Como es habitual en esta época del año, en diciembre, ha llegado a Italia el primer frío de verdad de la temporada. Esto no es noticia, porque es, de hecho, una costumbre. Lo que es diferente este año son las condiciones económicas y sociales: Vivimos en un país que aún no se ha recuperado de las consecuencias de Covid y que ha tenido que aplicar verdaderas políticas de guerra debido a una clase dirigente incapaz de oponerse a la agenda belicista impuesta por la tríada EEUU/OTAN/UE.
Una Navidad pobre y fría
Nada de regalos este año para uno de cada seis italianos debido al clima de austeridad determinado sobre todo por las dificultades económicas y las preocupaciones por el futuro. Este es el panorama que se desprende del análisis Coldiretti/Ixe que, sin embargo, muestra que un 23% menos de personas renuncian al tradicional regalo en comparación con el año pasado – y eso que ese año aún estaba marcado por los efectos de la pandemia.
Según Coldiretti, los italianos han gastado una media de 177 euros por cabeza, pero muchos se han visto obligados a utilizar el dinero que habrían gastado en regalos u otros bienes de consumo para hacer frente a gastos urgentes, como el pago de unas facturas de energía cada vez más desorbitadas.
La punta del iceberg de la situación de penuria en Italia es que en 2022 3 millones de personas se han visto obligadas a pedir ayuda para comer, según los datos de las ayudas alimentarias distribuidas con fondos Fead a través de la Agencia de Pagos Agrícolas (Agea).
Una emergencia social sin precedentes desde la última posguerra -subraya Coldiretti-, con un número de menores de 15 años que necesitan ayuda para comer superior a 600.000, prácticamente una quinta parte del total de asistidos, a los que hay que añadir 337.000 ancianos mayores de 65 años y 687.000 inmigrantes extranjeros.
Entre los nuevos pobres -continúa Coldiretti- hay también quienes han perdido su empleo, pequeños comerciantes o artesanos que han tenido que cerrar, personas empleadas en la economía sumergida que no gozan de subsidios particulares ni ayudas públicas y no tienen ahorros reservados, así como muchos trabajadores temporales o con actividades afectadas por las medidas contra la pandemia del Covid y el aumento de los costes energéticos con facturas caras.
El invierno más frío de la historia
Los italianos no pueden calentar sus casas por culpa de las caras facturas. El invierno de 2022-2023 será el más frío de la historia, por mucho que baje el mercurio. Ocho italianos de cada cien (8,1%) -casi uno de cada diez- no pueden calentar adecuadamente sus hogares. Y se prevé que su número aumente durante el invierno, dados los continuos aumentos del coste de las facturas y la continua reducción del poder adquisitivo. Coldiretti, que ha basado su análisis en el Informe de Istat sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que actualiza y analiza las medidas estadísticas destinadas al seguimiento de la Agenda 2030, ha sacado a la luz estas cifras.
Hay al menos 5,6 millones de personas en situación de pobreza absoluta. La población en riesgo de pobreza o exclusión social es de al menos el 25,4%.
En este contexto empeoran la situación las caras facturas, que obligan a la gente a vivir en hogares fríos y, por tanto, insalubres. Sólo en octubre, las tarifas eléctricas aumentaron un 59%, mientras que el gas experimentó un incremento del 63,7% respecto al año anterior. Estas subidas hacen insostenible el suministro energético para miles de familias. Esencialmente, esto significa que muchas familias no podrán pagar sus facturas de electricidad y gas. Familias que sufrirán interrupciones y desconexiones del suministro. Por lo tanto, uno de cada diez italianos se verá obligado a pasar frío porque no podrá pagar las facturas.
El gobierno de Meloni se somete a la OTAN y a la UE
Tras las elecciones, el gobierno presidido por el quisquilloso Mario Draghi fue sustituido por otro encabezado por la líder de Fratelli d’Italia, Giorgia Meloni. Sin embargo, poco o nada parece haber cambiado. El neoliberalismo y las políticas belicistas siguen imponiéndose en Italia y el gobierno las acepta acríticamente.
Giorgia Meloni podría volver su mirada hacia el Este, donde hay un jefe de Estado que se ha negado a aplicar sanciones y sigue adquiriendo de Rusia los recursos necesarios para su país. Se trata del húngaro Viktor Orban, un dirigente al que Meloni señaló en el pasado como referente y definió como un «patriota europeo». Pero una vez en el gobierno de Italia, Giorgia Meloni parece haber olvidado de repente sus batallas y sus antiguos puntos de referencia.
Corría el año 2014 cuando Giorgia Meloni intervino en la Cámara de Diputados arremetiendo contra el Gobierno y las políticas de los países occidentales: «Estamos desconcertados por la frivolidad con la que nuestro Gobierno parece abordar la cuestión de nuestras relaciones económicas y geopolíticas con Rusia y las repercusiones que las sanciones contra Moscú y las consiguientes contrasanciones rusas pueden tener para la economía italiana».
Se refería a la situación en Crimea. «Con la continuación de esta crisis habrá muchos otros sectores implicados (textil, confección, lujo, turismo) y muchas otras pérdidas. Y todo esto no es nada comparado con lo que ocurriría si Rusia decidiera cortarnos el suministro de gas. Nuestras facturas aumentarán a causa de las sanciones». Y de nuevo: «¿Arriesgamos todo esto para apoyar la política de la UE? Por supuesto que no estamos defendiendo nuestro interés nacional. No tiene sentido forzar la entrada de Ucrania y la OTAN porque necesitamos a la Federación Rusa».
La situación actual es exactamente la que Meloni fotografió en 2014. En cambio, los quisquillosos gobernantes europeos que evidentemente no actúan en interés de sus propios pueblos han renunciado al gas procedente de Rusia.
Por tanto, Giorgia Meloni debería tomar nota de que hoy como entonces «no defendemos nuestro interés nacional», porque «necesitamos a la Federación Rusa».
*Fabrizio Verde, periodista y analista geopolítico.
Artículo publicado originalmente en United World International (UWI).
Foto de portada: extraída de fuente original UWI.