El Secretario Ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), José Manuel Salazar, en una conferencia magistral, en el marco de Novena Sesión del Comité Regional de la ONU en Gestión Global de Información Geoespacial para las Américas, efectuada en Chile a comienzos de esta semana afirmaba que “La débil inversión, la baja productividad y la educación inadecuada han condenado a América Latina a un período de fracaso económico incluso peor que la “década perdida” de la década de 1980”. Según cifras recientes del organismo de la ONU, el crecimiento de América Latina y el Caribe en 2023 será de 1,4%. Con ese dato incluido, el promedio entre 2014 y 2023 será de solo 0,8%. La mayor pérdida de crecimiento desde los años 80.
En la conferencia magistral, que llevo por título «La Agenda de la CEPAL para la transformación del modelo de desarrollo y el papel de las políticas de desarrollo productivo y competitividad», el Secretario de la CEPAL, sostuvo que este organismo ha trabajado en una agenda para “la transformación del modelo de desarrollo en el largo plazo”, la cual incluye diez áreas prioritarias, “en donde uno de los mayores desafíos es incentivar la productividad, el desarrollo productivo, empleo y crecimiento inclusivo”. Los diez puntos de la agenda establecen líneas de trabajo en desigualdad, brechas de protección social, educación y formación profesional, igualdad de género y sociedad del cuidado, sostenibilidad y cambio climático, transformación digital, migración, integración económica regional, macroeconomía para el desarrollo, gobernanza y fortalecimiento de capacidades institucionales. ¿Pero, cuál modelo de desarrollo se pretende transformar? ¿Se redimensionarán las metas del milenio 2030 para el desarrollo sostenible establecidas por la ONU en 2015?
La presentación de la Agenda de la CEPAL para la transformación del modelo de desarrollo vino presidida del informe del “Programa Social de América Latina y el Caribe”, en cual se han mostrado las cifras de pobreza y pobreza extrema en la región; “las proyecciones indican que las tasas de pobreza y extrema pobreza se mantienen en 2022 por encima de los niveles pre pandemia”, la tercera parte de la población de América Latina y el Caribe vive en pobreza y más de un décimo en situación de pobreza extrema. “De esta forma, en 2021 la tasa de pobreza de América Latina alcanzó el 32,3% de la población total de la región (una disminución de 0,5 puntos porcentuales respecto a 2020), mientras que la tasa de pobreza extrema fue de 12,9% (0,2 puntos porcentuales menos que en 2020)”, señala el informe, el cual proyectó para el 2022 que “la pobreza se situará en 32,1% de la población (porcentaje que equivale a 201 millones de personas) y la pobreza extrema en 13,1% (82 millones)”. Igualmente, la CEPAL señala que “la incidencia de la pobreza es mayor en algunos grupos de la población en la región: más del 45% de la población infantil y adolescente vive en la pobreza y la tasa de pobreza de las mujeres de 20 a 59 años es más alta que la de los hombres en todos los países. De igual forma, la pobreza es considerablemente más alta en la población indígena o afrodescendiente”. Sobre la desigualdad, el informe recoge que, en 2021, “la desigualdad de ingresos (medida por el índice de Gini) disminuyó levemente con respecto al 2020 en América Latina, situándose en 0.458, en niveles similares a los de 2019. En tanto, la desocupación proyectada para 2022 representa un retroceso de 22 años, afectando especialmente a las mujeres, para las que la desocupación sube de 9,5% en 2019 a 11,6% en 2022”.
Ante el informe el propio José Manuel Salazar señaló: “Estamos ante una cascada de crisis que ha exacerbado las desigualdades y carencias de la región. No es momento para cambios graduales, sino para políticas transformadoras y ambiciosas”, pero insistimos ¿Cuál modelo hay que transformar? ¿Cuál modelo de desarrollo ha generado la mayor desigualdad y pobreza, profundizándola desde hace más de tres décadas? Es el capitalismo en América y el Caribe que está en crisis.
Leamos este fragmento del informe que plantea algunos elementos claves:
“Si bien desde 2015 se observaba en la región un deterioro en los niveles de bienestar, un estancamiento en los avances de los logros educativos y una leve alza de la pobreza, la pandemia de COVID-19 generó una crisis social significativa que se ha prolongado por tercer año. Pese a que se espera el fin de la pandemia, la región no ha logrado avanzar hacia la recuperación tras sus impactos sociales y retornar a los niveles de 2019 anteriores al inicio de la pandemia. La región se ha mantenido expuesta a un inestable escenario geopolítico y económico mundial marcado por una conjunción de crisis sucesivas, en particular, por la guerra en Ucrania (CEPAL, 2022c y 2022g). Este escenario ha llevado a una desaceleración del crecimiento económico y a una lenta generación de empleo, sobre todo de empleos de calidad, junto con fuertes presiones inflacionarias que han decantado en el incremento del precio de los alimentos y la energía, y caídas importantes en la inversión. Así, tras la expansión del 6,5% del PIB en la región en 2021, para 2022 la estimación de crecimiento de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es del 3,2% del PIB y se proyecta que en 2023 alcance solo el 1,4% (CEPAL, 2022h). La elevada inflación, especialmente en el componente alimentario de la canasta de consumo, afecta con mayor intensidad a los quintiles de menores ingresos, con impactos también en los estratos de ingreso medio más vulnerables. Estos factores se suman a otros riesgos en curso, como el incremento en la frecuencia de desastres y los impactos de la emergencia climática (CEPAL, 2021a). Este contexto puede llevar a la región a un nuevo retroceso en su desarrollo social y a un escenario de inestabilidad en los planos social, económico y político. Urge, por tanto, consolidar políticas sociales inclusivas para proteger y garantizar el bienestar de la población y el ejercicio de sus derechos.”
La pandemia lejos de terminar continúa golpeando no solo a las economías de las naciones de la región sino incluso a las grandes economías como, por ejemplo, el caso de China, sumergida recientemente en nuevo brote del COVID-19. En la región este elemento asociado a otros como la inflación condujo a una reducción del ingreso y a un aumento de la desigualdad, economías como la de Brasil, son cada vez más desiguales. Veamos el caso de los Estados Unidos, eje de la economía global (mientras el dólar continúe marcando la dinámica económica del planeta), la inflación se ubicó en 8.2% en el mes de septiembre y 7.8% en el mes de octubre. El Índice de Precios al Consumo (IPC) es de 0.4%, según cifras de Datosmarco, aproximándose a niveles de 1990. Para aquellos que puedan llevar a cabo la cena de Acción de Gracias en los Estados Unidos, será la cena más cara de los últimos 37 años, 64$ dólares tendría que disponer una familia estadounidense para el día de Acción de Gracias, a lo mejor del pavo pasarán al pollo o una codorniz.
El informe de la CEPAL coloca ante estos elementos cifras sobre pobreza y pobreza extrema que deberíamos mirar con preocupación, se espera que al finalizar el 2022 la pobreza se sitúe en un 32,1% y la pobreza extrema llegue al 13,1%, pero no nos quedemos en porcentajes, póngamele rostro humano a las cifras, de 660 millones de habitantes que posee la región, 200 millones están en situación de pobreza y 80 millones en situación pobreza extrema.
No solo es la pandemia, entre otros elementos, que ha puesto contra la pared al Capitalismo a nivel mundial, la crisis generada solo por este hecho contrajo a las economías del mundo. Lo más grave es que hay una recomposición de las elites conservadoras a escala global, están pescando en río revuelto y en algunos casos con mucho éxito. Es la restauración conservadora ya no con la narrativa neoliberal (donde lo han hecho han fracasado, no han podido mantener el poder, caso Macri, en Argentina o Duque en Colombia, por citar solo dos casos en Nuestra América), narrativa que ya no atrae ni genera entusiasmo ni mucho menos expectativas. Esta restauración conservadora está ofreciendo alternativas a los pobres más allá del libre mercado, con una narrativa anclada a nuevos nacionalismos y regionalismos. Crucemos el Atlántico, para ver su carácter global, ejemplo Italia. ¿Por qué gana Giorgia Meloni? Recordemos el conclave reunido en Argentina a finales del mes de septiembre en el “12° Foro de ABECEB “Otro Cambio Climático”, se reunieron; los ex presidentes Álvaro Uribe, Sebastián Piñera, Mariano Rajoy, y Mauricio Macri. ¿De qué conversaron, a cuáles acuerdos llegaron? “La Nueva Configuración del Mundo”, fue uno de los temas tratados en este foro ¿Cuál es la agenda de la restauración conservadora? Son los flautistas de Hamelín tocando una nueva melodía.
En este contexto, ha iniciado en México, el proceso de diálogo y negociación entre el Gobierno Bolivariano con el Presidente Nicolás Maduro a la cabeza y la oposición venezolana, sin ningún liderazgo visible que convoque a los sectores que han aceptado el diálogo como herramienta política. Este proceso ha colocado sobre la mesa un “ACUERDO DE PROTECCIÓN SOCIAL” para el pueblo venezolano que sufre la agresión a través de las sanciones unilaterales impuestas por los Estados Unidos. El acuerdo persigue como objetivo principal la recuperación de recursos del Estado Venezolano bloqueados en el sistema financiero internacional, entre ellos unos 2.700 millones de dólares congelados por Washington, que, de acuerdo a lo expresado por el jefe de la delegación del Gobierno Bolivariano, Jorge Rodríguez, que la firma del Segundo Acuerdo Parcial para la Protección del Pueblo Venezolano, el cual traza una ruta para atender las necesidades más básicas del pueblo venezolano.
Tanto el Chavismo como los sectores de oposición sentados en la Mesa de Diálogo y Negociación en México, están conscientes de la necesidad de hacer frente a las carencias presentes en la sociedad venezolana potenciadas con las sanciones impuestas. No es posible la gobernabilidad en una sociedad donde la brecha de desigualdad crece sin fuerza que se le oponga o resista. No puede haber gobernabilidad ni transformaciones bajo los signos de la pobreza. Pero no solo se es consciente en Venezuela sino en el resto de la América Latina y el Caribe. No es posible girar hacia una transformación mientras existan más de 80 millones de latinoamericanos en pobreza extrema.
Miremos con atención la propuesta lanzada por Andrés Manuel López Obrador en México, “Nuestra tesis es que no basta el crecimiento económico, sino que es indispensable la justicia”, señalaba recientemente López Obrador ante una concentración en la Ciudad de México, y sumo la siguiente idea para darle sostén a lo que ha llamado “Humanismo Mexicano”: “el fin último de un Estado es crear las condiciones para que la gente pueda vivir feliz y libre de miserias y temores. Por otra parte, más allá del simple crecimiento económico, es fundamental desterrar la corrupción y los privilegios para destinar todo lo obtenido y ahorrado en beneficio de las mayorías del pueblo y, de manera específica, en beneficio de los más pobres y marginados”.
“Por el bien de todos, primero los pobres. Esta frase debiera ser la esencia de la actividad política, porque es sinónimo de humanismo y una forma distinta de entender la importancia del poder, cuyo ejercicio, como lo he dicho muchas veces, sólo es puro y virtuoso cuando se pone al servicio de los demás”, es el axioma final para dejar claro que es necesario plantear una Agenda Humanista Alternativa para América Latina y el Caribe que enfrente la pobreza, la desigualdad y transforme la sociedad en que vivimos. Y un paso dado es haber colocado sobre la Mesa de Diálogo y Negociación a los pobres de primero. En este sentido, el valor de los diálogos en México transciende el escenario nacional al igual que debe pasar en la Mesa de Diálogos entre la Insurgencia colombiana, el ELN, el Gobierno Colombiano y la sociedad colombiana. Colocar primero a los pobres debe estar en el primer lugar de una Agenda Humanista y Transformadora. Y es aquí donde el movimiento popular de América Latina y el Caribe tienen mucho que decir y hacer.
Finalmente, qué puede ser más propicio para cerrar este trabajo que apuntemos en la dirección del Comandante Chávez, sin caricaturar sus ideas. Aquí una idea lanzada a fines de 2009, vigente y pertinente hoy ante el avance de la restauración conservadora y el aumento de la pobreza y la desigualdad en el mundo: “llegó la hora de que convoquemos a la Quinta Internacional. Frente la crisis capitalista y la amenaza de guerra que pone en peligro el futuro de la humanidad, la unidad de partidos de izquierda y revolucionario dispuesto a luchar para el socialismo “es un clamor del pueblo”.
“Pido a este I Congreso Extraordinario del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que incluya en su agenda de debate, la propuesta de convocar a los partidos políticos y corrientes socialistas a crear la Quinta Internacional Socialista como una nueva organización que se adecué al tiempo y a los desafíos que vivimos, y se convierta en un instrumento de unificación y articulación de la lucha de los pueblos para salvar a este planeta”, nos encomendó Chávez hace más de 10 años, hoy una Agenda Humanista y Alternativa para América Latina y el Caribe es una agenda para la sobrevivencia de la especie humana, por ende del planeta.
Miguel Ernesto Salazar* Profesor en Ciencias Sociales del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC).(@SalazarErEspia). Miembro del equipo editorial de la revista digital puebloenarmas.com de Venezuela
Este Artículo fue publicado en la Revista Pueblo en Armas
Foto de portada: https://nuso.org/