La lucha oscureció un nefasto aniversario
El 1 de mayo, se cumplieron dos años de la instalación de la actual Asamblea Legislativa de El Salvador. Aquel primer día de mayo de 2021 se abría uno de los periodos más nefastos, oscuros y deplorables de la reciente historia política y legislativa del país; desde los acuerdos paz de 1992, el pueblo salvadoreño no había vivido un periodo similar de abusos, autoritarismo, arbitrariedades, ignorancia legislativa y constitucional de sus bancadas mayoritarias, ni tamaño desinterés por las necesidades, aspiraciones y deseos de una sociedad a la cual se suponía que debería servir.
En mucho menos de dos años el oficialismo y sus aliados transformaron el parlamento en una verdadera cueva de ladrones y corruptos que, sin miramientos, pasan una y otra ley en beneficio de la nueva clase de ricos y sus socios, pisoteando el derecho constitucional, los reglamentos y normas legislativas y cualquier regla que garantice la transparencia ante la ciudadanía.
Tan deplorable aniversario, sin embargo, pasó desapercibido gracias a las buenas noticias que se generaron en la jornada de lucha del pueblo trabajador, que este 1 de mayo rebasó las calles y plazas del país, superó la infamia gubernamental de los retenes policiales y militares, que ya no asustan, atemorizan o desvían la decisión del pueblo de salir a las calles a expresarse contra un gobierno corrupto y represivo.
El régimen volvió a fracasar en su intento de engañar a la ciudadanía con una seudo marcha oficialista que, ni siquiera a fuerza del chantaje del pase de lista y la asistencia obligatoria para empleados públicos logró superar, ni tímidamente acercarse, a la multitudinaria expresión genuina de un pueblo que va despertando del opio de la manipulación mediática oficialista.
Definición de prioridades del grupo económico gobernante
A mediados de la semana recién pasada, algunos medios de comunicación daban cuenta de una nueva encuesta de la Universidad Francisco Gaviria, realizada a nivel nacional, donde se destaca el deterioro de las fuentes de alimentación de amplios sectores de la población salvadoreña. En concreto señala que seis de cada diez personas, es decir el 64.3 %, afirmaron haber reducido el consumo de algunos productos y servicios debido al aumento de precios. Y de este porcentaje, el 75.3 %, (siete de cada diez), dejó de comprar carne y otro 40.3 % dejó de comprar pollo.
En otros casos, la población ha eliminado uno de los tres tiempos de comida o considerado cambiar sus productos habituales por marcas más económicas para que su dinero alcance. Otros productos que las familias salvadoreñas están retirando de su mesa son los huevos, el queso, los frijoles, el maíz, arroz y azúcar, todos integrantes de la canasta básica alimentaria, que en marzo alcanzaba un precio de $249.08, según la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC).
Mientras esa brutal realidad golpea en el rostro de las grandes mayorías, el gobierno se muestra incapaz de eliminar el impuesto al valor agregado (IVA) a productos alimenticios de consumo esencial o a los medicamentos, o de ofrecer algún tipo de alivio a la producción agrícola familiar en estado crítico, como lo vienen exigiendo organizaciones sociales y el partido FMLN desde su bancada.
Lejos de contribuir a mejorar las condiciones de vida del pueblo, deciden una vez más favorecer a las grandes empresas; así, el presidente anuncia a bombo y platillo la sanción de una ley de exención de impuestos al sector tecnológico por 15 años.
La Ley de Fomento a la Innovación y Manufactura Tecnológica, que fue aprobada por diputados del partido oficialista y aliados, no distingue entre empresas por su volumen o tamaño, favoreciendo de ese modo el accionar en el mercado de las grandes empresas de tecnología, que podrán instalarse en El Salvador para hacer lo mismo que otras empresas han hecho por años, conformar maquilas que reproducen nichos de precariedad salarial e inseguridad jurídica para los trabajadores.
La nueva ley estipula la exención del Impuesto sobre la Renta y de «todo tipo de retenciones» de este impuesto. Además, señala la «exención total de impuestos municipales sobre el activo neto declarado por los beneficiarios» y del pago de la Ganancia de Capital. También incluye la exención de los derechos arancelarios a la importación de bienes, materia prima, maquinarias, equipos y herramientas para «el desarrollo de las actividades incentivadas». Una vez más el régimen deja claras sus prioridades.
Paralelamente, el endeudamiento público sigue creciendo, las puertas del crédito internacional se siguen cerrando para el gobierno, que recurre casi exclusivamente al endeudamiento interno, mientras se filtra uno y otro caso de corrupción que mantiene al centro de cada caso a funcionarios del más alto nivel y confianza presidencial, como el vice-ministro de Seguridad Pública, y director de Centros Penales, Osiris Luna, cuyo nombre aparece esta vez en relación a construcciones en terrenos privados en zonas turísticas, a cargo de reos que trasladan de las cárceles diariamente para realizar trabajo semi-esclavo, en predios que resultaron estar relacionados con la familia del funcionario.
Más allá del escándalo, no existen para estas situaciones consecuencias legales; en este caso, por ejemplo, una vez revelada la situación por los medios de prensa, se recurrió a la “ingeniosa” decisión de “donar” los inmuebles a un organismo estatal. Hasta allí llega la impunidad de los funcionarios más cercanos al presidente.
Un despertar que parece preocupar a algunos
A una semana de la exitosa marcha del primero de Mayo en San Salvador, y de la forma en que el pueblo se volcó a las calles con una enorme diversidad de reivindicaciones y reclamos expresadas en justas consignas y exigencias económicas, pero también políticas y sociales, es justo realizar algunas reflexiones.
En primer lugar, la masividad, diversidad, entusiasmo y combatividad de la concentración y la marcha fue innegable, y se expresaba muy claramente en las mantas y carteles exhibidos, pero en especial porque el grado de unidad en la acción demostrada merece ser destacado.
La masividad de la concentración en un mismo lugar, de muy diversos sectores, hablan de un acumulado importante a tener en cuenta, un acumulado que superó la tradicional fragmentación, las convocatorias que promovían la dispersión y que debilitaban las posibilidades de acciones conjuntas, coordinadas o unitarias. En este sentido, es de reconocer un salto de calidad que, sin duda, debe promoverse y alimentarse.
Por otro lado, el importante contingente efemelenista que, como en los mejores tiempos, acompañó con colorido, alegría, consignas claras y fuerza combativa la marcha de las y los trabajadores, fue un punto que de ninguna manera pudo, puede, ni debe dejar de considerarse y valorarse.
Esa masiva expresión de varios miles de militantes de todas las edades, pero con una importante composición juvenil, colorida y aguerrida, no solo fue considerable, sino que su presencia hizo tambalear toda la estructura narrativa oficial que, junto con cómplices de la derecha partidaria clásica, e incluso algunos nefastos personajes que se dicen de izquierda, pero que se plegaron de hecho al discurso de “la desaparición del FMLN” o de su “reducción a una mínima expresión insignificante”, pretendieron pregonar la idea de que el FMLN estaba en sus últimos días, y que además, debía inhibirse de tomar decisiones políticas autónomas (como la decisión de participar o no en elecciones) con la tesis de “que era el momento de la sociedad civil”.
Aquella narrativa no solo hizo agua, sino que obligó de inmediato a editores y otras plumas a persistir en el relato divisionista, derrotista. Su reacción debe ser, sin duda, motivo de alegría para la militancia y cuadros del FMLN: si estos sectores de derecha -pero no solo de derecha-, no hubiesen visto en el partido de izquierda un peligro renovado, no se hubieran tomado la molestia, por ejemplo, de redactar un editorial en Diario El Mundo, como el publicado el pasado 5 de mayo.
Bajo el titular, “Los partidos opositores tradicionales deben plantearse su vigencia”, el periódico, abiertamente vendido desde hace ya mucho tiempo al oficialismo, aprovecha una declaración de un parlamentario arenero, sugiriendo la desaparición de su partido para, de manera oportunista, meter en ese saco, sin venir a cuento, al FMLN que venía de demostrar su fortaleza y vitalidad en las calles, apenas cuatro días antes.
“ARENA y FMLN son el pasado. Sus líderes necesitan replantearse seriamente si les queda algo de futuro”, es el “consejo” envenenado que ese periódico se atreve a dar a la fuerza de izquierda que, pese a sus dificultades, sigue representando el anhelo y las esperanzas de importantes sectores del pueblo, y que, además, es la continuidad histórica de la lucha de generaciones de mujeres y hombres por su liberación.
Pero, si desde un medio siempre alineado a la derecha y hoy rabiosamente oficialista, un llamado al suicidio de la izquierda suena hasta razonable o esperable, no lo es tanto que con posterioridad al día de los trabajadores, medios reconocidos por sus análisis académicos y políticos, en cuyos argumentos suelen insistir que su punto de vista e interés es el de las mayorías populares, destacaran las participación ciudadana en la marcha y desdeñasen de manera abierta o encubierta la participación del FMLN en esa jornada. Insisten en la “inexistencia de oposición” y, casi con el mismo lenguaje posmoderno que utilizan desde la representación de Washington en El Salvador, persisten en construir alternativas políticas desde la sociedad civil.
Curioso lenguaje expresado en ambos casos, que nos recuerdan algún pasaje del Quijote, aquel de “ladran Sancho…”
Maniobras y declaraciones curiosas
Finalmente, la semana recién pasada fue escenario de otros varios eventos destacados de los cuales, por cuestiones de espacio, solo destacaremos uno. El 3 de mayo se celebra el día internacional de la libertad de prensa.
Mientras se conocía que el país caía al puesto 115 del ranking de libertad de prensa de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) de 2023, que refleja una caída de al menos tres puestos respecto al año anterior, y un retroceso de más de 70 escaños en la última década, en la Asamblea Legislativa, la bancada oficialista y sus cómplices dedicaron más de dos horas de una sesión plenaria a insultar a las y los trabajadores de prensa de medios ajenos a su control.
Así “celebraron” la reciente desaparición de un canal de TV independiente (Canal 33) crítico con el gobierno, la salida del país del periódico digital El Faro, o el exilio de un número considerable de periodistas, mientras alababan desde la presidencia legislativa la labor de “influencers” y “youtubers” afines al régimen, que desde hace pocas semanas tienen entrada libre al recinto parlamentario y son tratados como si fueran profesionales de medios, como si hubiesen alguna vez estudiado comunicaciones, o alguna carrera profesional relacionada con la materia. Mientras tanto, se conoce que de acuerdo al informe de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), durante 2022 se contabilizaron 136 casos de agresiones contra profesionales de la prensa.
Por su parte, el embajador de EEUU en El Salvador, William Duncan, en un claro ejercicio de relaciones públicas, visitó los diversos medios impresos de circulación nacional en el país, ofreció entrevistas y finalmente emitió un comunicado. Cuestionado por un grupo de periodistas sobre el estado de la libertad de prensa en El Salvador, señaló que veía algunos retrocesos, aunque afirmó que “todavía” los periodistas “tienen garantías de libertad de prensa”. “Creo que los medios aquí en El Salvador están libres todavía de criticar, de opinar y hay un amplio rango de opinión disponible cada día en los medios”, respondió, a pesar de que la APES revelara que en los cuatro meses de 2023 se registran 63 agresiones a 54 periodistas, en su inmensa mayoría producidas por funcionarios públicos.
No fue la única declaración “sorprendente” del representante estadounidense. Cuestionado acerca del desarrollo de las relaciones El Salvador- Rusia, expresó que no tenía intención alguna de juzgar u opinar sobre la misma. Más que respuestas diplomáticas, las palabras del embajador parecen indicar una búsqueda de mejoramiento en las relaciones con el régimen, luego que recientemente el Senador Marco Rubio, Republicano representante de los sectores más extremistas de EEUU, haya expresado en su visita a El Salvador y en su encuentro con el jefe de Estado su “reconocimiento como líder democrático” y como “amigo de los EEUU”.
Raúl Llarull* Periodista y comunicador. Militante internacionalista. Miembro del FMLN.
Foto de portada: Raúl Llarull