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«NO PODEMOS HABLAR DE GUERRA, LOS PALESTINOS NO TIENEN EJÉRCITO»: EUROPARLAMENTARIO MANU PINEDA

Karen Méndez Loffredo* – Más de 80 palestinos han sido asesinados durante los últimos tres días tras los ataques aéreos de Israel contra la Franja de Gaza. A su vez, el lanzamiento de misiles por parte de la resistencia palestina ha acabado con la vida de siete israelíes.

A la ya delicada situación, el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, informó que su país se prepara para lanzar una operación terrestre en la Franja de Gaza, un territorio que Israel mantiene bloqueado desde el año 2007 y que sufre una delicada situación humanitaria.Sobre esta nueva escalada de violencia, Sputnik conversa con Manu Pineda, eurodiputado español y presidente de la Delegación del Parlamento Europeo para las Relaciones Unión Europea-Palestina.

—Israel continúa con el bombardeo a la Franja de Gaza. Ya van más de 80 civiles asesinados, entre ellos unos 17 niños. Por su parte, la resistencia palestina continúa con el lanzamiento de misiles a Israel. Ya van 7 asesinados. ¿Qué provocó esta nueva escalada de violencia?

Sobre el origen real podemos especular. En mi opinión, este tipo de agresiones coinciden siempre con problemas del primer ministro Benjamin Netanyahu y problemas internos de Israel. Imagino que sabéis que ahora mismo tiene una inestabilidad bárbara, que ha tenido que ir cuatro veces seguidas a elecciones porque no consigue formar gobierno y que parece que podría perderlo en manos de un tipo que es incluso peor que él, que es el líder de los colonos.

Todo esto se inicia con el intento de desalojo de las familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrah en Jerusalén Este, fue una barbaridad cuando quisieron desalojar a familias que viven allí desde hace muchísimas generaciones para darle sus viviendas a los colonos, en un intento de judeizar la ciudad de Jerusalén Este.

Luego sigue con la provocación que supone para los palestinos, y mucho más en Ramadán, de impedirles que accedan a la mezquita a rezar, vaciar la ciudad vieja para que pueda pasearse por ahí una manifestación de colonos, celebrando la ocupación ilegal desde el año 1967 de la Ciudad Vieja.

Luego, ya el último paso que es el más sangriento, es el de los bombardeos sobre la Franja de Gaza que están teniendo lugar desde el lunes 10 de mayo.

El origen táctico, puntual podríamos situarlo en los problemas internos que tiene Netanyahu, que además de los que he dicho, tiene problemas por acusaciones de corrupción contra él y su familia, y que podrían acabar con él en la cárcel. Luego, de forma estratégica, es el intento para que los palestinos salgan de Palestina y dejarles la totalidad de la Palestina histórica a los colonos judíos.

—Israel defiende su derecho a la legítima defensa, y EEUU le apoya en este sentido. ¿Israel está aplicando la legítima defensa respetando el uso proporcional de la fuerza, como lo establece el derecho internacional?, ¿se están enfrentando en igualdad de condiciones?

—En absoluto. Yo tengo la circunstancia de que he vivido las dos últimas agresiones sobre la Franja de Gaza allí, en la Franja de Gaza, y este mismo argumento lo escuchaba en las dos agresiones anteriores.

En la última agresión, que fue en 2014, yo iba en la ambulancia y cuando escuchaba tanto a los voceros israelíes como a los portavoces de Estados Unidos hablar de la legítima defensa, de operaciones casi quirúrgicas contra elementos terroristas, yo estaba recogiendo cuerpos destrozados de niños de tres, de seis meses, de un año, de tres años, a madres de los niños.

Bombardeaban a familias enteras cuyo único «delito» que cometieron fue ser palestinos y querer seguir viviendo en Palestina. Y se estaban llevando a cabo masacres contra civiles. Eso no es el derecho a la legítima defensa, eso no es un uso proporcionado de la violencia, eso es un crimen, un genocidio absoluto contra un pueblo por el simple hecho de querer seguir viviendo en su tierra.

Aquí nosotros no podemos hablar de guerra. Una guerra es cuando hay un conflicto bélico entre dos Estados que tienen ejércitos y que combaten entre ellos. Los palestinos no tienen ejército, por los Acuerdos de Oslo no tienen derecho a tener ejército, ahí lo que hay es una resistencia muy arcaica que prácticamente pelea con tirachinas frente a aviones de combate. No podemos hablar de eso.

Yo creo que lo que están haciendo los palestinos es fruto de la desesperación, los están bombardeando en su tierra, en una franja donde no tienen un búnker dónde meterse, no tienen una boca de metro dónde protegerse, no tienen una frontera por dónde salir porque la Franja de Gaza lleva bloqueada 15 años y en esa pequeña franja de tierra nacen y mueren los palestinos sin tener opción a salir y no tienen más que hacer que pelear con lo que tienen. Pero creo que es absolutamente injusto equiparar lo que hace uno de los mayores ejércitos del mundo contra una población desarmada que no tiene capacidad de combatir más allá de sus uñas, sus piedras y su desesperación.

—La ONU ha expresado su preocupación. La Unión Europea dice que debe cesar la violencia. Usted, como presidente de la delegación del Parlamento Europeo para las relaciones con Palestina, ¿qué piden a la Unión Europea para frenar esta escalada de violencia y resolver el conflicto israelí-palestino de fondo?

Yo creo que la Unión Europea tiene mecanismos suficientes para presionar a Israel más allá de las declaraciones que hace. Las declaraciones que hace, la mayoría de los casos, van en el buen sentido, cuando condenan sin paliativos los nuevos asentamientos israelíes, cuando se producen actos ilegales también, pero en situaciones como esta, me parece, que mantiene una equidistancia que no se corresponde con la realidad, cuando habla de los dos bandos del conflicto, dándole el mismo tratamiento a los dos, cuando ya he explicado mi visión sobre este conflicto.

Yo creo que aquí hay elementos suficientes para presionar. Por ejemplo, la Unión Europea tiene un acuerdo de asociación con Israel que en su cláusula segunda plantea que este acuerdo está basado en el resto a los derechos humanos de ambas partes, y es obvio que Israel está vulnerando los derechos humanos del pueblo palestino. Se debería aplicar esa cláusula para suspender este acuerdo de asociación mientras Israel no respete los derechos humanos del pueblo palestino, el derecho internacional y los tratados internacionales, así como los mismos compromisos firmados con el propio régimen israelí.

Tenemos a Israel que pertenece a programas, como el programa Horizonte, que está sirviendo para financiar a la industria armamentística de Israel. Se financian a empresas que fabrican los drones con los que se asesinan a los niños de la Franja de Gaza. Deberíamos sacar a Israel inmediatamente de ese programa. Deberíamos impedir que Israel pueda comerciar en el territorio de la Unión Europea con los productos sacados ilegalmente de las colonias israelíes en Cisjordania, en la Cisjordania ocupada. Entonces, hay elementos suficientes para presionar, el problema es que parece que no hay voluntad política para ejercerlo.

—¿Por qué?

—Porque Israel tiene socios de mucho peso a escala internacional. El principal socio es Estados Unidos que le sirve de escudero ante cualquier intento de sanción en el Consejo de Seguridad de la ONU, pero aquí mismo en Europa también nos encontramos a los países más de extrema derecha, a los Gobiernos más filo fascistas de la Unión Europea, como pueden ser Hungría, Polonia o Eslovenia, pidiendo que no se imponga ningún tipo de medidas como las que estoy mencionando.

Hay que tener en cuenta que la Unión Europea para imponer medidas de este tipo necesita el consenso de todos los Estados miembros, con que haya uno que vete la toma de medidas, ya no puede salir adelante, y aquí no tiene a uno, sino a varios.

—Usted ha vivido 3 años en Gaza. Más allá de esta agresión actual de Israel. ¿Cómo estaba Gaza?, ¿cómo es vivir en Gaza?

—La Franja de Gaza es una pequeña franja de tierra, tiene de largo como 11 kilómetros y de ancho una media de unos cuatro kilómetros, algo así. Además, con un bloqueo que impide el acceso a bienes básicos. Allí hay niños que se mueren por una infección, que teniendo un antibiótico simple al que tenemos acceso cualquiera, pues se librarían de esa muerte. Pero allí no se permite la entrada de las medicinas necesarias, de los materiales de construcción, cada vez que hay una agresión como esta se destruyen infinidad de viviendas y luego el bloqueo no permite que entren los materiales de construcción para reconstruir estas viviendas.

Esto antes se veía atenuado por los túneles que unían a la Franja de Gaza con Egipto y por ahí se podía, de algún modo, suavizar este bloqueo, pero desde que el mariscal Al Sisi dio el golpe de Estado en Egipto la primera medida que tomó fue cerrar la frontera de Rafah que une a Gaza con Egipto y destruir los túneles, con lo cual ahora mismo la situación es desesperante.

Nos estamos encontrando con centenares de chavales jóvenes que están muriendo ahogados intentando salir de la Franja de Gaza nadando y son centenares, ya no sé el número exacto porque es una barbaridad. Es que no se puede vivir en esas condiciones.

Amnistía Internacional definió a la Franja de Gaza como la mayor cárcel al aire libre del mundo. Allí un chaval, una mujer, un hombre que tenga cáncer no puede ser tratado en Gaza porque no tienen los medios para ser tratados, pero Israel, en aproximadamente dos tercios de los casos, no les permite salir tampoco a ser tratados en Ramala o en otros territorios.

Nosotros los hemos traído a España, hemos traído a chavales para que sean operados de distintas enfermedades, y nos cuesta la vida misma que le den los permisos, y en algunos casos lo hacen con el sadismo de que quizás le dan el permiso a un niño de seis, siete años para que sea tratado de cáncer en Ramala, pero no a la familia, con la cual ese niño, en la mayoría de las ocasiones muere solo, sin una cara familiar, sin una cara amiga al lado suyo en sus últimos días. Es un sadismo que cuesta creer, cuesta creer que al día de hoy se estén cometiendo este tipo de barbaridades contra un pueblo que lo único que quiere es vivir en paz, que en los Acuerdos de Oslo cedió de forma generosa el 78% de su territorio a la potencia ocupante a cambio de que se le permitiera construir su Estado palestino en el 22% del territorio restante, y no se le está permitiendo.

Se están comiendo el territorio palestino como un queso gruyere. Si ven el mapa de lo que queda de Cisjordania está todo lleno de puntos de colonias judías, israelíes ilegales que están destruyendo cualquier posibilidad de la creación a futuro de un Estado palestino, porque ahora mismo no hay un territorio bajo control palestino. Está absolutamente todo bajo control de Israel, que sigue avanzando en su política de asentamientos ilegales, pero que no tiene ninguna respuesta, de ningún tipo, por parte de la comunidad internacional, más allá de declaraciones que no tienen consecuencia.

*Karen Méndez Loffredo, corresponsal en España. Periodista venezolana-italiana con 13 años de experiencia en prensa escrita y audiovisual, especializada en la fuente internacional. Investigadora, corresponsal y documentalista.

Artículo publicado en Sputnik.

Foto de portada: © AFP 2021 / Anas Baba.

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