A pocos meses de la elección presidencial, Francia cuenta con al menos 13 candidatos que buscan arrebatarle el asiento al actual mandatario Emmanuel Macron. El actual mandatario pretende disputar la reelección aunque su candidatura aún no fue confirmada. Macron es también el precandidato mejor posicionado según las encuestas, con un piso de 24% de intención de votos, lo cual lo dejaría como favorito a disputar la segunda vuelta.
En diálogo con PIA Global, Florence Poznanski, dirigente nacional del Parti de Gauche -que conforma la alianza Francia Insumisa encabezada por Jean-Luc Melenchon- explica el contexto en el cual se desarrollarán los comicios de abril.
“Tenemos cerca del 10% de la población francesa que tiene que completar la “hoja del hambre” para terminar de completar su alimentación porque con sus ingresos no lo consigue y debe comer en los comedores públicos. Y también se vive un clima de represión por causa de todas las medidas adoptadas tras la declaración del estado de emergencia por la pandemia” explica la dirigente.
“Estamos con mucha precarización, producto fundamentalmente de la crisis sanitaria. Es cierto que el gobierno ha destinado muchos recursos para ayudar a los desempleados, pero en general vemos que los ricos se han vuelto más ricos y los pobres cada vez más pobres, vemos que aumentó el hambre entre los niños y que hay una precarización todavía mayor de las mujeres. Todo esto nos muestra un balance muy duro de parte del gobierno actual”, detalla Poznanski.
Uno de los interrogantes que se presenta ante la situación actual de crisis sanitaria es cómo será la participación de los franceses en los comicios. Según explica la dirigente “ese es un fenómeno que está creciendo en otros países y es un proceso que se da en el contexto de la crisis sanitaria también.”
“En Francia el índice de abstención suele ser bajo cuando se trata de una elección presidencial, ya en elecciones regionales o municipales suele aumentar”. Ya en las elecciones realizadas en 2021, la abstención fue una de las más altas registradas en el país. Para Poznanski “es un fenómeno mundial que se da porque hay una distancia cada vez más grande entre el pueblo y las instituciones y la pérdida de credibilidad de parte de estas.”
A lo largo de los últimos años Francia ha visto crecer en popularidad a figuras identificadas con la extrema derecha, algo que Poznanski también identifica como parte del alejamiento de la clase política de los problemas reales de la gente. A su vez, la adopción de discursos discriminatorios por parte de figuras políticas con cierta legitimidad parece haber contribuido con la popularidad de discursos extremistas.
“constatamos de que en esta ola de precarización social y de destrucción de la representación colectiva un fenómeno que también es universal, hay un proceso de identificación del migrante como principal enemigo. En esa situación lo que vemos es que se coloca a los pobres contra los pobres para crear una ilusión de superioridad que no hay” explica la dirigente del Parti de Guache.

A su vez, Poznaski explica que “en Francia el gobierno identificó como su principal adversario a la extrema derecha, lo cual terminó construyendo una polarización. Pero a la vez también buscó atraer a ese electorado con algunas medidas contra la inmigración mientras por otro lado aprobó medidas más progresistas”.
En ese sentido, Poznanski apunta que quienes se oponen a esas expresiones suelen ser descalificados. “Nosotros, que somos un movimiento laico e internacionalista, pasamos a ser llamados de “islamoizquierdistas”, un término que se asemeja al judeo bolchevique que se utilizaba durante la segunda guerra mundial. Esa es una instrumentalización que permite una forma de legitimación del discurso de extrema derecha. Eso por parte del gobierno.”
Consultada acerca de la política exterior del actual gobierno, la dirigente sostiene que “en Francia hay una tradición que se ha conformado con Macron pero anteriormente con el presidente François Hollande que es la sumisión al imperialismo estadounidense. El último presidente en mantener una visión soberana de entender la geopolítica, sin ser ni atlantista ni soviético, fue Jacques Chirac al oponerse a la invasión por parte de Estados Unidos de Irak. Pero eso ya pasó hace mucho tiempo y ahora estamos ante una aparente sumisión”.
“Nosotros desde Francia Insumisa vemos que las relaciones internacionales están condicionadas a dos factores: la guerra y la venta de armas y los tratados de libre comercio, los cuales contribuyen a debilitar el poder de los estados ante tribunales de arbitraje” señala.
A su vez, plantea que desde el espacio al cual representa “una de nuestras propuestas es la salida de la OTAN porque es una estructura atlantista y sumisa a los Estados Unidos. También proponemos fortalecer el espacio de la ONU para debatir de forma más respetuosa y sin cuestionar la autonomía de cada país”.
Por otro lado, destaca la importancia de repensar las relaciones con los países del contienente africano: “La relación entre Francia y África es una relación muy compleja porque está atravesada por el colonialismo y las guerras de independencia. Cremos que es necesario y posible pensar una nueva relación con África que esté basada en la soberanía de los pueblos.”
Sobre la dificultad en presentar un proyecto de unidad entre las izquierdas para derrotar a la extrema derecha y a la derecha liderada por Macron y otros candidatos conservadores, Poznanski explica que “hoy izquierda es de facto un concepto con el cual muchos se identifican pero si con esa unidad se llega a un programa donde se pierda la fuerza transformadora entonces qué sentido tiene.”
“Nosotros por ejemplo proponemos una reforma fiscal que no entraría en discusión con otros espacios que no es lo que buscan. Si hacemos eso volvemos a una situación como la que tuvimos en 2012 cuando elegimos a François Hollande con muchísima esperanza de volver a tener un presidente de izquierda y que al final llevó adelante un programa tan liberal como el del propio Macron” explica la dirigente.
Como propuesta para la elección de abril, Florencia Poznanski señala que la misma circula en formato de libro a la venta por una suma de tres euros y que ya alcanzó cerca de 100 mil ventas.
“Está basado en algunas transformaciones radicales que buscan generar cambios a nivel del sistema. Proponemos una mudanza en la cuestión institucional, para la cual es necesaria una asamblea constituyente que dé por finalizada la tradición que viene desde el General De Gaulle, la cual consideramos como muy autoritaria. Esto básicamente lo que busca es mayor representación y participación popular” detalla.
“Proponemos una reforma fiscal justamente para discutir la forma en la distribución del dinero. Y también proponemos rediscutir los tratados europeos ya que algunos limitan las discusiones de presupuesto. Y otra cuestión que proponemos es un cambio en la matriz energética, en la manera de construir la relación con la naturaleza. No hay ecología posible con el actual sistema de acumulación capitalista de bienes y para eso es importante pensar un cambio en la producción energética”.
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