Se acerca la tan esperada fecha de culminación de la construcción del gasoducto Nord Stream 2. Esta semana el embajador de Rusia en Alemania, Serguéi Nechaev, informó en una entrevista para el periódico ruso Izvestia que la construcción se completará en cuestión de semanas.
Como hemos explicado en Misión Verdad, este gran proyecto gasífero crea grandes incomodidades a Estados Unidos porque perdería influencia geopolítica en la arena europea. Por ello, los obstáculos para retrasar o impedir su construcción han sido el pan de cada día, sea por amenazas o por medio de la promulgación de leyes internas estadounidenses, como la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA), que terminan derivando en la imposición de «sanciones» extraterritoriales a las empresas vinculantes o al proyecto per se.
En julio de este año, los gobiernos de Estados Unidos y Alemania publicaron una declaración conjunta sobre Nord Stream 2 para resolver la disputa y finalmente aceptar que ya es un hecho la activación del gasoducto que se traza desde la costa de Rusia a través del Mar Báltico hasta Alemania.
Tal iniciativa fue impulsada por la administración de Joe Biden en un desespero para mantener su posición en ese tablero, sin tomar en cuenta a Rusia como principal actor del proyecto energético ruso-europeo.
Declaración germano-estadounidense
A mediados del mes de julio la Canciller alemana, Angela Merkel en su visita oficial a Washington, sostuvo una reunión con el presidente estadounidense Joe Biden, cuyo tema central era el gasoducto submarino Nord Stream 2.
A partir de allí, días después en un clímax a regañadientes, se publica lo acordado como «Declaración conjunta de los Estados Unidos y Alemania sobre el apoyo a Ucrania, la seguridad energética europea y nuestros objetivos climáticos». Dentro de esa declaración, se hace uso de tres frentes justificativos a las próximas exasperadas acciones de injerencia de Estados Unidos en la zona euroasiática, a saber:
- Ucrania: país empleado como carta por Estados Unidos tanto como Estado satélite como en la falsa narrativa romántica de apoyo y protección.
- Seguridad energética europea: desde la perspectiva estadounidense, es una fachada aplicada para hacer valer su influencia, en términos de dependencia de recursos energéticos, en el continente europeo.
- Objetivos climáticos: si bien existe la emergencia climática global, los voceros de esta administración estadounidense aprovechan esta bandera para entorpecer o frenar solamente proyectos energéticos de otros países; cuando la distribución del uso de la energía y de la responsabilidad de emisión de gases de efecto invernadero no es equitativa, ya que Estados Unidos, en prinicipio, y sus empresas producen mayores emisiones que cualquiera.
Basado en esto, se despliega en la declaración las conocidas amenazas. Se señala a Rusia como un país que usa la energía como arma y que a posibles agresiones en contra de Ucrania, el gobierno de Alemania tomaría medidas para que se limite la exportación de gas a Europa.
«Este compromiso está diseñado para garantizar que Rusia no hará un mal uso de ningún oleoducto, incluido Nord Stream 2, para lograr fines políticos agresivos utilizando la energía como arma».
En ese apartado, es necesario traer a colación un artículo del New York Times del año 2014, en pleno boom del shale y las tensiones con Ucrania-Crimea, la administración estadounidense de ese entonces liderada por Barack Obama, inició la política de suministro de gas natural a Europa, precisamente como arma contra Rusia.
La estrategia se iniciaba con la fundación de la Oficina de Recursos Energéticos del Departamento de Estado en 2011, cuyo propósito era canalizar el auge energético interno en una «herramienta» geopolítica para promover los intereses estadounidenses en todo el mundo, así que esa vez con Rusia buscaron aprovechar las ventajas de sus nuevos recursos para reducir las ventas de gas natural ruso a Europa, entonces en el argot geopolítico: hoy el escenario se voltea.
Y es que la parte rusa ha declarado en repetidas ocasiones que nunca ha utilizado los recursos energéticos como instrumento de presión. El presidente ruso, Vladimir Putin explicó en el un Foro Económico en St. San Petersburgo el pasado 4 de junio que Nord Stream 2 contribuirá tanto a la seguridad energética de Europa y como a un suministro fiable de los consumidores europeos.
Por otro lado, asomaron la agenda climática creando la Asociación para el Clima y la Energía entre Estados Unidos y Alemania para establecer un Fondo Verde para Ucrania según para apoyar la conocida transición energética, la supuesta eficiencia energética y la pantomima de seguridad energética de Ucrania, que sólo corresponde a la seguridad de Estados Unidos.
La declaración fue un documento enmarcado a señalar a Rusia, principalmente de manera negativa, así como indicar muchas propuestas bajo la narrativa de «Alemania se compromete». Finalmente, después del encuentro entre Biden y Merkel en la conferencia de prensa final, Biden expresó que «los buenos amigos pueden tener opiniones diferentes» y que ya no tenía sentido operar con «sanciones», el gasoducto llevaba adelantado un 90% y estaban involucrados de lleno Alemania como Estado y empresas como la francesa Engie, la austríaca OMV, la británica Shell y las alemanas Uniper y Wintershall DEA.
Pulso geopolítico
A todas luces, el Nord Stream 2 permitirá la entrada de gas adicional en los mercados europeos en 2022, lo que mejorará la situación actual de escasez de suministro. Además, estará preparado para el transporte de la mezcla de metano-hidrógeno en un futuro próximo y a corto plazo, los suministros adicionales a través de Nord Stream 2 ciertamente mejorarán la situación de almacenamiento y podrían proporcionar algunos precios más bajos.
Si algo es cierto, es que los precios del gas en Europa están alcanzando récords altos debido al aumento de la demanda y una disminución simultánea en el suministro de gas natural licuado. El gasoducto en cuestión duplicará el suministro de gas a la UE a través del Mar Báltico.
En cuanto al pulseo geopolítico existente tras la inevitable culminación del Nord Stream 2, Matthias Warnig, director ejecutivo de la compañía de proyectos Nord Stream 2 AG, refuerza el logro por venir, explicando que «se ha completado el 98% del gasoducto. El 2% restante se relaciona con una de las dos líneas, suponemos que la construcción estará terminada a fines de agosto. Nuestro objetivo es lanzar el oleoducto este año».
En una entrevista para el periódico alemán Handelsblatt, Warnig destacaba que las «sanciones» estadounidenses complicaron los trabajos en todos los aspectos, incluyendo las certificaciones internacionales para cumplir con los estándares de la industria.
De hecho, la construcción de este gasoducto se suspendió en diciembre de 2019 después de que Swiss Allseas abandonara el tendido de tuberías debido a las «sanciones» de Estados Unidos, así que la empresa Nord Stream siguió por su cuenta junto a otras empresas también amenazadas.
No obstante, se suponía que la declaración entre Estados Unidos y Alemania pondría fin a los intentos de Estados Unidos de bloquear el lanzamiento de Nord Stream 2, pero el 2 de agosto, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Bob Menéndez, emitió un comunicado en rechazo al acuerdo de Estados Unidos y Alemania, éste fue firmado por otros congresistas de Estonia, República Checa, Irlanda, Letonia, Polonia, Ucrania, Reino Unido y Lituania.
Cabe señalar que en la declaración de Menéndez no hay firmas de congresistas de los grandes Estados continentales, aparte de Alemania, como Francia, Italia, España, por ejemplo. Así que tiene poco peso geopolítico.
El comunicado dice que la finalización del gasoducto Nord Stream 2 aumentará la influencia del gas natural ruso en el mercado europeo y representará una amenaza para la seguridad nacional de la Unión Europea y los Estados Unidos, así como para la soberanía y seguridad de Ucrania.
De esta manera, estos congresistas solicitaron a la OTAN y la Unión Europea que abran el camino para que Ucrania se convierta en miembro de ambas organizaciones. Insisten en la necesidad de consultas transatlánticas sobre todas las decisiones futuras relativas a Nord Stream 2.
Dando continuidad a la línea de rechazo y presión antirrusa, el senador republicano estadounidense y miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado Ted Cruz, admite que Joe Biden le dio a Putin una victoria geopolítica generacional al ceder en la imposición de las «sanciones» de Nord Stream 2.
En consecuencia, el senador Cruz propone un proyecto de ley que imponga medidas coercitivas unilaterales de inmediato al Nord Stream 2, un proyecto que «de completarse amenazaría la seguridad nacional de los Estados Unidos», argumentó el senador.https://www.youtube.com/embed/cnc_4sTcT6s
En definitiva, se infiere que la alerta de ahora en adelante radica en las posibles operaciones encubiertas por parte de Estados Unidos para afectar el suministro de gas bajo este proyecto, pues el nombramiento oficial de Amos Hochstein como Representante de Energía del Departamento de Estado y uno de los principales oponentes de Nord Stream 2 hace ver las típicas maniobras de injerencia estadounidense en los intereses económicos de otras naciones.
Las últimas posturas de algunos operadores políticos estadounidenses asoman que sigue existiendo la posibilidad de imponer «sanciones» a las empresas involucradas en la construcción y operación de Nord Stream 2 a través del congreso estadounidense, pese a la declaración germano estadounidense.
Y se suma el hecho de que quedan menos de dos meses para las elecciones al Bundestag, que darán lugar a la formación de un nuevo gobierno alemán, así que será el sucesor de Merkel el que continúe con los manejos de esta índole.
En la contienda están Armin Laschet, por Partidos de la Unión que tiene la intención de adherirse a la implementación del proyecto Nord Stream 2, y en la contra está la candidata de los Verdes, Annalena Berbock, que se opuso a la construcción.
Estos movimientos de fichas desde el Congreso por parte de Estados Unidos, e incluso el nombramiento del enviado especial, son acciones desesperadas ante el fracaso de la negociación de Biden con Merkel que solo resultó en una simple declaración, sin firma de acuerdos. La amenaza sancionatoria sigue latente, pero la finalización y puesta en marcha del nuevo Nord Stream 2 es ineludible.
Esta semana (20 de agosto) Angela Merkel se reunirá con Vladimir Putin para finiquitar los últimos puntos referentes al proyecto gasífero de gran importancia para Alemania.
Por Misión Verdad.
Artículo publicado en Misión Verdad.
Foto de portada: Angela Merkel se reunirá con Vladimir Putin para finiquitar los últimos puntos referentes al Nord Stream 2 (Foto: Reuters)