El Rey de Marruecos, Mohamed VI, ha elogiado el proyecto de gasoducto Nigeria-Marruecos, que abastecerá a África Occidental y Europa, en un contexto de feroz rivalidad con la vecina Argelia, el mayor exportador de gas natural de África.
A mediados de septiembre se firmó en Rabat un memorando de entendimiento con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) sobre un proyecto de gasoducto que unirá Nigeria con Marruecos. Mauritania y Senegal también participan en este proyecto.
“Destinado a las generaciones presentes y futuras, el proyecto trabaja en favor de la paz, la integración económica del continente africano y su desarrollo común”, alegó Mohammed VI en un discurso sobre el Sáhara Occidental.
“Nuestra esperanza es que sea un proyecto estratégico que beneficie a toda la región de África Occidental, que tiene una población de más de 440 millones de habitantes”, añadió.
“Dada la dimensión continental del gasoducto Nigeria-Marruecos, lo vemos también como un proyecto estructurante que promete unir África y Europa”, subrayó el soberano cherifiano.
El proyecto del gasoducto Nigeria-Marruecos (NMGP), para el que no se ha establecido un calendario, se desarrolla en un contexto geopolítico marcado por la fuerte demanda internacional de gas y petróleo y el aumento de los precios tras la invasión rusa de Ucrania.
Varios países, sobre todo en Europa, intentan reducir su dependencia de Rusia.
El proyecto Nigeria-Marruecos, de 6.000 km de longitud, atravesará 13 países africanos a lo largo de la costa atlántica y abastecerá a los estados sin litoral de Níger, Burkina Faso y Malí.
Se espera que aporte más de 5.000 millones de metros cúbicos de gas natural a Marruecos. Desde allí, se conectará directamente al Gasoducto Magreb-Europa (GME) y a la red europea de gas.
La firma del memorando NMGP, anunciada a finales de 2016, se produce en un contexto de mayor rivalidad regional entre Marruecos y Argelia, el mayor exportador de gas natural de África y el séptimo del mundo.
La crisis entre los dos hermanos magrebíes culminó con la ruptura de las relaciones diplomáticas en agosto de 2021 por iniciativa de Argel. Tras esta ruptura, Argelia privó a Rabat de su gas al cerrar en octubre el gasoducto Magreb-Europa (GME) que transportaba el gas argelino a España a través de Marruecos.
Desde entonces, Rabat ha tratado de diversificar sus fuentes. A finales de julio, los ministros de Energía de Argelia y Nigeria firmaron un memorando de entendimiento para materializar un megaproyecto de gasoducto transahariano (TSGP) en competencia, de más de 4.000 km de longitud, para transportar el gas nigeriano a Europa a través de Níger y Argelia.
No se ha dado ninguna fecha para la finalización del Transahariano.
En su discurso por radio y televisión con motivo del 47º aniversario de la “Marcha Verde” al Sáhara Occidental, el rey marroquí afirmó que “el proceso de consolidación de la identidad marroquí del Sáhara ha entrado en una fase crucial.
En agosto, el monarca había instado a los países socios de Marruecos, en primer lugar a Francia, a adoptar una posición “inequívoca” a favor de la “marroquinidad” del territorio disputado.
En noviembre de 1975, a instancias del rey Hassan II, 350.000 marroquíes cruzaron a pie la frontera del Sáhara Occidental, entonces colonia española, en nombre de la “pertenencia” al reino.
La antigua colonia española, disputada desde hace décadas por Marruecos y los independentistas saharauis del Frente Polisario, es considerada un “territorio no autónomo” por la ONU.
Marruecos controla el 80% y propone una autonomía bajo su soberanía, mientras que el Polisario pide un referéndum de autodeterminación.