Luego de que el presidente Guillermo Lasso en el mes de mayo convocara al procedimiento constitucional denominado como “muerte cruzada”, por el cual se disuelven tanto el Parlamento como el ejecutivo y se llama a elecciones anticipadas presidenciales y legislativas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) desarrolló el sábado 29 de julio, un primer simulacro del proceso de votaciones del próximo 20 de agosto, a fin de optimizar los procedimientos correspondientes.
Este evento se desarrolló de forma simultánea en las delegaciones electorales de las 24 provincias del país, ajustando los mecanismos de los procesos técnicos y operativos, el funcionamiento de las Juntas Receptoras del Voto (mesas de votación) en las fases de instalación, sufragio, escrutinio y embalaje.
También se monitoreó el plan de seguridad, a cargo de las fuerzas policiales y militares encargadas de prevenir y controlar eventuales hechos irregulares o violentos en la jornada de votación.
Con el evento electoral también se realizarán, una consulta popular sobre la prohibición a la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní, en el corazón de la Amazonía ecuatoriana y una consulta que busca prohibir la minería en la zona del Chocó Andino, una reserva natural en el noroeste de la capital ecuatoriana.
Tras dos períodos de gobiernos neoliberales, Moreno-Lasso, y luego de una furiosa arremetida político-mediático-judicial, el “correísmo” vuelve a retomar la senda del triunfo en las elecciones de febrero de este año, que apuntalaron con su resultado, esta nueva oportunidad electoral
El panorama actual del Ecuador esta atravesado por el incremento de la violencia criminal, los enfrentamientos en las cárceles la última semana dejaron un saldo de 31 muertos, la retención de 100 funcionarios penitenciarios, el asesinato de un alcalde y ataques con explosivos en distintos lugares que generaron la movilización de las fuerzas militares y dos estados de excepción para recuperar el control en las cárceles.
En medio de esta realidad, que no surgió espontáneamente, se difundieron distintos videos en los cuales tres de las bandas del crimen organizado, aseguraban haber llegado a un acuerdo entre todos los grupos delictivos “conjuntamente con la policía” para que haya paz en Ecuador.
En ellos plantean poner fin a las extorsiones y muertes violentas que han generado una ola de temor, sembrando un estado de zozobra en la población.
En principio, la ausencia del Estado, dentro y fuera de las cárceles y los altos niveles de corrupción entre los funcionarios pueden dar pie a semejante situación. Una fuerza combinada de militares y policías al tomar el control de una de las cárceles, en uno de los pabellones donde se encuentran reclusos de las bandas organizadas, decomisó nueve fusiles, un lanzagranadas, cuatro pistolas, dos revólveres y 1.000 municiones para fusil calibre 5.56 mm.
En Ecuador existen 53 cárceles con capacidad para albergar a 27.775 presos en total. Según el último censo, la sobrepoblación carcelaria es de 3.604 reclusos, de los cuales un 16% no ha sido sentenciado en los tribunales, mostrando claramente el nivel de deterioro político institucional, judicial y social al que ha llevado al país la clase dirigente gobernante.
Lasso, adjudica la violencia que azota al país a la disputa entre las distintas bandas criminales por el poder y control de las rutas locales e internacionales para el tráfico de drogas y microtráfico, tratando de justificar el fracaso de los sistemas de gobierno que, tanto él, como Lenin Moreno, llevaron adelante con una política de espaldas al pueblo.
No se hace cargo de haber agrandado la desigualdad económica y social con recortes al Estado que incrementaron la miseria en los sectores más vulnerables de la sociedad, dando lugar para que las mafias ocuparan los espacios en los que el Estado estaba ausente, en seguridad, salud y educación.
Como se demuestra en El Salvador de Bukele, ni la negociación, ni las cárceles, ni la represión son el camino para que deje de existir la presencia e influencia de las organizaciones mafiosas en la vida de los pueblos.
Este mes de agosto el pueblo ecuatoriano tendrá la oportunidad de transitar por un camino distinto, que construya las herramientas con las cuales desplazar la amenaza mafiosa y la corrupción del gobierno que permite que exista esa relación de chantaje que tiene a todo un pueblo de rehén.
Este mes de agosto será crucial para el destino del país y todo apunta a que nuevamente Ecuador volverá a construir un Estado inclusivo, que termine con las injusticias de todo tipo, no sólo para el bien de su pueblo, será también para el bien de nuestramérica.
Oscar Rotundo* Analista político. Editor de PIA Global
Foto de portada: Dos miembros de una mesa electoral de Quito cuentan votos.RODRIGO BUENDIA/AFP