Las llamas no son lo único que avanza sin control en la región griega de Evros, fronteriza con Turquía. También ha rebrotado la persecución de migrantes y refugiados por parte de grupos locales organizados, algunos armados, de la ultraderecha para darles caza, culparlos de provocar los incendios y detenerlos. Todo con la connivencia de las autoridades, según recogen varios medios griegos y denuncian diversas organizaciones.
El martes aparecieron calcinados los cadáveres de 18 personas – podrían ser hasta 27, según el Gobierno– en la zona. Con mucha probabilidad eran migrantes que accedieron irregularmente a Grecia a través del río Evros, que marca la frontera con Turquía y punto habitual de cruce y de devoluciones ilegales por parte de las autoridades helenas, según se ha documentado en numerosas ocasiones. La tragedia es una muestra de la vulnerabilidad de los migrantes en esta zona, pero el fuego no es el único de sus peligros.
El mismo día, las redes sociales se han llenado de mensajes que acusan a los migrantes de provocar los incendios que arrasan la región y también de llamamientos a perseguirlos y capturarlos. Unos pogromos que han despertado la preocupación de la Fiscalía de la Corte Suprema de Grecia.
Detenido con 13 migrantes en el remolque
En ese contexto, las autoridades han detenido a un hombre tras publicar un vídeo en redes sociales en los que se jactaba de haber «cazado» al menos «25 piezas», en referencia a migrantes y refugiados que llevaba encerrados en un remolque enganchado a su vehículo todoterreno.
El vídeo, difundido también por diversos medios locales, muestra a varios de estos migrantes, todos varones, con cara de preocupación e incertidumbre. «Organícense, salgamos todos a cogerlos. Nos quemarán… Los montes están llenos de estos», dice el hombre.
En un comunicado, la Policía asegura que han sido detenidas otras dos personas en relación a este vídeo, y que los migrantes encerrados en el remolque eran 13, procedentes de Siria y Pakistán.
«Delirio racista de violencia»
Estas imágenes han llevado a la fiscal del Tribunal Supremo de Grecia Georgia Adeilini a solicitar una investigación por posibles delitos de odio y racismo. «Se le puede escuchar, en un delirio racista de violencia, acusar a los inmigrantes de ‘quemarnos’ e incitar a otros a un pogromo racista, llamándolos a organizarse e imitarlo», ha aseguro la fiscal.
Pero este no es el único vídeo preocupante. En redes como Facebook ha circulado otro que se ubica en la misma región fronteriza. En él puede verse a un hombre con uniforme de camuflaje dando un discurso a decenas de vecinos, la mayoría varones jóvenes, desde su camioneta. Sus instrucciones son claras: «Quienes puedan, que empiecen a hacer patrullas», dice señalando una zona de una localidad específica: Petrotas.
«Pero os lo ruego, ni armas ni cuchillos o tendréis problemas. No nos dejan hacer nada más, es ilegal y serás arrestado. Nos están quemando, tenemos una guerra híbrida, pero no nos dejan, no podemos hacer nada más», explica este hombre al grupo organizado. Un vídeo que mostraría la complicidad con las fuerzas de seguridad, que «no les dejan hacer más» que perseguir a los migrantes.
Estas escenas son posteriores a los numerosos mensajes y llamamientos a la organización de milicias locales que ha realizado en los últimos días el diputado Paris Papadakis, del partido ultraderechista Solución Griega. En sus redes sociales ha llamado en varias ocasiones a estar «alerta», ha señalado a los migrantes como los incendiarios y habla de un clima de «guerra» en las regiones afectadas por los incendios, donde los refugiados, dice, están «obstruyendo las labores de los bomberos».
Representantes de Syriza, el principal partido de la oposición, han pedido que Papadakis sea investigado por el Comité de Ética del Parlamento griego por estos mensajes y por su consecuencias.
La situación de los migrantes y refugiados en Evros hace ya tiempo que rebasó todos los límites legales y morales. Sometidos a estrecha vigilancia, a menudo son interceptados por las autoridades griegas y abandonados en pequeñas islas de tierra en el río que marca la frontera, muchas veces sin comida ni agua.
Allí esperan ser rescatados por las autoridades turcas. Se trata de devoluciones ilegales, según los convenios de derechos humanos y la propia ley griega, pero se han convertido en la tónica habitual, según han documentado varias ONG en los últimos años. En estas detenciones, en las que han participado grupos parapoliciales locales en otras ocasiones, los migrantes sufren agresiones y el robo de sus pertenencias.
Artículo publicado originalmente en Público.es
Foto de portada: Varios habitantes de la región griega de Evros observan el avance de los incendios que asolan la zona, el 21 de agosto de 2023. —Alexandros Avramidis/REUTERS