendencia en Europa. También es el llamamiento de emergencia de la burguesía europea.
Leer las declaraciones de Sarkozy junto con los recientes acontecimientos en África iluminará aún más la situación general.
La creciente ola de independencia y revolución en Mali, Burkina Faso, Níger y Gabón preocupa mucho a Europa. La burguesía europea, debilitada en sus lazos con Rusia y Asia debido a la guerra de Ucrania, se enfrenta ahora a la amenaza de perder el acceso a materias primas vitales en África.
Es probable que en el próximo periodo se produzcan llamamientos como el de Sarkozy.
El camino por recorrer para Rusia y Europa
En Europa, no sólo la burguesía sino también el pueblo se enfrenta a las consecuencias de seguir las políticas de Estados Unidos.
La actual crisis económica señala un periodo de movimientos como los Chalecos Amarillos y levantamientos populares similares.
En este punto, los planteamientos de Rusia y China tendrán importancia para el futuro de Europa.
Las dos grandes potencias asiáticas deben decidir si se alinean con las tendencias independentistas de la burguesía europea, que habían dado origen al atlantismo, apoyando así la continuidad de Europa con figuras centristas como Sarkozy, o adoptan una postura favorable a los cambios radicales que podrían derivarse de los movimientos populares.
Las políticas actuales de Rusia y China indican que apoyarán la primera orientación, en la medida en que figuras como Sarkozy tienden a distanciarse de Estados Unidos.
El posible apoyo a la segunda depende de si los movimientos populares evolucionan hacia una organización política, configurándose como una alternativa concreta y organizada.
Tras haber cerrado la puerta a Asia con sus propias manos, Europa se encuentra ahora con que la puerta a África también se está cerrando.
En Europa se plantean dos opciones diferentes: o continuar como vasallos de EEUU en la Nueva Edad Media o integrarse con Asia a través de Eurasia.
*Onur Sinan Güzaltan, licenciado en Derecho por la Universidad Paris-Est Créteil Val de Marne /Paris XII y tiene un máster en Derecho Internacional y Europeo. Escribe sobre política internacional y geopolítica.
Artículo publicado originalmente en United World International (UWI).
Foto de portada: extraída de UWI.
