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El eje angloamericano está empeñado en desestabilizar Eurasia

Por Andrew Korybko* –
El Eje Anglo-Americano puede describirse como el principal antagonista de la Nueva Guerra Fría, ya que resulta imposible hablar de la gran estrategia estadounidense en Eurasia sin hablar también del papel complementario de su principal socio estratégico británico.

El emergente Orden Mundial Multipolar está siendo amenazado por el Eje Anglo-Americano (AAA) como lo demuestran sus provocaciones belicistas simultáneas contra sus motores conjuntos ruso-chinos. Los Estados Unidos y el Reino Unido se unieron el pasado mes de septiembre a través de AUKUS junto con Australia para montar una coalición antichina en el Indo-Pacífico, mientras que actualmente están alimentando las llamas de las tensiones en Europa Central y del Este (ECE) contra Rusia. Estas antiguas hegemonías no lograrán revertir los procesos sistémicos globales históricamente inevitables que Rusia y China están impulsando conjuntamente, pero sí podrían infligir una destrucción masiva en pos de sus objetivos ideológicos de divide y vencerás.

Los grandes cálculos estratégicos que están influyendo en las formulaciones políticas de sus burocracias militares, de inteligencia y diplomáticas permanentes («estado profundo») son que pueden tener éxito en la «contención» simultánea de estas Grandes Potencias siempre que consigan reunir coaliciones regionales con ese fin. En el frente de Eurasia Occidental, el AAA está intentando reunir a los Estados Bálticos, Polonia, Rumanía y Ucrania, mientras que en el de Eurasia Oriental se intenta hacer lo mismo con Australia, Japón y quizás algunos países de la ASEAN, como Filipinas. India fue designada para desempeñar un papel en esta coalición de «contención» antichina, pero recientemente parece haber reconsiderado su compromiso.

India entiende perfectamente que no puede desempeñar un papel de vanguardia para «contener» directamente a China, pero lo que sí puede hacer es atraer más inversiones extranjeras para que su economía sea más competitiva. Nueva Delhi también está cooperando con sus socios especiales y estratégicos en Moscú para montar conjuntamente un nuevo Movimiento de Países No Alineados («Neo-NAM») con el fin de crear un tercer polo de influencia en el orden mundial bimultipolar que dará vida al mundo multipolar definitivo. En Eurasia Occidental, sigue sin estar claro hasta qué punto el aspirante a líder de la CEE, Polonia, está interesado en desempeñar un papel de vanguardia similar frente a Rusia, a juzgar por su presunto interés en un acuerdo militar con Moscú.

Estas incertidumbres geoestratégicas amenazan con echar por tierra los planes de «contención» simultáneos del AAA, lo que podría hacerles desesperar lo suficiente como para provocar incidentes de falsa bandera contra una o ambas de esas Grandes Potencias euroasiáticas con el fin de catalizar secuencias de acontecimientos de rápida evolución para galvanizar sus deseadas alianzas regionales. Esto significa que no sólo Rusia y China, sino también los países de las respectivas regiones de ambos, deben estar en alerta máxima ante los complots de esos actores extrarregionales. El AAA considera que están lo suficientemente alejados geográficamente de las posibles zonas de hostilidades como para aislarse de las consecuencias más inmediatas que puedan provocar.

Ante estas presiones, Rusia y China tendrán que colaborar más estrechamente, pero Moscú también debe evitar cualquier dependencia futura desproporcionada de Pekín, ergo sus planes Neo-NAM con Nueva Delhi. China tampoco quiere poner todos los huevos en la cesta rusa, lo que explica que haya sido pionera de forma independiente en otros corredores de conectividad transregional que no transitan por el territorio de ese país, como el Corredor del Medio con Turquía a través de Asia Central y el Cáucaso Sur, así como el Corredor Económico China-Pakistán (CPEC) e incluso el Corredor Económico China-Myanmar (CMEC). El compromiso geoeconómico de China con estos países evita cualquier dependencia de Rusia.

El AAA no puede mantener de forma realista esfuerzos de «contención» iguales contra Rusia y China, independientemente del éxito de sus planes de coalición regional. Esto significa que los observadores deben esperar que se dé prioridad a uno u otro, aunque el objetivo principal podría cambiar con el tiempo y las circunstancias. Por lo tanto, el que no sea prioritario en un momento dado estará sometido a una presión comparativamente menor y podrá operar con más confianza e independencia estratégica en su respectiva región. A medida que el foco de atención se desplaza de uno a otro, el nuevo objetivo presionado se apoyará en su contraparte para desempeñar un papel más importante como válvula de presión. En este sentido, Rusia y China seguirán necesitándose mutuamente.

La Nueva Guerra Fría en curso enfrenta principalmente a las superpotencias estadounidense y china, pero también hace que sus principales socios estratégicos, el Reino Unido y Rusia, desempeñen un papel cada vez más destacado. Se espera que la India siga siendo un Estado pivote mundial cuya multialineación en una u otra dirección influirá en gran medida en la dinámica de esta competición mundial. El papel de Turquía y del CCG (sobre todo de los emiratíes y los saudíes en ese contexto) también será importante, y el de Polonia también seguirá siendo influyente, pero no a la misma escala que los demás, ya que se espera que mantenga cierto grado de tensión con Rusia en el futuro inmediato, incluso si se llega a un acuerdo militar.

Teniendo en cuenta todo esto, el AAA puede describirse como el principal antagonista en la Nueva Guerra Fría, ya que resulta imposible hablar de la gran estrategia estadounidense en Eurasia sin hablar también del papel complementario de su principal socio estratégico británico. Las relaciones entre China y Rusia están comparativamente más igualadas, pero ambas siguen intentando equilibrar a la otra de forma amistosa, amable y no hostil a través de los corredores de conectividad transregionales alternativos de Pekín y el Neo-NAM de Moscú con Nueva Delhi. Esta versión cada vez más compleja de la multipolaridad que está evolucionando en medio del orden mundial mayoritariamente bipolar está haciendo que las Relaciones Internacionales sean más interesantes de lo que han sido en décadas.

*Andrew Korybko, analista político estadounidense.

Artículo publicado en One World.

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