Desplazados y refugiados Europa

No cabe tanta injusticia en una patera

Por Fayna Brenes Quevedo* –
Cuando la vía de la coacción y de la demonización no les funciona, invaden y bombardean países para robarles sus recursos y para destruir a sus gobiernos disidentes al orden establecido.

“¿Por qué hemos normalizado dividir el mundo entre privilegiados y miserables? ¿Acaso hay categorías de seres humanos? ¿Por qué se ha perdido la perspectiva económica en la lucha por los derechos sociales? ¿Qué fue de la convención de los derechos humanos y de las buenas intenciones de los países que hoy los pisotean? ¿Cuánto tiempo vamos a tardar en comprender que TODOS los humanos no millonarios somos despojos en potencia y qué si normalizamos y permitimos la exclusión y la crueldad sobre unos grupos humanos estaremos legitimando lo que, en un futuro, cuando a las corporaciones les interese, sea nuestro propio infierno?”

Es agosto de 2021, hace una semana 40 personas fallecieron ahogadas al volcar una barca en la costa del Sáhara Occidental, mientras dos embarcaciones más permanecen a la deriva en paradero desconocido, probablemente con unas 100 personas a bordo, no sabemos que ha sido de ellas. Hoy despertamos con la noticia de la muerte de 40 personas más intentando llegar a CanariasAyer 12 personas. Vidas que son solo números. Estamos en el lado privilegiado de la costa, no cabe duda. Las noticias lo cuentan hoy y mañana lo habremos olvidado. No hay lutos oficiales, no hay reuniones con los países de origen para evitar que esto vuelva a pasar.

La ruta canaria es la más mortal de las de entrada a Europa, la más peligrosa, la que están obligados a seguir las personas que en su legítimo derecho desean viajar. Ya que el Mediterráneo se ha cerrado con muros, vallas, cuchillas y se ha militarizado la frontera del lado de los países que hacen frontera; Marruecos, Argelia, Libia, Turquía, etc.

Los motivos del viaje son diversos, refugiados de guerra huyendo de la muerte y el horror, mujeres que huyen de la violencia sexual y físicarefugiados económicos que huyen de la pobreza, licenciados que sueñan con un trabajo acorde a sus estudios. Personas. Como nosotros, iguales.

El 1 de diciembre de 1942 se firma por la Organización de las Naciones Unidas la CONVENCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS. A estos seres humanos se les están vulnerando como mínimo 5 derechos fundamentales, los recogido en los artículos 3, 13, 14, 22 y 28.

Artículo 3: Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 13.1: Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país.

Artículo 14.1: En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.

Artículo 22: Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 28: Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

En las barcas que intentan llegar a Canarias viajan, de manera muy numerosa, niños y niñas que huyen, solos o con sus familias, de las situaciones en sus países de origen. Infancia vulnerada, infancia invisible, infancia sumergida en el mar. Me pregunto dónde quedaron los derechos de esa infancia.

CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO 20 DE NOVIEMBRE DE 1989.

“No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana”. Plan de Acción de la Cumbre Mundial a favor de la Infancia, 30 de septiembre de 1990.

Artículo 6 1. Los Estados Partes reconocen que todo niño tiene el derecho intrínseco a la vida. 2. Los Estados Partes garantizarán en la máxima medida posible la supervivencia y el desarrollo del niño.

Papel mojado y pisoteado por zapatos de charol y botas militares, eso parece que son los DERECHOS HUMANOS y los DERECHOS DEL NIÑO Y DE LA NIÑA.

Unas semanas atrás la prensa daba la noticia de que el parlamento británico reconocía que el ataque militar internacional a Libia se basó en mentiras y especulaciones. Libia era uno de los países más prósperos del continente africano, ahora es el infierno en la tierra, milicias, trata de esclavos… El parlamento reconoce, 10 años después que la masacre y destrucción del país estuvo basada en mentiras y suposiciones. Y el gas libio en manos de multinacionales de los países ricos. Aja…

Esto tiene un nombre y es saqueo, piratería, imperialismo o CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD como lo quieran llamar, todo menos el oxímoron “guerra-humanitaria”. ¿En qué estarán ocupados los tribunales internacionales?

Las multinacionales armamentísticas y energéticas y los gobiernos de que forman parte de la OTAN se cagan, literalmente, en los derechos humanos. Cuando la vía de la coacción y de la demonización no les funciona, invaden y bombardean países para robarles sus recursos y para destruir a sus gobiernos disidentes al orden establecido. Esto también tiene nombre y se llama Mafia Criminal.

La misma situación la hemos visto repetida en bucle, en Yemen, Siria, Irak, Afganistán, este último con cuatro décadas de invasión americana a sus espaldas y la alimentación de grupos integristas que hoy toman el país y siembran el terror en una población que no ha dejado de sufrir desde que a USA decidió que había que destruir el gobierno socialista. Guerras económicas, por el control de los recursos y de la sociopolítica del país. Millones de refugiados que salen huyendo, y los mismos que provocaron su desgracia cierran sus puertas. Crueldad se queda corto como adjetivo.

Como bien dice Michael Moore, Estados Unidos es el matón del patio del colegio, “o me das lo que quiero o te reviento”, pero no solo el país norteamericano. Europa, de tradición ilustrada, mantiene la imagen de neutral, de continente culto y alineado con los derechos humanos, con sus democracias antiguas y bla, bla, bla. Esto hace que nos cueste señalar a España, Francia, Reino Unido o Alemania como potencias invasoras, cuando sí lo son. Sus gobiernos actúan al rebufo de Estados Unidos como los colegas cobardes del matón que se hacen los locos, pero dan patadas cuando la víctima cae al suelo y sacan tajada del reparto del botín como buenos cómplices, sin eximirles esto de un gramo de culpa. La pandilla se hace llamar Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Y nosotros, ciudadanos “europeos” sin comerlo ni beberlo somos los destinatarios finales de esos recursos robados; gas, petróleo, minerales, etc., que luego se encargan las multinacionales de vendernos a precios inasumibles en forma de factura eléctrica entre otras. La pobreza energética, los refugiados de guerra y la acumulación obscena del entramado en torno a las corporaciones criminales, estas son las cartas del juego.

Mientras tanto España anuncia el “Plan Foco África”, mediante el cual pretenden que se aumente el porcentaje del PIB que proviene del continente africano. Esto quiere decir abrir el mercado africano a las empresas españolas para que puedan expoliar y explotar un poco más, si cabe, al sufrido continente y a su desesperada población. Para ello se propone a Canarias como lugar estratégico debido a su “curiosa cercanía”. La Patronal de empresarios de Canarias y La Casa de África ya están manos a la obra para este proyecto que, pretendiendo sacar tajada del continente vecino, se presenta como una obra de ayuda al desarrollo económico, casi de beneficencia de la exprimida cuna de la humanidad. Fronteras abiertas al capital y cerradas a las personas. En este plan hay un epígrafe para gestionar la migración africana, ¿más papel mojado?  No sabemos a qué están esperando. Las decisiones se toman en días, se firma un papel y ya hay un acuerdo comercial, el capital fluye. Rápido y sencillo. Todo para el dinero, nada para las personas.

Con lo fácil que sería condonar las injustas deudas externas y permitirles desarrollarse por sí mismos, dejando de interferir colocando corruptos gobiernos títeres o destruyendo el trabajo realizado durante años por los propios estados, como en los sangrantes casos de Yemen, Libia y Afganistán, estados fallidos en ruinas por la gracia de los bombardeos de Europa, de la OTAN y de la gran aliada Arabia Saudí.

Mientras se planea establecer empresas turísticas europeas en Cabo Verde, Senegal o Marruecoslos ciudadanos de estos y otros países tiene prácticamente prohibido acceder a Europa. Cada uno en su sitio y la especulación en el de todos. Es decir que las personas de primera categoría, que cuentan con el saldo bancario que lo certifique, podremos disfrutar de parajes prístinos en plena naturaleza selvática en Senegal o de maravillosas playas desiertas en la costa de Mauritania. A ellos les queda intentar venir en patera a trabajar en las plataneras.

La degradación ambiental y la esclavitud de la población local al sector servicios que trae la industria turística ya la conocemos bien por aquí. Además del entorno social que acompaña a estas zonas, una amenaza para una población pauperizada al máximo. Desestructuración cultural, turismo sexual son parte del paquete que conocemos las zonas explotadas para este fin.

Así que sí, podemos ir allí, a viajar y con nuestras súper empresas a enriquecernos. Mientras a la población local se les seguirá denegando sistemáticamente visados y las restricciones impuestas por el primer mundo y los países de origen los mantendrá encerrados cual ganado estabulado y les impedirá buscar una vida digna, viajar por placer, estudiar, a menos que pertenezcas a una micro élite de súper ricos. Y así está el mundo.

Luego nos extrañamos que se monten en una barquilla que hace aguas y se enfrenten al océano atlántico y a su furia, con sus niños en jarras y sus sueños en el alma, luego nos extraña.

Ni un mísero luto oficial decreta el gobierno de España por la tragedia constante de muertes en aguas canarias, ni un mísero luto… Ni una mísera declaración por la muerte de cientos de personas, por la desaparición de centenares de vidas humanas en el mar, en nuestras costas, en nuestras playas o en la costa del vecino Sáhara Occidental.

Mientras tanto, el presidente del Gobierno pasando sus vacaciones en Lanzarote. Para eso sí es importante Canarias… Pero no para que dejemos de recoger cadáveres del mar. No parece una prioridad conseguir que tanta gente deje de lanzarse al mar a un “Europa o la muerte”. No cumplen su función los gestores que deben generar las soluciones. Es vergonzoso y cruel a partes iguales.

¿Por qué hemos normalizado dividir el mundo entre privilegiados y miserables? ¿Acaso hay categorías de seres humanos? ¿Por qué se ha perdido la perspectiva económica en la lucha por los derechos sociales? ¿Qué fue de la convención de los derechos humanos y de las buenas intenciones de los países que hoy los pisotean? ¿Cuánto tiempo vamos a tardar en comprender que TODOS los humanos no millonarios somos despojos en potencia y qué si normalizamos y permitimos la exclusión y la crueldad sobre unos grupos humanos estaremos legitimando lo que, en un futuro, cuando a las corporaciones les interese, sea nuestro propio infierno?

Mientras el capital domine el rumbo, la historia estará marcada por la tragedia.

Urge recuperar la perspectiva de los derechos humanos y hacer cumplir la legalidad internacional.

*Fayna Brenes Quevedo, miembra de la Red De Apoyo a Migrantes de Fuerteventura.

Artículo publicado en El País Canario.

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