Artículo publicado el 4 de octubre.
El nombre de Eric Zemmour, polemista de extrema derecha francés está por todas partes. El último sondeo (septiembre) de Ipsos para Le Parisien ha supuesto un shock en el panorama político francés, sin ni siquiera tener candidatura oficial, la encuesta le da a Zemmour el 15% de los votos, superando a los Republicanos y muy cerca de Le Pen ¿Cómo es posible que este polémico periodista pueda tener posibilidades para entrar en segunda vuelta? ¿Quién es Eric Zemmour y qué ideas defiende?
¿Quién es Eric Zemmour?
Eric Zemmour, periodista, escritor, polemista, desde hace años es una de las voces más escuchadas en Francia. Autor en Le Figaro, principal diario conservador francés, ha desarrollado su carrera profesional como comentador político en France 2 y en la cadena de radio más escuchada de Francia, RTL. Pero es en 2019, en la cadena de televisión CNews, la catalogada como la “Fox francesa”, donde alcanza nuevas cotas de popularidad. En el programa Face à l´info, Zemmour dispone de un espacio de 30 minutos, en horario de máxima audiencia, para debatir sobre la actualidad política. En apenas unos meses, Zemmour hace de CNews la cadena más vista del país, superando a BFMTV.
A pesar del éxito de su figura, Zemmour está rodeado de escándalos provocados por sus propósitos claramente provocadores y que reflejan su ideología ubicada en la extrema derecha. En 2011 fue declarado culpable de incitar al odio racial, tras afirmar que “todos los traficantes son árabes y negros”. También, durante un debate sobre la discriminación en la contratación, llegó a defender el derecho del empleador a rechazar contratar árabes y negros. En 2018 Zemmour sería declarado culpable de odio a los musulmanes al afirmar que había que darles a estos la “opción entre el Islam o Francia”. “Francia ha vivido desde hace treinta años una invasión, en los innumerables suburbios franceses donde muchas jóvenes llevan velo se está jugando una lucha por islamizar un territorio, es una yihad”, llegaría a afirmar.
Actualmente, Zemmour tiene una causa pendiente por haber declarado en 2020 en la televisión que los menores inmigrantes “son ladrones, son asesinos, son violadores, es todo lo que son. Hay que expulsarlos”. La retahíla de declaraciones polémicas de Zemmour es inmensa y llevaría páginas y páginas enumerarlas todas. Quizás valdría la pena remarcar su defensa del régimen colaboracionista nazi de Vichy, el cual asegura que “sacrificó” a los judíos extranjeros, en pos de defender a los judíos franceses. De los 74.000 judíos que deportó Francia durante la Segunda Guerra Mundial, 24.000 eran franceses.
Lo cierto es que Zemmour se define a sí mismo como un “patriota”, un “gaullo-bonapartista” admirador de la “grandeza de Francia, de la fuerza del Estado y el respeto de la tradición cultural francesa”. Más allá de sus declaraciones, en sus libros, superventas en Francia, podemos encontrar una visión nostálgica del pasado francés, y un futuro apocalíptico para el país. En 2014 publicaría el “Suicidio francés”, donde Zemmour asegura que Francia lleva en declive desde 1970, pone de relieve la fecha de mayo de 1968, debido a la influencia de las políticas de identidad. Las ideas progresistas respecto a la identidad sexual, la inmigración y moralidad, de esa generación, habrían llevado a la destrucción de los valores tradicionales de Francia. Un punto final a la época de los “grandes hombres” que tanto admira Zemmour. Sin que sorprenda a nadie, Zemmour se muestra contrario al feminismo, ya que asegura que “feminiza” a los hombres, además apoyó las marchas contra el matrimonio homosexual en 2012.
Por tanto, el corpus ideológico de Zemmour gira en torno a la batalla cultural, en este caso el progresismo frente al conservadurismo, y evidentemente uno de los temas centrales es la inmigración. En este apartado, Zemmour defiende la asimilación total de los migrantes a la cultura francesa, de hecho, se pone como ejemplo de los beneficios de dicha asimilación completa. El escritor es nacido en una familia judía argelina que llegó a París en plena Guerra de Argelia. Nuestro polemista francés, además, es un gran defensor del “gran remplazo”, una teoría de la conspiración muy arraigada en grupos supremacistas, que asegura que la civilización occidental, y en particular la población blanca, está en un proceso de sustitución por una sociedad donde predominan los valores musulmanes. Las élites progresistas serían cómplices de este proceso de “desintegración cultural y nacional”.
En cuanto al tema político, Zemmour se muestra partidario de reforzar la figura del Presidente de la República, una vuelta al espíritu de Charles de Gaulle con su V República. También abandera el soberanismo nacional, también económico, en ese sentido se muestra crítico con la Unión Europea, aunque no defiende su disolución. En cuanto a política exterior, se ha mostrado contrario a las intervenciones militares en el extranjero (Iraq, Kosovo, Libia…) a las que tacha de hipócritas por su falsa “defensa de los Derechos Humanos”, en ese sentido pone como ejemplo al Presidente ruso Vladimir Putin y su pragmatismo. Para Zemmour, Putin es un líder que lucha contra las “élites intelectuales” y que defiende su país, “soñaría con un Putin francés” afirmaría. El polemista también tiene una gran “admiración” por una de las grandes figuras de la derecha en Europa, el Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán. El cual visitó a finales de septiembre en Budapest; “Admiro su política. Admiro su resistencia a la Comisión Europea, los alemanes y Emmanuel Macron. Ha comprendido lo que pasa en Europa”. También aprovecharía su visita a Budapest para denunciar “la propaganda totalitaria del lobby LGTB”.
En septiembre de 2021, en plenos rumores sobre su posible candidatura a las presidenciales (luego volveremos sobre este punto), Eric Zemmour publica su último libro, “Francia no ha dicho su última palabra”. Un libro que muchos ven como una clara declaración de intenciones, cabe destacar que, en junio, su editorialista, afirmó que Zemmour había pasado de escritor a político. El ensayo se trata de una autobiografía política, así lo presenta:
“En el Suicidio francés he sacado a la luz la mecánica de la ideología progresista que ha llevado a nuestro país al abismo. Las élites progresistas entendieron que la supervivencia de su proyecto requeriría la radicalización del proceso de destrucción. Rara vez hemos estado tan debilitados, desunidos, subvertidos, invadidos como hoy. Ni un día sin su provocación, sin su deconstrucción, sin su burla, sin su humillación. Decidí continuar la historia de las cosas vistas (referencia a Victor Hugo), las cosas que han estado en silencio, demasiado tiempo en silencio. Para que Francia no solo tenga futuro, sino que también trace los caminos de un futuro. Para continuar la historia de Francia. La historia no ha terminado. Francia no ha dicho su última palabra”.
A lo largo del libro, Zemmour hace un diagnóstico del estado de la derecha francesa, en concreto sobre los Republicanos (conservadores) y Reagrupación Nacional (RN). Zemmour afirma que la derecha carece de ideas, de coraje y de dirección, siendo los culpables los propios líderes de los partidos. El autor asegura que se han sometido al “ambiente progresista”, más allá de eso, les acusa de haberse encerrado en sí mismos lo que les ha obligado a traicionarse mutuamente. Por una parte, acusa a los Republicanos de nunca haber puesto en marcha una política real de derechas, mientras que el RN no ha conseguido sobrepasar su suelo electoral. Afirma que Jean Marie Le Pen, antiguo líder del Frente Nacional (ahora RN) nunca tuvo la intención de gobernar, mientras que a Marine Le Pen la considera una candidata “débil”.
Básicamente la idea principal que se desprende de Zemmour es el deseo de unir a la derecha francesa. Argumenta que es necesario que se encuentre ideológicamente a sí misma y vuelva a sus valores fundacionales; orden, nación y tradición. También aprovecha para rechazar la etiqueta de “extrema derecha” al considerarla una categoría moral, y no política, que ha adjudicado la izquierda, para dividir a todo el espectro conservador. Muchos apuntan a que este libro es lo que busca Zemmour para dar el paso finalmente a la política, presentando su candidatura a las presidenciales de abril. En su cabeza, puede creer que es el único capaz de unir a la derecha y derrotar a Emmanuel Macron.
¿Eric Zemmour candidato a las presidenciales?
Desde hace meses, en Francia se discute sobre la posibilidad de que el polemista de extrema derecha se presente a las presidenciales. Lo cierto es que ya ha aparecido su nombre en varias encuestas, llegando a pasar del 5% de intención de voto, al 15% en la última de Ipsos. Zemmour por su parte, elige jugar a confundir al público, ni confirma ni desmiente. En junio, el editorialista Albin Michel, decidió romper el contrato que le unía a Zemmour afirmando que “tenía la intención de presentarse a las presidenciales”. Posteriormente el escritor decidía terminar su colaboración con Le Figaro para centrarse en la promoción de su libro. En septiembre, el Consejo Superior Audiovisual, obligaría a contar los minutos que disponía el polemista en pantalla ante la posibilidad de que se presentase a las presidenciales. Ante esta decisión, CNews anunciaría posteriormente la partida de su estrella del programa Face à l´info.
La candidatura de Zemmour empezó a sonar con más fuerza, sobre todo tras las elecciones regionales de junio, que supusieron una sonora derrota para los partidos de Emmanuel Macron y Marine Le Pen. Justo después de los comicios, miles de carteles con la efigie del polemista con la inscripción “Zemmour Presidente” aparecieron por toda Francia. No parece una mala apuesta para Zemmour presentarse, se trata de una figura “independiente”, fuera de unas instituciones democráticas por las cuales los franceses sienten desconfianza, por no hablar del claro hartazgo político que hay en el país. Recordemos que en las citadas regionales, la abstención llegó a alcanzar el 65%. Más allá de eso, los Republicanos están huérfanos de un líder y de un proyecto ganador. Mientras que muchos de los más radicales seguidores de Le Pen, no ven con buenos ojos la “moderación” del partido. Mismamente, Florian Philippot, antiguo jefe de campaña de Le Pen, crearía un nuevo partido en 2017, los Patriotas.
Donde más puede pescar Zemmour en este caso es en Reagrupación Nacional, según la encuesta de Ipsos, Le Pen perdería un cuarto de sus votos en favor de Zemmour. Los Republicanos un poco menos de un cuarto. La cuestión es que como hemos dicho, el viraje de Le Pen hacia la “desdemonización” del partido no ha gustado a muchos, ni siquiera dentro de su familia, ya que una de las más críticas con su visión es su sobrina Marion Marechal. Aunque ya fuera del partido, se rumorea que en el futuro intentará tomar las riendas del RN, para deshacer el camino emprendido de su tía y volver a una posición más dura de derechas.
Zemmour también cuenta con el apoyo del famoso novelista Michel Houellebecq, cuyo libro “Sumisión” ha sido un superventas en Francia. La novela es un futuro distópico en el cual gana en Francia un partido musulmán que impone una islamización en el país. En 2020, Houellebecq calificaría a Zemmour como un “símbolo de esperanza para los católicos”. También cuenta con el agrado del ex político de derechas Philippe de Villiers, y sobre todo de la revista de extrema derecha Valleurs Actuelles. La misma que publicó la controvertida tribuna de los militares que denunciaban la desintegración de Francia y la amenaza de una guerra civil. Otro de los grandes seguidores del polemista, es el magnate francés, Charles Gave, conocido defensor de la teoría del “gran remplazo” además de por sus vínculos con la extrema derecha. Gave declararía que estaba “convencido” que, si se presentaba a las presidenciales, Zemmour tendría un mejor resultado que Le Pen, “tiene una valentía increíble”.
No es extraño que Zemmour despierte tanta admiración y seguimiento, es un intelectual que hace continuas referencias a la historia de Francia en sus discursos. Tiene un gran dominio del sarcasmo que complementa con un discurso ácido. Hasta el propio ex líder del Frente Nacional, Jean Marie Le Pen ha bendecido su figura, afirmando que le “apoyará si es el mejor situado para ganar”. “Se subió a la barricada diciendo cosas que nadie se atrevía a decir excepto yo. Dice lo que piensa, pero con una audiencia más amplia” añadió el patriarca de los Le Pen. De momento, según las encuestas, Zemmour consigue más apoyos entre el electorado más acomodado, al contrario que Le Pen, que consigue un voto más popular. Queda por ver si finalmente, como todo apunta, hace oficial su candidatura a las presidenciales de abril, y si es capaz de alcanzar un público más transversal. La carrera por las elecciones en Francia aún nos guarda muchas sorpresas.
*Pablo del Amo, graduado en Historia y en el máster en Cooperación Internacional por la UCM. Interesado en geopolítica y en relaciones internacionales.
Artículo publicado en Descifrando la Guerra.
Foto de portada: Debate en BFMTV sobre el último libro de Zemmour: ¿un libro o un programa?.