Si uno quisiera pensar un héroe contemporáneo lo mismo que un héroe en la antigüedad, aquel que habla con franqueza ante el reinado inmundo de la mentira es indudablemente la figura que deberíamos evocar
Si alguien tiene que pensar una figura del desorden contemporánea, un sujeto que perturba el Poder, indudablemente los hackers cuadran en ese nicho.
Assange parece que fue algo así. Uno de esos que pueden burlar y evidenciar que la ficción de seguridad y secretismo de la tecnología tiene porosidades penetrables por la inteligencia humana. ¡Nada más perturbador!
Si tenemos que pensar un guerrero que nos guie y ayude a poder ver los perversos dispositivos de producción histórica y política, tenemos que pensar sin ningún lugar a dudas en Julián Assange.
No es uno del pelotón de los berretas pulitzerianos que compran sus prestigios en premios y ponderaciones impostadas. No es ni amanuense ni asalariado de las grandes compañías monopólicas multimediales que imponen el discurso dominante circulante. No trabaja siguiendo órdenes de intencionalidades editoriales.
Es, a pesar de su injusta prisión, un hombre libre.
Los tribunales británicos previsiblemente han sentenciado la extradición del periodista a los Estados Unidos que lo requiere acusado de alevosas imputaciones, pero fundamentalmente por haber expuesto las atrocidades y las operaciones mendaces que el Departamento de Estado, la CIA y el Pentágono perpetran en el mundo; fundamentalmente crímenes de guerra y conspiraciones desestabilizadoras.
Parresia podríamos traducirlo al castellano como: “decir la verdad, decir lo que se piensa, lo que se cree”. En las conferencias de Berkeley, 1983, Michel Foucault definía parresia como una actitud donde el hablante expresa su relación personal con la verdad y arriesga su vida porque reconoce el decir la verdad como un deber para mejorar o ayudar a su comunidad. El ser parresiastés en un mundo sostenido por mentiras es peligroso. El parresiastés, cuando dice la verdad frente al tirano, se pone en peligro.
Un parresiastés es alguien que asume el riesgo de decir la verdad a conciencia.
Indudablemente Julián Assange es un parresiastés contemporáneo, enfrentó al poder más omnímodo del globo. Denunció la desnudez del rey implacablemente. Consciente de que más tarde o más temprano su verdad, la verdad histórica, iluminará a los Pueblos en su camino por la Liberación.
Assange es uno de los nuestros, lo decimos desde nuestros portales de noticias. Deploramos su extradición, su persecución. Admiramos su fortaleza de parresiastés contemporáneo.
El es uno de los nuestros y nos acompaña en cada campaña, en cada cobertura de la realidad que los fariseos del templo quieren ocultar o tergiversar para servir a los poderosos.
Desde nuestras trincheras de lucha seguiremos reclamando tu libertad
Notas
