En Níger, a partir del golpe de Estado, se están planteando una serie de escenarios que resultan sumamente llamativos y diversos a través de los cuales se pueden realizar, también, los más diversos análisis. Estos pueden tener diferentes aristas de abordaje.
En principio podemos mencionar el aspecto netamente político del origen de esta toma de poder y derrocamiento del gobierno “democrático” nigerino y desde allí se abren una serie de paréntesis en las que podemos desandar los diferentes caminos posibles para no caer en la trampa que nos ponen los medios hegemónicos y su caracterización (occidentalista) de los conceptos de “democracia”, “golpe de Estado” y “elecciones libres” por ejemplo.
Por otro lado podemos realizar un análisis netamente económico y estratégico que tiene que ver con los recursos naturales que posee Níger y que necesitan las potencias expoliadoras de la riqueza africana. Hoy es Níger y el uranio, necesario para sostener el andamiaje energético francés por un lado y por consiguiente de la Unión Europea. En otro momento será (es) la República Democrática del Congo y sus minas de cobalto, oro, cobre y coltan, tan necesarios para que la rueda tecnológica siga girando. La región de los Grandes Lagos en el corazón de África es estratégicamente necesaria para las potencias extranjeras y su intervencionismo. El petróleo y el gas de Libia ya son una lucha (casi) ganada por occidente desde el asesinato de Muammar Gaddafi hace más de una década, donde la “democracia” occidental nunca pudo hacer pie, todo lo contrario ha convertido a una nación rica en una de las economías más empobrecidas del norte africano.
Otro aspecto que tiene que ver (también) con lo económico está relacionado con el Franco CFA de África Occidental, que es la moneda de ocho estados independientes de África Occidental: Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea-Bisáu, Mali, Níger, Senegal y Togo. El franco CFA se introdujo por primera vez en 1945 en las colonias francesas de África, sustituyendo al franco del África occidental francesa. La moneda colonial siguió utilizándose tras la independencia de estos territorios, como una manera de seguir teniendo un control en las economías de las antiguas colonias francesas. Cuando Sekou Toure de Guinea Conakry decidió abandonar el imperio colonial francés, en 1958, y optó por la independencia del país con el apoyo masivo de la población, la elite colonial francesa en París se indignó, le pareció insolente que los guineanos exigieran su independencia y ansiasen su soberanía. En un acto de furia histórica las élites francesas de París pidieron a su administración presente en Guinea que destruyesen por todo el país lo que representaba, a sus ojos, las ventajas de la colonización francesa. En ese momento tres mil franceses huyeron del país, no sin antes llevarse consigo todos sus bienes, la mayoría, previamente arrebatados a los guineanos con la colonización. Al marcharse, destruyeron todo lo que no podía ser transportado a Francia.
En aquel 1958 aún no se pensaba en que el resto de las colonias francesas siguiera el ejemplo de la pequeña Guinea Conakry. Pero con el devenir de los años se fue transformando en un efecto de dominó independentista en las colonias francesas. Por supuesto que para la otrora potencia colonial era un golpe directo a las arcas económicas y a las empresas dedicadas al expolio de los recursos naturales africanos. Francia no podía permitir semejante atropello a su estándar económico sin consecuencias para los “atrevidos africanos” independentistas. Muchos países africanos continúan pagando un impuesto colonial en Francia, a pesar de la independencia. Sí en pleno siglo XXI esto sigue ocurriendo.
La historia dirá que, Sylvanus Olympio, el primer presidente de la República de Togo, ideó una solución que podría apaciguar a los franceses y su furia tras el proceso independentista. Olympio se negó a firmar el pacto de colonización propuesto por De Gaule, pero aceptó a cambio, pagar una deuda anual a Francia por los llamados “beneficios” obtenidos por su país durante la colonización francesa. Esa fue la condición para que Francia no destruyera el país antes de irse. Sin embargo, la cantidad estimada por Francia fue tan grande que el pago de la llamada «deuda colonial» se acercó al 40% del presupuesto del país en 1963. Resultado: el 13 de enero 1963, tres días después que se comenzaran a imprimir los billetes oficiales de Togo, que de esta manera abandonaba el Franco CFA dando otro paso en su independencia, un escuadrón de soldados (con el apoyo de Francia) capturó y asesinó al primer presidente electo de África independiente. El sueño de Olympio era construir un país independiente y autónomo. Pero la idea no correspondía a los deseos e intereses franceses. Es por ello que aún hoy es utilizado el Franco CFA como moneda de curso legal, incluso para pagar el impuesto colonial a Francia.
Geopolítica a varias puntas
Otro de los puntos del abordaje analítico surge en ver cómo se reconfigura la situación geopolítica en el Sahel africano a partir de Níger. Aquí, el análisis empieza a jugar un papel de importancia a partir de los diferentes actores que surgen en el conflicto. Cada uno con sus intereses puestos en este país en particular y en la región en general. También, por supuesto, a partir de la construcción que se hace de cada uno de estos actores.
En este sentido, podemos ver como desde occidente se pone énfasis en señalar a este levantamiento militar como un acto anti democrático, a pesar de contar con el apoyo de una porción muy importante de la población nigerina, cansada del yugo colonial y de dominación que le propone esa democracia. La junta militar al frente del gobierno ha sabido recoger el apoyo popular como base fundamental para sostener el embate occidental, que con viejas recetas de amenazas de intervención militar, sanciones económicas y la quita de la “ayuda humanitaria” de las ONG.
CEDEAO, Francia, la Unión Europea (UE) Y otros gobiernos occidentales pueden estar pensando que están dominando la soberanía de otras naciones que rechazaron las sanciones contra Níger. Entre los países “sancionadores” también está, obviamente, Estados Unidos.
La creación de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) en 1975 a través del Tratado de Lagos fue impulsada por Europa y EE. UU., para mantener un control más estrecho sobre los 15 países miembros (ricos en recursos naturales). La razón oficial fue el libre comercio y la integración económica. Los miembros de CEDEAO incluyen Benin, Burkina Faso, Cabo Verde, Côte d’Ivoire, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea Bissau, Liberia, Malí, Níger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo. La CEDEAO sigue estando fuertemente influenciada por Occidente, en particular por Francia y la UE, es por ello que mantiene su amenaza de intervención militar en Níger si la junta militar del general Abdourahamane Tchiani no reincorpora al presidente electo “legítima y democráticamente”, Mohamed Bazoum. Claro este que cuando Occidente habla de líderes de África Occidental elegidos “democráticamente”, miente, de la misma manera que miente cuando habla de elecciones libres y democráticas en Europa o incluso en Estados Unidos. Todos estos jefes de estado, los de las ex colonias francesas, fueron preparados por Occidente, especialmente por Francia, y muy probablemente por el Foro Económico Mundial. Muchos de ellos emanan de la academia WEF para Jóvenes Líderes Globales, por lo que están en línea con el pensamiento occidental y, más notablemente, con las agendas occidentales.
Así como la CEDEAO ya parece haber tomado partido y mantiene una postura amenazante hacia la junta nigerina, dos vecinos muy cercanos a Níger, territorialmente e ideológicamente a partir del golpe, ya expresaron su apoyo al gobierno de transición. De hecho las administraciones de Burkina Faso y Malí lanzaron un comunicado conjunto en el que expresan su rechazo a una posible intervención militar en Níger para restaurar el gobierno del derrocado Mohamed Bazoum. Los líderes de Guinea también advirtieron que cualquier injerencia extranjera en la situación llevaría a un quiebre en la Comunidad Económica de Estados de África Occidental. Una apuesta fuerte que deriva en la intervención de otro actor preponderante, ya analizaremos a Rusia y al Grupo Wagner y su influencia en esta región.
Por otro lado, el Gobierno de Guinea reconoció a las «nuevas autoridades» de Níger y mencionó que la nueva organización política de este país haría «todo lo posible para garantizar la estabilidad y la concordia» dentro de su territorio y en toda la región, además de mostrar su rechazó a las sanciones impuestas por Occidente a Níger. «Las medidas de sanción preconizadas por la CEDEAO, incluida la intervención militar, son una opción que no sería una solución al problema actual, sino que provocarían un desastre humano cuyas consecuencias podrían traspasar las fronteras de Níger», advirtió el Comité Nacional de la Agrupación para el desarrollo, nombre con el que se autodenominó la junta militar que tomó el poder estatal de Guinea en septiembre de 2021.
Rusia, Wagner y la influencia en el Sahel
Tras el golpe militar al Gobierno de Níger, sonaron vítores a Rusia y a Vladímir Putin durante varias manifestaciones en las calles de Niamey. Las banderas de la Federación Rusa flamearon en manos de nigerinos cansados de la opresión occidental y ven en Rusia una salida posible a esta problemática. Para muchos analistas que solo ven parcializada la realidad, esta situación puede ser solo un “cambio de collar y cadena”, pero lo cierto es que hoy Rusia representa, quizás una salida a la recolonización africana que sigue proponiendo Occidente. La percepción de la población en Níger es que Occidente explota de manera sistemática sus cuantiosos recursos naturales, mientras se mantiene como uno de los países más pobres del mundo. Una percepción basada en datos oficiales: Níger fue el séptimo país del mundo con mayor producción minera de uranio en 2022, según la Asociación Nuclear Mundial y es el tercer país menos desarrollado del mundo, de acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2021, superando tan solo a Chad y Sudán del Sur. Es entonces donde Rusia ofrece una salida viable a algunos de los problemas de la región, además su participación es por fuera de cualquier tipo de intervención en las cuestiones domésticas que hacen a la política de los países en cuestión.
El Sahel, la zona del norte del continente africano a la que pertenece Níger, permanece empobrecida aun siendo rica en recursos naturales como petróleo, gas y materias primas que son explotados por las economías de Occidente de manera sistemática y a través de gobiernos afines a sus intereses. La inseguridad y el terrorismo que se ha instalado en la región es la causa y efecto del ingreso de Rusia, través del Grupo Wagner a la región. El apoyo militar, que va desde armas a capacitación de los ejércitos locales, del grupo liderado por Yevgueni Prigozhin ha dado a los líderes africanos que rompieron con la dominación francesa, a partir de gobiernos afines a los intereses de los colonos, una seguridad y garantía de que otro modelo es posible. El Grupo Wagner, próximo al Kremlin, ha ido remplazando a las tropas francesas en la lucha contra el terrorismo yihadista en el Sahel y esto fue sumamente determinante para estas juntas que no solo luchan contra un Occidente incapaz de resolver los temas de inseguridad, sino que por el contrario muchas veces son los responsables directos de su instauración, a partir del apoyo brindado.
Rusia, entonces, ante estos hechos se transforma en un jugador preponderante con el que los militares que lideran estos procesos independentistas pueden contar. La última reunión de Vladimir Putin con los líderes africanos estuvo marcada por el apoyo del Kremlin a muchos países del continente, incluso con la promesa del envío de granos de forma gratuita para aquellos que dependen del cereal ucraniano. Pero no solo de eso se habló en la Cumbre, la política no quedó por fuera de la reunión y los ecos de algunos discursos aún suenan en San Petersburgo, como por ejemplo el del Capitán Ibrahim Traoré al frente de la junta que lleva adelante el gobierno de Burkina Faso. En la reciente Cumbre Rusia-África, Traoré pronunció delante del presidente ruso Putin y altos mandatarios del continente, un discurso claro y contundente, convocando al resurgimiento de África y a romper con las cadenas que imponen los esclavizadores. Además dejó claro su alianza con Rusia en las actuales circunstancias.
La aparición del “cisne negro” en Níger
La teoría del cisne negro o teoría de los sucesos del cisne negro aluden metafóricamente a un suceso sorpresivo (para el observador), de gran impacto y que, una vez pasado el hecho, se racionaliza por retrospección, haciendo que parezca predecible o explicable, y dando impresión de que se esperaba que ocurriera. Esta teoría fue desarrollada por el filósofo e investigador libanés Nassim Taleb. El lector aquí se preguntará qué relación tiene esto con lo que está ocurriendo en Níger y quien será o qué será ese “cisne negro”.
Bien, intentaré llevarlos a modo de guía por algunos hechos que se fueron sucediendo en los últimos días y que dan la pauta de la aparición de este cisne negro en el Sahel africano.
En principio podemos observar como este golpe de Estado cobró una relevancia mayúscula, vemos a medios de comunicación, analistas, personajes y personalidades del ámbito político opinar sobre Níger y su situación. Muchos tuvieron que recurrir a un mapa para saber dónde estaba ubicado geográficamente, otros creyeron que Níger era parte de Nigeria o locuras parecidas.
El golpe en Níger habilitó discursos sobre democracia, golpes de Estado, liderazgos políticos, riqueza y pobreza. Los otros golpes en la región (Malí y Burkina Faso) no tuvieron mucho de distinto, pero no trascendieron algunos límites. Hoy conocemos que Níger fue en 2021 el principal aporte para el uranio de la Unión Europea, para Francia es uno de sus principales “vendedores” de este mineral fundamental en una matriz energética atómica como la francesa. El 30 % del uranio que utilizan las centrales galas es nigerino. Todo esto lo fuimos sabiendo a partir del golpe.
También se discute colonización, descolonización, expolio, negocios, seguridad, inseguridad. De esto ya fuimos hablando a lo largo de esta nota.
De algo se está hablando muy poco o casi nada.
¿Qué intereses tiene EE.UU en la región para que Victoria Nuland, la Subsecretaria para Asuntos Políticos, del gobierno de Biden viaje a Niamey?
Para ir desarrollando argumentativamente este análisis debemos saber de quién estamos hablando y cuales fueron algunos de sus actos. A saber: Nuland ha participado últimamente en todas las administraciones, republicanas y demócratas, exceptuando la del presidente Donald Trump. Fue embajadora de EE. UU ante la OTAN entre el2005 y el 2008 tiempo en el cual se dedicó a organizar el apoyo internacional a la ocupación estadounidense en Afganistán. Fue portavoz del Departamento de Estado de EE.UU (2011–13), subsecretaria de Estado de EE.UU para Asuntos Europeos y Eurasiáticos (2013–17); en 2001, ya era quien empujaba los países miembros de la OTAN a implicarse en la invasión contra Afganistán; entre el 2003 y 2005 Nuland fue una de las principales asesoras del vicepresidente Dick Cheney y ferviente promotora de la invasión y ocupación de Irak. En 2007 bajo la atenta mirada de Victoria Nuland, Dimitró Yárosh, agente de una de las Redes Stay Behind (redes secretas de la OTAN a lo largo de Europa) reunía neonazis de toda Europa e islamistas del Medio Oriente para luchar juntos en una yihad contra Rusia en Chechenia. En el 2013 Barack Obama la nombró Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, cargo desde el cual promovió activamente las protestas de grupos nacionalistas y neonazis en contra del gobierno legítimo de Víktor Yanukóvich en Ucrania. Nuland participó en la planificación de la trama y orquestó la “revolución” de la plaza Maidan para sustituir a Yanukóvich por una camarilla plagada de neonazis cuyo desenlace fue a la ascensión de Zelenski.
Entonces la aparición “sorpresiva” en escena de Nuland arroja un sinfín de preguntas y aristas a analizar. Iremos viendo cómo se desarrollan los acontecimientos a partir de estas reuniones en la capital nigerina.
Para tener un punto de partida vamos a tomar las palabras de la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, quién criticó a Nuland, por reunirse con los líderes de la junta militar de Níger, comparado su visita con la que realizó a Ucrania durante las revueltas del Euromaidán de 2014. «Victoria Nuland pensó que con Níger se puede hacer lo mismo que con Ucrania: ¿poner bollos en una bolsa de plástico y hacer el tonto?», señaló en su perfil oficial de Telegram, agregando que ya no existe «un régimen bananero como el de Kiev».
Victoria Nuland, se reunió en Niamey con el Jefe de Estado Mayor, el general Moussa Salaou Barmou, en un «franco» y «difícil» dialogo según se pudo desprender por declaraciones a la prensa luego de la reunión. Nuland no fue recibida por líder de la junta militar, el general Abdourah Tchiani, y tampoco se le permitió ver al derrocado presidente Mohamed Bazoum. Pero si les ordenó, a los “golpistas”, restablecer el orden anterior y no tocar al contingente estadounidense estacionado en Níger (tres bases, unos mil hombres). Además la amenaza fue un paso más lejos aún, al expresar que en caso de intervención de Wagner, habría un fuerte apoyo estadounidense para un posible ataque a Niamey y quizás una intervención directa. Lo cierto es que hasta ahora la compañía mercenaria rusa no ha jugado un papel en la revuelta de Níger, al contrario de lo que muchos medios occidentales han afirmado y aún mantienen como una verdad.
Estados Unidos tiene una de sus mayores y más importantes bases de aviones no tripulados en Níger: la Base Aérea 201, cuya construcción costó 110 millones de dólares y cuyo mantenimiento cuesta entre 20 y 30 millones más al año, en uno de los países más pobres de la Tierra. Níger es, por su situación geográfica, importante para la estrategia del Pentágono en África. Washington utiliza sus bases de aviones no tripulados en Níger, para tratar de ejercer su dominio militar en África septentrional y occidental, en coordinación con las fuerzas que el AFRICOM, tiene desplegadas por todo el continente. Si Washington pierde a su aliado en Níger, el nuevo gobierno militar nacionalista podría intentar cerrar las bases militares extranjeras y echar a los cerca de 1.000 soldados estadounidenses que hay en el país. Esto no es algo desconocido para Nuland, de ahí la importancia y la urgencia para reunirse personalmente en Niamey.
Con un mantenimiento anual de entre 20 y 30 millones de dólares, la Base Aérea 201 es un centro de vigilancia en el Sahel que alberga personal de la Fuerza Espacial dedicado a las comunicaciones por satélite de alta tecnología, instalaciones del Destacamento Aéreo de Operaciones Especiales Conjuntas y una flota de aviones no tripulados, incluidos los MQ–9 Reapers armados, que rastrean la región día y noche en busca de actividad terrorista.
Llama la atención el simbolismo neocolonial de que Estados Unidos mantenga estas instalaciones militares de alta tecnología valoradas en cientos de millones de dólares en Níger, uno de los países más pobres de la Tierra, donde la mayoría de la población ni siquiera tiene acceso a la electricidad. Antes del golpe, Washington veía al gobierno nigerino como un aliado clave en su intento de aislar a China y Rusia.
El interés de Washington parece no tener límites, tampoco sería descabellado pensar en una alianza con el nuevo gobierno nigerino, que deje afuera a un competidor directo para la faena, como hoy parece ser Francia. Con Victoria Nuland en el escenario, todo puede ser posible.
Un cisne negro sobrevuela Níger, lo hace montado en las alas de un águila rapaz y hambrienta de poder, con heridas a la vista de batallas perdidas.
*Beto Cremonte es docente, profesor de Comunicación Social y Periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación Social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política, FPyCS UNLP.
Foto de portada: bandera de EE.UU y cisne negro. RT / Reuters