La canciller de Alemania, Angela Merkel, se reunirá este viernes en Moscú con el presidente ruso, Vladímir Putin, por primera vez desde que comenzó la pandemia. Se trata de la vigésima y última visita de la jefa del Gobierno alemán a Rusia antes de que deje su puesto.
«Creo que quiere terminar su cancillería con un paso positivo hacia Rusia. Querrá poner los puntos sobre las íes en sus relaciones con Rusia y también crear un puente para que su sucesor político siga y trabaje con Moscú», señaló el politólogo Alexander Rahr a TASS.
¿Qué temas estarán sobre la mesa?
Se prevé que ambos dirigentes examinen «el estado y las perspectivas de colaboración bilateral en diferentes áreas y cuestiones actuales en el ámbito regional e internacional», indicaron desde el Kremlin.
En particular, los mandatarios tratarán temas como la lucha contra el coronavirus, el conflicto en el sureste de Ucrania, la situación en torno a Bielorrusia, así como la actual crisis en Afganistán tras la llegada al poder de los talibanes.
En relación a Ucrania, también se abordará su papel como país de tránsito del gas natural ruso a Europa en el contexto del gasoducto Nord Stream 2. El representante oficial del Gobierno alemán, Steffen Seibert, indicó que su país se esforzará en asegurar que Rusia siga exportando su gas a Europa a través de las tuberías ucranianas, incluso después de que la canalización del Nord Stream 2 sea terminada y el proyecto se ponga en marcha.
El jefe de la compañía energética rusa Gazprom, Alexéi Míller, recordó el mes pasado que con dicho gasoducto los consumidores europeos podrán recibir un gas más barato, mientras que la huella de carbono de los suministros será 5,6 veces menor que la de la ruta que pasa a través de Ucrania.
En cuanto a las suposiciones de que Moscú aspira a aprovecharse del proyecto como una herramienta geopolítica, Míller recalcó que Gazprom «siempre ha percibido Nord Stream 2 como un proyecto económico«.
Revuelto clima político en Alemania
La canciller llega a Moscú en medio de un clima político interno no exento de críticas en víspera de las futuras elecciones generales y de acusaciones en relación a la situación en Afganistán. Esta semana el periódico Bild reprochó en uno de sus artículos a la dirigente que fuera al cine mientras «miles de ciudadanos alemanes y afganos temen por sus vidas en Afganistán».
Paralelamente, la oposición criticó el modo en que el Gobierno manejó las devastadoras inundaciones que azotaron Alemania el pasado mes de julio, en las que perdieron la vida más de 160 de personas. Entre otras cosas, cuestionaron la eficacia del sistema de alerta, que debería haber notificado a los ciudadanos del desastre inminente. Por su parte, las autoridades rechazan estas acusaciones.
Otra ola de recriminaciones giró en torno al potencial sucesor de Merkel, Armin Laschet, que fue captado riéndose mientras el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, daba un discurso en el que se solidarizaba con las víctimas de los diluvios.
Merkel anunció en 2018 que no presentará su candidatura en las elecciones federales de 2021, programados a celebrarse el próximo 26 de septiembre. En vez de ella, el partido Unión Demócrata Cristiana (CDU), designó a Laschet como pretendiente a la Cancillería.
Artículo publicado en Actualidad RT.
Foto de portada: El presidente de Rusia, Vladímir Putin, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, durante una reunión en Moscú, el 11 de enero de 2020.Serguéi Gunéev / Sputnik.