El encuentro duró alrededor de 90 minutos y el foco fue sobre Taiwán, según informaron autoridades norteamericanas.
«Por nuestra parte, el secretario dejó en claro que, de acuerdo con nuestra política de larga data de «una sola China», que no ha cambiado, el mantenimiento de la paz y la estabilidad a través del Estrecho es absoluta y vitalmente importante», sostuvo un alto funcionario de la administración estadounidense.
Blinken dijo que Estados Unidos está dispuesto a participar en una comunicación genuina con el gigante asiático y a encontrar un camino para avanzar en base a los intereses comunes. El secretario norteamericano también reiteró que Estados Unidos no busca una nueva Guerra Fría y que tampoco apoya una posible independencia de Taiwan.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo que Estados Unidos estaba enviando «señales muy equivocadas y peligrosas» a Taiwán, y cuanto más desenfrenada sea la actividad independentista de la isla, menos probable será que haya un acuerdo pacífico.
«El problema de Taiwán es un asunto interno de China, y Estados Unidos no tiene derecho a interferir en el método que se usará para resolverlo», le manifestó Wang a Blinken.
La situación en torno a Taiwán se intensificó luego de que la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitara la isla a principios de agosto. China condenó el viaje de Pelosi, que consideró un gesto de apoyo al separatismo, y lanzó ejercicios militares a gran escala en las inmediaciones de la isla.
A pesar de la tensión estre Estados Unidos y China, ambos funcionarios consideraron que la reunión fue sincera, constructiva e importante, y acordaron mantener la comunicación en un futuro.
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