Liz Truss aprovechó su primer gran discurso desde que dejó el cargo para pedir a las democracias que se unan y contrarresten la influencia de China, mientras advierte de que «el mundo libre está en peligro».
En su intervención en una cumbre que se celebró el pasado viernes en Tokio, la ex primera ministra británica -que dejó el cargo tras sólo 49 días en el puesto- presentará seis propuestas, entre ellas la creación de «una OTAN económica» que defienda a los países miembros de la presión de los regímenes autocráticos.
El discurso del ex primer ministro será visto como un intento de presionar al gobierno del Reino Unido para que endurezca su postura respecto a China, mientras da los últimos toques a la actualización de su estrategia de defensa y seguridad, conocida como revisión integrada, prevista para principios del mes que viene.
La actualización de la revisión integrada fue ordenada por Truss durante su breve mandato en Downing Street, con la intención de clasificar a China como «amenaza».
Rishi Sunak, que la sustituyó en el puesto número 10, ha dado a entender que no utilizaría ese lenguaje, refiriéndose al país como «un desafío sistémico».
Esto lo sitúa en una línea de choque con los halcones de China en su propio partido conservador, y también se enfrenta a peticiones para aumentar el gasto en defensa cuando su gobierno presente su presupuesto el próximo mes.
En su intervención en el Simposio de la Alianza Interparlamentaria sobre China, Truss recomendará una auditoría del alcance de China en industrias críticas; vínculos económicos más profundos con Taiwán, incluyendo posibles acuerdos comerciales; una mejora del estatus diplomático de Taiwán; y una alianza de defensa del Pacífico más fuerte.
Truss también instará al grupo de las principales economías del G7 a acordar un paquete de sanciones que se impondrían a Pekín en caso de una nueva escalada militar en torno a Taiwán.
El discurso, del que su equipo ha hecho públicos algunos extractos con antelación, supone la primera intervención pública de Truss en el extranjero desde su turbulenta etapa en el puesto número 10. Entre los demás oradores figuran los ex primeros ministros Scott Morrison y Guy Verhofstadt.
Se espera que Truss destaque «la creencia compartida en la libertad, la autodeterminación y la democracia» y la necesidad de formular «una respuesta firme a las cuestiones estratégicas planteadas por la República Popular China».
Truss condenará explícitamente la llamada «era dorada» de las relaciones entre el Reino Unido y China bajo su antiguo jefe, David Cameron, afirmando que una visita de Estado del presidente chino Xi Jinping al Reino Unido durante esa época «envió el mensaje equivocado».
Por el contrario, dirá, «deberíamos hacer todo lo posible para reforzar nuestros lazos con Taiwán».
La intervención subraya la ambición de Truss de seguir pronunciándose sobre política exterior a pesar de haber abandonado el número 10 hace apenas cuatro meses, cuando sus colegas perdieron la fe en su gestión en medio de las turbulencias de los mercados.
Truss se relanzó a la escena política interna del Reino Unido la semana pasada, argumentando que había encontrado «resistencia del sistema» a sus planes como primera ministra, y no consiguió «el nivel de apoyo político necesario» para sacar adelante un controvertido programa de recortes fiscales.
*Esther Webber es corresponsal sénior en el Reino Unido de Político.
Artículo publicado originalmente en Político.
Foto de portada: La ex primera ministra del Reino Unido Liz Truss ofrece un discurso en una reunión de la Alianza Interparlamentaria sobre China en Tokio, Japón, el 17 de febrero de 2023. Eugene Hoshiko / AP.