Primera Parte – Segunda Parte – Tercera Parte.
La compleja división étnica que dejó el desgarro nacionalista y occidental de Yugoslavia está lejos de estabilizar los Balcanes con los acuerdos posteriores a las Guerras de los Balcanes. Numerosos son los contactos diplomáticos entre los países europeos y Estados Unidos para seguir en la búsqueda de posibles arreglos en los Balcanes occidentales antes de su integración en la Unión Europea. Y uno de los casos más complejos es el de Bosnia y Herzegovina, con una débil identidad que mantiene a cada comunidad velando por sus intereses nacionales.
Documento esloveno
La ampliación en forma de efecto dominó del tablero en juego hizo que Croacia propusiera abiertamente una reforma electoral en Bosnia y Herzegovina para mejorar su influencia directa sobre el país vecino. ¿Por qué Croacia? Este movimiento es clave ya que la mayoría de problemas de funcionamiento interno de Bosnia y Herzegovina se mueven en términos electorales por la ineficacia del sistema de pactos étnicos, cambiantes en todos los puntos del país. Y si la Unión Europea había apostado por negociar con Macedonia del Norte, Montenegro, Serbia, Albania y Kosovo en lugar de abducir a su satélite bosnio es porque quedaban numerosas reformas que realizar para que dichos pactos no supusieran injusticia y falta de igualdad de oportunidades constitucionales como, de hecho, suponían. En ese sentido se movía la propuesta croata, a la que se habrían unido varios países de manera no oficial, como demuestran filtraciones de documentos de trabajo informales previos a las conversaciones con el Consejo Europeo. De hecho, integrar a Bosnia y Herzegovina sin el arreglo político podría introducir directamente en el corazón europeo un caballo de Troya de Moscú y de Ankara.
Una de esas propuestas tomó la idea de Croacia y la desarrolló en un plano de máximos para la alteración en cadena, como se ha explicado, de toda la región. El documento “esloveno” era conocido así por haber sido transmitido desde canales cercanos al Primer Ministro Janez Janša. Y es que Eslovenia se habría unido al proyecto croata, junto a otros países ortodoxos como Grecia, Chipre y Bulgaria con intereses en la región, junto a Hungría, desde donde se habría elaborado el documento. Los ojos se pusieron sobre Eslovenia por su envío al Consejo Europeo, de cara a lo que pueda implicar en su papel como Presidente temporal del Consejo en el segundo semestre de 2021, tras Portugal.
Las relaciones entre Eslovenia y Croacia han mejorado bastante desde la delimitación fronteriza que causó un conflicto diplomático entre ambos países en 2009, con el bloqueo de Eslovenia a la adhesión de Croacia a la Unión Europea. Eslovenia demandaba una salida desde su mar soberano hasta las aguas internacionales con un corredor y unas aguas en disputa en base a la frontera del golfo de Piran, cuyo fallo en la Corte Internacional de Justicia no fue admitido por Croacia ante el escándalo de manipulación eslovena sobre el tribunal. El conflicto se debe a la inexistencia de una delimitación marítima interna entre la Eslovenia y la Croacia yugoslavas cuando Tito asignó las fronteras terrestres del territorio anexionado de Italia al sur de Trieste tras la II Guerra Mundial.
Pero una vez integrados en la Unión Europea, la derechización de ambos partidos de gobierno ha unido algunas de sus posturas con las del Grupo de Visegrado, cercano a la concepción de la “Europa de las naciones” y de los “Estados-nación”, así como el conflicto fronterizo pasó a un segundo plano. El Primer Ministro de Eslovenia, Janez Janša, ha sido el líder europeo más cercano a Donald Trump y el único en hablar de su victoria en 2020 antes de confirmarse el vuelco en favor de Biden. La postura de Donald Trump ha levantado el tabú sobre la movilidad de las fronteras y la negociación entre Serbia y Kosovo. Y así Janez Janša ha protagonizado ese acercamiento a Croacia, principal actor que propone reformar los consensos de Dayton en Bosnia y Herzegovina, hasta el punto de haber representado a Croacia en una reunión del Consejo Europeo ante la ausencia de su representante.
Una vez publicado el papel de trabajo con carácter no oficial por el medio esloveno Necenzurirano, la Unión Europea y las presidencias de Eslovenia –Borut Pahor- y Croacia -Zoran Milanović- han negado la pretensión de disolver Bosnia y Herzegovina. El miembro bosnio-croata de la Presidencia de Bosnia y Herzegovina, Željko Komšić, sin embargo, asegura haber hablado con Borut Pahor de la cuestión para la solución bosnia en su visita, posterior al envío del “documento esloveno” a la Comisión Europea. Según el medio esloveno serían al menos tres los documentos no oficiales y, efectivamente, en al menos uno se contempla la segunda balcanización. Se menciona la anexión de Kosovo a Albania, de la República Srpska a Serbia y de los cantones bosnio-croatas a Croacia. Tanto esta última conexión croata como la situación de los municipios serbios del norte de Kosovo tendrían la opción de obtener una entidad autónoma que el documento compara con Tirol del Sur –autonomía de lengua germana acordada con Austria en el norte de Italia-. Borut Pahor en mayo de 2021 expresó su apoyo a la entrada “en bloque” de todos los países de los Balcanes a la Unión Europea, tras reunirse con el Presidente serbio, Aleksandar Vučić, lo cual implica la continuidad bajo las fronteras actuales y la integridad territorial de Bosnia y Herzegovina. Pero obvia el necesario arreglo previo entre Kosovo y Serbia o entre Macedonia del Norte y Bulgaria.
El remanente Estado bosnio-bosníaco se vendería como una oportunidad para los propios bosníacos de hacerse cargo de su propia soberanía y garantizar su responsabilidad con el futuro en base a sus decisiones como pueblo. Sin embargo el hipotético Estado bosnio-bosníaco permitiría diluir absolutamente la influencia creciente de Turquía en Bosnia y Herzegovina, evitando también lo propio con su entrada en la Unión Europea bajo su forma actual. De hecho se menciona la posibilidad de que el Estado bosnio-bosníaco vote su posible adhesión a la Unión Europea, comparando su negativa con la situación en que se encuentra Turquía. Cuestión que parece no preocupar en los casos de Albania y Kosovo pero sí se menciona con respecto a la influencia turca en Macedonia del Norte. Bakir Izetbegović, el líder bosníaco del Partido de Acción Democrática (SDA) en Bosnia y Herzegovina -cuyo representante en la Presidencia es Šefik Džaferović- afirmó tras la publicación de la documentación “eslovena” que no está “seguro de que no fuera a haber una nueva guerra” en los Balcanes. Izetbegović fue representante bosníaco entre 2010 y 2018 pero el SDA en estas décadas se ha movido desde una posición cercana a la Hermandad Musulmana hacia una moderación al estilo de los democristianos europeos, quedando, no obstante, muy cerca del AKP turco de Erdogan.
Interés croata
En otro de los documentos la principal reforma electoral que promueve Croacia en Bosnia y Herzegovina implica la igualdad de oportunidades electorales entre todos los ciudadanos, uno de los focos que ponen la Unión Europea y el Tribunal Constitucional para enmendar la división electoral étnica que surgió con Dayton. Como se ha comentado, la población serbobosnia solo es elegible para la República Srpska si reside en ella y ocurre lo propio con la población bosníaca y bosnio-croata en la Federación de Bosnia-Herzegovina. La población que reside en la otra entidad federal no es elegible para la región asignada a su comunidad. Además, el hecho de que la comunidad bosnio-croata tenga que compartir su espacio demoscópico con los bosníacos impide que Zagreb pueda influir significativamente en la elección del miembro bosnio-croata.
La Unión Democrática Croata (HDZ) es el partido gobernante del Primer Ministro croata, Andrej Plenković, y representa una derecha que se ha apoyado en un fuerte nacionalismo croata. Así se vio en la retórica anti migratoria y la simbología ustacha –colaboracionismo nazi- de la ex Presidenta Grabar-Kitarović. El relevo de Grabar-Kitarović (HDZ) por Zoran Milanović (SDP socialdemócrata) se ha dado con un acercamiento de Croacia con Serbia, pero la figura fuerte en el país es el Primer Ministro, Andrej Plenković, ya que el sistema político se reformó hacia el parlamentarismo. De modo que el HDZ croata sigue queriendo influir en Bosnia y Herzegovina, donde el representante bosnio-croata, Željko Komšić, es socialdemócrata. Si se reformara la ley electoral bosnia para que todos los bosnio-croatas pudieran elegir a su representante, Zagreb podría influir más directamente sobre la elección del representante bosnio-croata, ya que no debería contar con el voto bosníaco. La misma situación se contempla si se reformaran los Acuerdos de Dayton para crear una tercera entidad federal bosnio-croata, lo cual aumentaría el peso tanto de Croacia como de Serbia, al dividir la Federación en dos. De hecho, esta última opción se contempla en uno de los documentos “eslovenos” cuya autoría es desconocida.
Por eso conviene a Plenković esta reforma de la Federación de Bosnia-Herzegovina, facilitando que el candidato de HDZ, Dragan Čović, pudiera tener más presencia que el socialdemócrata, Željko Komšić. Y aquí reside una parte del apoyo de Milorad Dodik a los cambios croatas. HDZ ya preside la entidad mixta de la Federación de Bosnia-Herzegovina aunque no lograra imponer a su candidato a la Presidencia federal. Dodik se mostró favorable al debate sobre las iniciativas extranjeras en Bosnia y Herzegovina desde el primer momento. Alemania criticó esta posibilidad y la calificó “no solo de no [ser] realista sino que es peligroso incluso iniciar el debate”.
De hecho, Čović y Dodik se han apoyado en sus críticas a la tutela internacional, como en los ataques que lanzaron conjuntamente contra el Alto Representante para Bosnia y Herzegovia, Valentin Inzko, en una reunión previa a un Consejo de Seguridad de la ONU en 2020. Allí Dodik cuestionó por qué los albanokosovares podían tener un Estado propio pero no los serbobosnios. Las declaraciones de Dodik fueron potentes: Serbia, Croacia y parte de Bosnia y Herzegovina estarían de acuerdo en abolir la figura del Alto Representante. Consideraban que Inzko solo hablaba en nombre de la población bosníaca y, según Čović, no representaría la realidad de Bosnia y Herzegovina. Es interesante saber que estas palabras fueron rechazadas por Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos. El representante bosníaco rechazó asistir puesto que se estaba ignorando a las autoridades reales de Bosnia y Herzegovina. Rusia, que había invitado a Čović a pesar de que el representante bosnio-croata era Komšić, recibió las declaraciones como la voluntad de sus comunidades.
Integridad bosnia
Entendida la postura croata y dado el consenso aparente en Europa sobre los Acuerdos de Dayton, tanto Milanović (SDP) como el esloveno Pahor mostraron su apoyo a la integridad de Bosnia y Herzegovina, mientras Plenković (HDZ) evitaba la polémica. Es el HDZ quien más tiene que ganar aprovechando la colusión con los intereses serbios sobre la República Srpska, aún más cuando Trump y Janša ya no veían con malos ojos un intercambio territorial. Los Presidentes de Croacia y Eslovenia aparentaban estar más cerca de los postulados de Bruselas mientras sus respectivos Primeros Ministros, con el poder ejecutivo, no verían con malos ojos una redefinición regional. Sobre todo Croacia.
Los responsables del Ministerio de Exteriores de Eslovenia negaron haber propuesto los cambios territoriales del documento y lo calificaron de “manipulación para comprometer al gobierno [de Eslovenia]”, pero reconocieron la existencia de, al menos, uno de los documentos no oficiales. Mientras los socialdemócratas eslovenos solo habían oído hablar de un anterior documento de trabajo no oficial en favor de la integración europea de Bosnia y Herzegovina, desde el tablero de juego bosnio el gobierno consideraba que nadie en Bruselas podría tomarse en serio tal propuesta. El Consejo Europeo, sin embargo, sigue la línea de Alemania y Francia pero cada vez más actores cuestionan la vigencia de Dayton lejos de Bruselas.
El Ministerio de Exteriores de Croacia ha apostado por acometer los cambios electorales en Bosnia y Herzegovina para garantizar la igualdad de derechos entre las tres comunidades bosnias. Y no parece descabellado que se produzca algún cambio en la legislación electoral bosnia puesto que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ya ha fallado numerosas veces que dicho sistema discrimina sistemáticamente los derechos de sus ciudadanos en las elecciones. Lo cual no es óbice para descartar que si la Unión Europea permite una reforma electoral, no vaya necesariamente de la mano de la creación de una tercera entidad federal.
A pesar de los cambios propuestos por Croacia, se da la situación de que Serbia y, sobre todo, Rusia, alertan sobre el camino por el que la Unión Europea estaría llevando a la región. Serbia es partidaria de entrar en la comunidad europea –con sus momentos de reserva por su buena relación con China y Rusia- pero es crítica con la OTAN. No solo para sí sino para Bosnia y Herzegovina. En la organización atlántica solo resta la membresía de estos. Esto se demuestra en la campaña de Montenegro, donde la amalgama de partidos cercanos a Serbia, cercanos a Rusia y contrarios a la OTAN no va a poder revertir las grandes decisiones con respecto a la OTAN a pesar de su histórico resultado de 2020.
Rusia declaró en marzo de 2021 que tendría que reaccionar ante un hecho hostil como consideraría si Bosnia y Herzegovina se integrase en la OTAN, dada la intención de los representantes bosníacos y bosnio-croatas. Aunque Komšić se haya reunido con el Embajador de Rusia, tanto él como el miembro bosníaco de la presidencia, Šefik Džaferović, se negaron a reunirse con el Ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, en diciembre de 2020. Ambos consideraban deshonesto su trato a las instituciones bosnias durante su reunión con Milorad Dodik, el líder serbobosnio, partidario de la “neutralidad” bosnia y contrario a la adhesión a la OTAN.
Este es el potencial punto de discordancia mayor entre los serbobosnios y los bosnio-croatas ya que implica visiones diferentes del futuro estratégico de sus comunidades pero, de nuevo, la división bosnia permitiría a ambos llevar a término su visión. De todos modos, con la propuesta para crear una tercera entidad étnica en Bosnia y Herzegovina se han suavizado las aspiraciones otanistas de los bosnio-croatas, especialmente de la HDZ. Cuanto más enfocada se encuentre la cuestión nacional bosnia, más partidarios se hallan de su adhesión a las instituciones supraestatales occidentales, pero los reformistas y rupturistas con la identidad bosnia priorizan sus focos de influencia regional, sobre todo los serbobosnios pero también la HDZ croata. Los bosníacos parecen ser los más partidarios de la apuesta por un Estado bosnio bajo dinámicas “cívicas” frente a las nacionalidades, al tiempo que demandan el control de los díscolos a Dayton mediante el poder de un depauperado Alto Representante para Bosnia y Herzegovina.
*Alejandro López Canorea, antropólogo, profesor y biólogo especializado en gestión de socioecosistemas. Ahora me dedico al análisis de política internacional.
Artículo publicado en Descifrando la Guerra.
Foto de portada: Cartel de bienvenida a la República Srpska (República Serbia de Bosnia y Herzegovina). Fuente: Wikimedia.