África Análisis del equipo de PIA Global Golpe de Estado

Níger: golpe de Estado en el último aliado de Occidente en África occidental y Sahel

Escrito Por Beto Cremonte

Por Beto Cremonte*-
Un nuevo “golpe de Estado” en el Sahel. Niger es el tercer país de la región que, en menos de un año, derroca a un gobierno con más intereses fuera que dentro de África.

Un grupo de soldados organizados bajo el nombre de Consejo Nacional por la Salvaguarda de la Patria (CNSP) anunció en la noche de ayer, en una aparición en la televisión pública del Níger que se ha derrocado al presidente, Mohamed Bazoum, después de haberlo  retenido durante todo el día en el palacio presidencial de la capital, Niamey.

A medianoche, el coronel Amadou Abdramane apareció en la pantalla de la TV pública de Niger acompañado de hombres vestidos con ropa militar para leer un comunicado donde aseguraban “poner fin al régimen que ya conocen” (en referencia al presidente Mohamed Bazoum), y anunciando el cierre de fronteras tanto terrestres como aéreas y la instauración de un toque de queda desde las 22 a las 5 horas. Abdramane también precisó que «todas las instituciones de la séptima República han quedado suspendidas», y advirtió a los socios internacionales evalúen la idea de «no intervenir». Los sublevados prometieron garantizar la «integridad física y moral del presidente derrocado».

Todo el ejército apoya a los golpistas, mientras que Estados Unidos y Francia avalan al presidente.

La voz de Bazoum se oyó por primera vez esta mañana a través de su cuenta de Twitter para decir que «todos los nigerinos que aman la democracia y la libertad mantendrán las conquistas obtenidas».

El ministro de asuntos exteriores nigerino, Hassoumi Massoudou, dijo en declaraciones al medio francés France24 que “ha habido una tentativa de golpe de estado, pero no es la totalidad del ejército quien lo ha dirigido ni está de acuerdo”. Un hecho que podría hacer dudar sobre el éxito total y completo del golpe y la posibilidad de que la población apoye a los golpistas. En un comunicado publicado 24 horas después del levantamiento militar, el estado mayor del ejército asegura que ha decidido «acatar la declaración de las Fuerzas de Defensa y Seguridad» para evitar un «baño de sangre».

Uno de los hombres sospechosos de haber liderado el motín es Abdourahmane Tchiani, jefe de la guardia presidencial desde 2011. Según se puede saber rastreando los antecedentes, Tchiani cuenta con «700 hombres equipados y entrenados y una veintena de coches blindados» como una fuerza para poder resistir los embates de una posible defensa del presidente. Si bien existen discrepancias internas después de que Bazoum intentara realizar cambios dentro del ejército nigerino, el hecho del golpe confirma el descontento existente dentro de las furzas. De hecho, éste es el segundo golpe de estado que afronta el presidente tras ganar las elecciones presidenciales en febrero del 2021.

https://twitter.com/africanews/status/1684445810526679040?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1684445810526679040%7Ctwgr%5E68f5891df7bf1751615f10124986947814087a2e%7Ctwcon%5Es1_c10&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.africanews.com%2F2023%2F07%2F27%2Fniger-coup-world-leaders-react-to-presidents-detention%2F

Niger, entre el colonialismo francés y la influencia de Rusia

Níger es un aliado fundamental para las potencias occidentales que quieren “ayudar” a combatir la insurgencia yihadista en la región. Aun así, el país se enfrenta a una creciente acritud de las nuevas juntas en el poder en Malí y Burkina Faso. Además, es un socio clave de la Unión Europea en la lucha contra la inmigración irregular procedente del África subsahariana.

Ahora bien, la imagen de un grupo de militares anunciado un golpe de estado en la televisión pública no es una novedad en África occidental sino que es todo un síntoma de la situación de inestabilidad que vive la región del Sahel, auge del sentimiento “antifrancés” y la influencia rusa, que muchos lo asocian enseguida del grupo de mercenarios Wagner, dejando de lado quizás el comienzo de una nueva época donde los Estados africanos, sobre todo en esta región, se ven afectados por las herramientas que ofrece Occidente con sus viejas recetas de intervencionismo, injerencia, violencia y terrorismo desde facciones yihadistas que tienen directa relación con la Casa Blanca o con la Unión Europea. La financiarización, caotización y el intervencionismo son moneda corriente en los países africanos donde los intereses creados por Occidente se ponen en juego.

Níger se erigía hasta ahora, a la espera de ver cómo se desarrolla este golpe de estado, como el último aliado de Occidente en el Sahel después de que las fuerzas especiales francesas, de la Operación Barkhane, fueran expulsadas por las juntas militares de Assimi Goïta en Mali e Ibrahim Traoré en Burkina Faso, dos “golpes de Estado” con características similares, generales jóvenes con un claro sentimiento nacionalista y anti francés, con los preceptos de Thomas Sankara dentro de sus objetivos. Los dos jefes de estado llegaron al poder con una clara orientación hacia Rusia. De hecho son parte de los jefes de Estado que están asistiendo a San Petersburgo para participar en la segunda cumbre ruso-africana.

Un aspecto relevante en esta situación que planteamos como un análisis del porqué de este “golpe” es la visita  del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, quien había viajado hace pocos días a Niamey, donde para reunirse con Bazoum, al que calificó de «socio sólido y fiable» de la Unión Europea. Desde 2015, la UE ha donado millones de euros al gobierno nigerino para que controle con mayor presencia policial y militar las rutas migratorias hacia Europa. En el 2015, la ciudad de Agadez, la puerta de entrada al desierto del Sáhara, quedó cerrada y la gente se mueve ahora por rutas más largas y peligrosas.

Para Francia también es un duro golpe, ya que depende de Níger para la continuidad de su suministro energético, ya que éste es uno de los países con más reservas de uranio. La mina de Arlit, en la región de Agadez, en el norte de Níger, es una de las más grandes del mundo y según la World Nuclear Association (WNA) tiene una vida útil hasta el 2030. Está en disputa la nueva mina de Imouraron, con capacidad para producir 5.000 toneladas anuales durante 35 años. Francia necesita 8.000 anuales para alimentar a sus centrales nucleares.

La región del Sahel concentra el 42% de las muertes mundiales a causa del terrorismo yihadista según el Índice Global del Terrorismo. Malí, Burkina Faso y Níger son los países que más muertes contabilizan. Lo que no dice este índice es quien crea el terror y a quien le conviene que esto ocurra como herramienta de dominación.

Quizás, con el correr de las horas y con más información podemos ir ampliando este análisis, que en este momento solo nos conduce a pensar en un nuevo momento del sentimiento anticolonial que se está dando en la región saheliana, una nueva batalla en esta guerra proxi por la disputa de África y sus recursos naturales, sin importar, claro, lo que occidente siempre tituló como “daños colaterales” que una vez más son las vidas africanas las que se ponen en juego en esta disputa.

*Beto Cremonte es docente, profesor de Comunicación Social y Periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación Social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política, FPyCS UNLP.

Foto de portada: Discurso del coronel mayor Amadou Abdramane en la televisión nacional de Níger el 26 de julio de 2023. © France 24

Acerca del autor

Beto Cremonte

Docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la Unlp, Licenciado en Comunicación social, Unlp, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS Unlp