Con una ventaja de tres puntos en los sondeos sobre su rival en la derecha dura, Marine Le Pen, candidata de Reagrupación Nacional (RN), es, de momento, la aspirante que disputaría a Emmanuel Macron la final de las presidenciales. Pero Eric Zemmour, líder del partido Reconquista, no pierde la esperanza y asesta duros golpes a Le Pen en forma de tránsfugas desencantados con la hija del viejo caudillo, Jean-Marie Le Pen.
El último y más valioso botín personal y electoral es la mismísima sobrina de Marine Le Pen, Marion Marechal Le Pen, que, tras siete años alejada de la política activa, vuelve al ruedo para apoyar la candidatura del periodista y escritor que, según ella, «tiene la capacidad de debilitar el cordón sanitario del resto de partidos políticos que RN nunca ha conseguido romper».
«La Juana de Arco de los tiempos modernos»
Marion Marechal, 32 años, ha sido, hasta la aparición de Zemmour, la esperanza encarnada para unir a las derechas francesas, desde los más conservadores de Los Republicanos (LR), hasta los históricos seguidores y votantes de Jean-Marie Le Pen. Según un sondeo de la empresa Elabe, Marion es la segunda favorita entre los militantes de RN, después de su tía. Entre los seguidores del conservador LR, recoge un 45% de opiniones favorables.
La decisión de «la Juana de Arco de los tiempos modernos», como la llaman sus forofos, se ha demorado hasta el pasado 3 de marzo, cuando, sin alistarse en el partido de Zemmour, le ofreció su respaldo. Marion Marechal Le Pen estima que RN y Marine Le Pen son «los tontos útiles del mantenimiento del sistema.
Es esa disputa con su tía la que le llevó a abandonar la política en 2017. Pero entre las dos existen, además, diferencias políticas. Marion Marechal, como Eric Zemmour, es liberal en el aspecto económico, conservadora en cuestiones de sociedad y religión, además de defender sin complejos la «identidad» francesa.
Marine Le Pen, de izquierda
Marine Le Pen mantiene posturas más sociales en lo económico, como la jubilación a los 60 años, apoya al movimiento LGTB, no se opone al aborto y considera que los franceses musulmanes son compatibles con la República. Según dice Zemmour, «Le Pen es una candidata más de la izquierda». Cuando Marine reprocha a su sobrina razones familiares – «quiere herirme «-, Marion responde arguyendo argumentos ideológicos.
Los politólogos franceses estiman que «la salida del armario zemmouriano» de la benjamina de la dinastía Le Pen no se traducirá en muchos votos hacia Eric Zemmour. En primer lugar, no habrá transvase porque la joven política no tiene partido político. Además, aseguran, los admiradores de Marion Marechal ya habían decidido votar por el jefe de Reconquista.
En todo caso, el respaldo de Marion Marechal a Eric Zemmour va más allá de las presidenciales. Desde hace años, ambos están convencidos de que sus ideas nunca estarán representadas en el palacio del Elíseo si no se lleva a cabo la unión de las derechas. Son conscientes de que evitar hoy la reelección de Emmanuel Macron parece imposible, pero dos meses después de las presidenciales llegan las legislativas y, bajo las ruinas de RN y de LR –cuya candidata, Valérie Pécresse, pierde fuerza– puede surgir una formación política que recoja a todos los sectores de la derecha hasta ahora divididos.
El peligro de la división
Marine Le Pen es consciente de que esta es su tercera y última oportunidad para obtener la presidencia de Francia. Por eso, y a pesar de superar –de momento– en intención de voto a Eric Zemmour, empieza a lanzar mensajes que traducen un cierto pánico.
Nada mejor que agitar el fantasma rojo. Le Pen conmina a Zemmour a decidir entre el interés general del «campo nacional» o sus intereses particulares. Y advierte: «Si Eric Zemmour no se retira de la campaña, «corremos el riesgo de ver al candidato trotskista [Jean-Luc Mélenchon] disputar a Macron la Presidencia». Los sondeos empiezan a vislumbrar ese camino.
*Luis Rivas, periodista independiente.
Artículo publicado en Sputnik.
Foto de portada: © REUTERS / Pascal Rossignol