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La Unión Económica Euroasiática da un paso adelante

Por Pepe Escobar* –
El Foro Económico Euroasiático ha demostrado una vez más que este tren de alta velocidad -la integración económica- ya ha salido de la estación.

El primer Foro Económico Euroasiático, celebrado en Bishkek (Kirguistán), tuvo lugar esta semana en una coyuntura geopolítica muy delicada, ya que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, no deja de insistir en que «Occidente nos ha declarado la guerra total, a todo el mundo ruso. Esto ya nadie lo oculta».

Siempre es importante recordar que, antes de Maidan en 2014, Ucrania tenía la opción de convertirse en miembro de pleno derecho de la Unión Económica Euroasiática (UEE), e incluso equilibrarla con una asociación flexible con la UE.

La UEEA está formada por cinco miembros de pleno derecho -Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Bielorrusia y Armenia-, pero 14 naciones enviaron delegaciones al foro, entre ellas China, Vietnam y países latinoamericanos.

Hubo mucho rumor de que los procedimientos se verían comprometidos por los paquetes de sanciones en serie impuestos a Rusia por el Occidente colectivo. No cabe duda de que algunos miembros de la UEEA -como Kazajstán- parecen estar más preocupados por los efectos de las sanciones que por afinar los negocios con Rusia. Sin embargo, esa no es la cuestión.

El punto crucial es que para 2025 tienen que armonizar su legislación relativa a los mercados financieros. Y eso está directamente relacionado con lo que el órgano ejecutivo de la UEEA, dirigido por Sergey Glazyev, está trabajando ampliamente: diseñar los lineamientos de un sistema financiero/económico alternativo a lo que Occidente prefiere acuñar como Bretton Woods 3.

El Foro Económico Euroasiático fue creado por el Consejo Económico Supremo de Eurasia explícitamente para profundizar en la cooperación económica entre los miembros de la UEEA. No es de extrañar que el tema oficial del foro fuera La integración económica euroasiática en la era de los cambios globales: Nuevas oportunidades de inversión, centrado en el desarrollo estratégico en las áreas industrial, energética, de transporte, financiera y digital.

Tantas estrategias convergentes

El discurso del presidente Putin en la sesión plenaria fue bastante revelador. Para apreciar realmente el alcance de lo que implica, es importante recordar que el concepto de la Gran Asociación Euroasiática fue presentado por Putin en 2016 en el Foro Económico de San Petersburgo, centrado en una «asociación euroasiática más amplia que implique a la Unión Económica Euroasiática» y que incluya a China, Pakistán, Irán e India.

Putin subrayó que el impulso para el desarrollo de los lazos «en el marco de la Gran Asociación Euroasiática» (…) «no era la situación política, sino las tendencias económicas mundiales, porque el centro del desarrollo económico se desplaza gradualmente -somos conscientes de ello, y nuestros empresarios también-, se desplaza gradualmente, sigue desplazándose hacia la región de Asia-Pacífico».

Añadió que «en las actuales condiciones internacionales en las que, desgraciadamente, se están interrumpiendo los vínculos comerciales y económicos tradicionales y las cadenas de suministro», la Gran Asociación Euroasiática «adquiere un significado especial».

Putin estableció una conexión directa no sólo entre la Gran Asociación Euroasiática y los miembros de la UEEA, sino también con «los miembros del BRICS, como China e India», «la Organización de Cooperación de Shanghai, la ASEAN y otras organizaciones».

Y ese es el núcleo de todo el proceso de integración de Eurasia, en curso y con múltiples capas, con las Nuevas Rutas de la Seda dirigidas por China que se cruzan con la Unión Económica de Eurasia, la OCS, el BRICS+ y otras estrategias convergentes.

Lavrov dijo esta semana que Argentina y Arabia Saudí quieren unirse al BRICS, cuyo próximo verano en China se está preparando meticulosamente. Y no sólo eso: Lavrov mencionó que bastantes naciones árabes quieren unirse a la OCS. Tuvo cuidado de describir este proceso de convergencia de alianzas como «no antagónico».

Por su parte, Putin tuvo cuidado de definir la Gran Asociación Euroasiática como «un gran proyecto de civilización». La idea principal es crear un espacio común de cooperación equitativa para las organizaciones regionales», cambiando «la arquitectura política y económica en todo el continente».

De ahí la necesidad de «elaborar una estrategia global para desarrollar la asociación euroasiática a gran escala», que incluya «una hoja de ruta para la industrialización». Esto se traduce en la práctica en el desarrollo de «centros de ingeniería y centros de investigación». Esto es inevitable para cualquier país que quiera aumentar su soberanía económica, financiera y, en última instancia, política. Es inevitable».

Yaroslav Lissovolik, del Club Valdai, es uno de los principales analistas que siguen el rastro de cómo esta convergencia puede beneficiar a todo el Sur Global. Destaca que entre la «variabilidad y diversidad de las plataformas que pueden poner en marcha las economías del Sur Global, la más importante y completa podría incluir la agregación de la CELAC (América Latina), la Unión Africana (África)» y la OCS en Eurasia.

Y un conjunto aún más diverso de «bloques regionales que se proponen una integración más profunda podría incluir una plataforma BRICS+ que comprenda la Comunidad de Desarrollo de África del Sur (SADC), MERCOSUR, BIMSTEC», el acuerdo de libre comercio China-ASEAN y la UEEA.

El Foro Económico Euroasiático ha demostrado una vez más que este tren de alta velocidad -la integración económica- ya ha salido de la estación. Resulta bastante esclarecedor observar el fuerte contraste con el interminable pesimismo que aflige a un Occidente colectivo propenso a la inflación, la escasez de energía, la escasez de alimentos, las «narrativas» ficticias y la defensa de los neonazis bajo la bandera de la «democracia» liberal.

*Pepe Escobar, analista geopolítico independiente, escritor y periodista.

Artículo publicado en Strategic Culture.

Foto de portada: © Photo: Public domain.

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